Existen firmas de automóviles con un historial más deportivo que Skoda, eso está claro. Pero es de recibo recordar que el departamento de motorsport de la compañía checa hizo magia en competición con el Skoda Favorit al conseguir el título de Campeón del Mundo de Dos Ruedas Motrices en 1994 o con el Octavia WRC subiendo al tercer escalón del podio en el exigente Rallye Safari de 2001. Más cercano está su dominio en el SWRC con el Fabia S2000 y en el WRC2 con el R5 y el Rallye2 Evo.
Porque, como puedes ver, no solo se trata de un fabricante de coches espaciosos con precios competitivos... Y para un claro ejemplo de ello está el coche de la prueba, el Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI 245 CV, que además de esas dos características intrínsecas de la compañía de Mladá Boleslav también se suma a la ecuación la deportividad.
Sólo hay que ver su imagen exterior para darse cuenta de que esconde aptitudes dinámicas. Suspensión rebajada en 15 mm, llantas de hasta 19", alerón de techo y diferentes elementos como la parrilla, las tomas de refrigeración, las aletas aerodinámicas, las carcasas de los retrovisores, los marcos de las ventanillas, el splitter del paragolpes frontal y el difusor exclusivo del trasero están bañados en negro. Y la nota de color las ponen sus pinzas de freno en rojo.
Eso en el exterior, donde los diseñadores han conseguido el resultado más atractivo de las cuatro generaciones en las que ha sido lanzada esta generación -la primera vio la luz en el 2001-; pero en el interior tampoco han escatimado en recursos: desde un volante achatado -aunque lo prefiero redondo- tapizado en los extremos en cuero perforado y con pespuntes, hasta unas molduras que simulan la fibra de carbono, utilizando Alcantara en el salpicadero y los asientos.
Unos semibacquet, por cierto, cuyo diseño me parece una pasada. Pero, además, son cómodos y agarran el cuerpo, sobre todo a la altura de los costados. Menos en la zona inferior y superior, pero al ser un deportivo para uso diario, unos apoyos más voluminosos dificultarían la entrada y la salida, convirtiéndose en algo muy poco confortable.
Ese toque racing se ve incrementado por la predominancia del color negro y el pedalier de aluminio.
Y todo ello con unos materiales de calidad como la mencionada piel vuelta o los plásticos blandos de la zona superior del salpicadero y de los paneles de las puertas, además de buenos ajustes, consiguiendo una buena impresión tanto al tacto como percibida.
La guinda la ponen las dos pantallas, la del cuadro de instrumentos y la del sistema de infoentretenimiento, de 10,25 y 10", respectivamente. La primera tiene diferentes interfaces y la segunda es la herramienta para activar, entre otras, todas las funciones del climatizador excepto la de desempañar la luna delantera y trasera. Esta es la sombra que le pongo. Y sin luces, literal, los botones táctiles de subir y bajar el volumen, como ocurre con el SEAT León o en el Volkswagen Golf en los interruptores de los asistentes, el clima y los modos de conducción. ¿Quién no habrá tenido las luces suficientes para diseñarlo así?
Y como Skoda que es, en este vehículo no podía faltar un espacio holgado tanto en las plazas traseras como en el maletero. La segunda fila, para pasajeros que midan 1,78 m como yo, ofrece un hueco de diez dedos para la cabeza -dos más que en la berlina- y de nueve para las rodillas. Brutal.
Por su parte, el espacio de carga del Skoda Octavia Combi cubica 640 litros en esta versión familiar, 30 más que el de la generación anterior y 40 más que el de la berlina de esta, consiguiendo erigirse como el mejor de su tamaño. Y para redondear el maletero, cuenta con una boca de carga amplia y baja.
Pasado revista el exterior y el interior, comienzo con la prueba del Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI 245 CV, la versión de gasolina. Comparte plantel con el 2.0 TDI de 200 CV y el híbrido enchufable 1.4 TSI de 245 CV. A lo largo de la historia de la berlina deportiva, la gama ha contado con variantes de gasolina y gasóleo, y ahora se une el PHEV, que he tenido la oportunidad de probarlo, aunque para esta versión, a no ser que necesites la etiqueta 0 o moverte en modo 100% eléctrico, su sistema de propulsión híbrido no me casa -además de que es 169 kilogramos más pesado y seis décimas más lento en el 0 a 100 km/h-. Lo siento. Me quedo con el TSI sin batería o con el injustamente denostado diésel por la enorme autonomía y los 400 Nm de par que ofrece.
Pulso el botón de encendido y su cuatro cilindros comienza a girar. Un sonido bastante artificial me llama la atención. Se trata de un amplificador, que no un emulador, por lo que no es falso; es el del 2.0 TSI. Eso en el modo Normal, porque en el Sport es aumentado aún más, aproximándose más a un V8 que a un tetracilíndrico.
Y es que a pesar de ser auténtico, no soy partidario de este tipo de soluciones. Porque otros fabricantes las ofrecen, pero son más comedidas y están enmascaradas con mayor disimulo. Por suerte o por desgracia no soy ingeniero, pero creo que el recurso de una válvula en el escape hubiera sido una solución probablemente más barata y, desde mi humilde punto de vista, mejor.
Porque en los modos Eco y Comfort no funciona -y en el Individual puedes elegir tú los niveles: Normal, Sport o Apagado-, con lo que se puede apreciar un sonido bonito cuando el motor sube de vueltas. Lástima que el escape, que pasa muy muy desapercibido, no acompañe.
Pero cabe recordar de nuevo que el de la prueba, el Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI 245 CV, es un deportivo para uso diario, así que entiendo el trabajo final de la compañía checa. Un 'daily car' con un motor poderoso que ofrece una entrega en un rango amplísimo: sus 370 Nm salen a la luz bien abajo, a 1.600 rpm y hasta las 4.300 rpm, y su potencia máxima brilla entre las 5.000 y las 6.500 vueltas.
No es de extrañar que su salida desde parado sea para abrir la boca... y no precisamente de pereza, como demuestra que acelera de 0 a 100 km/h en solo 6,7". También es reseñable que alcance los 250 km/h, velocidad máxima limitada electrónicamente.
Parte de culpa de su rápida aceleración también la tiene su transmisión automática de doble embrague de siete velocidades con un funcionamiento tan rápido como exquisito. Puedes subir o bajar de marcha de forma manual desde las levas del volante, y en el modo Sport respeta tus decisiones sin cambiar por ti. También te digo, rinde a las mil maravillas, pero es una lástima que no esté disponible el cambio manual como sí lo está en otros países europeos.
En conducción deportiva me recuerda muy mucho al (prueba) Volkswagen Golf GTI 8, y no porque comparta chasis, cambio y propulsor. Es muy rápido en curva -en las lentas sí aprecio subviraje, pero lo achaco a sus neumáticos Bridgestone Turanza T005- y todo parece sencillo, más aún con el control electrónico del diferencial delantero. Y después de quemar adrenalina en tu puerto de montaña favorito, puedes seleccionar el modo más confortable de la suspensión e ir a por tu suegra o tus hijos sin que noten las irregularidades de la calzada gracias a lo bien que las filtra.
Completan la ecuación unos frenos que cumplen su cometido y que solo notarás fatiga tras un uso intenso y continuado, y una dirección bastante comunicativa y pesadita, como a mí me gusta, independientemente del modo escogido: Normal o Sport.
En cuanto al consumo, durante la prueba del Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI 245 CV he obtenido uno combinado de 8,2 l/100 km, 1,2 litros más que el oficial, pero que sigue pareciéndome una buena cifra para un coche de 245 CV. Pero lo sorprendente y lo que le hace un rutero de altura es su consumo a 120 km/h: 4,7 l/100. Sensacional. Y si hubiera circulado a 150, que no lo hice, el ordenador de abordo habría marcado solo 6,7 l/100 km.
Y todo ello por solo 40.900 euros, por lo que no existe un coche tan polivalente al que le acompañe un diseño tan atractivo y ofrezca unas prestaciones tan buenas por ese precio. Además, sus 640 litros de maletero lo hacen aún más sugerente y su configuración hace que sea tanto tu herramienta de diario como tu útil de diversión para el fin de semana.
A destacar | A mejorar |
Imagen exterior | Sonido del motor aumentado |
Aceleración | Botones táctiles sin iluminación |
Espacio a bordo |
Ficha técnica Skoda Octavia Combi RS 2.0 TSI 245 CV DSG | ||
Motor | Cilindrada | 1.984 cc |
Cilindros | 4 en línea | |
Potencia máxima | 245 CV / 5.000 - 6.500 rpm | |
Par máximo | 370 Nm / 1.600 - 4.300 rpm | |
Alimentación | Tipo | Inyección mixta directa e indirecta. Turbo |
Transmisión | Caja de Cambios | Automática, doble embrague 7 velocidades |
Tracción | Delantera | |
Suspensión | Delantera | McPherson Resorte helicoidal Barra estabilizadora |
Trasera | Paralelogramo deformable Resorte helicoidal Barra estabilizadora |
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Frenos | Delanteros | Discos ventilados |
Traseros | Discos | |
Dimensiones | Longitud | 4.702 mm |
Anchura | 1.829 mm | |
Altura | 1.455 mm | |
Distancia entre ejes | 2.681 mm | |
Maletero | Volumen | 640 - 1.700 litros |
Peso | Peso | 1.538 kg |
Prestaciones | Velocidad máxima | 250 km/h |
Aceleración 0-100 Km/h | 6,7 seg | |
Consumo | Combinado | 6,9 l/100 km |
Velocidad baja | 10,8 l/100 km | |
Velocidad media | 7,1 l/100 km | |
Velocidad alta | 5,7 l/100 km | |
Velocidad muy alta | 6,3 l/100 km | |
Emisiones | Emisiones de CO2 | 156 g/km Euro 6 - Etiqueta C |
Precio | Precio oficial | Desde 40.900 euros |