Para la marca alemana el Mercedes GLS 2016 que probamos no es sólo la actualización de mitad de ciclo de su todocamino de grandes dimensiones, el modelo que hasta ahora conocíamos como GL, un vehículo que fue introducido por primera vez en 2006 y, posteriormente, actualizado en el 2013. También es el último de sus 4x4 en adoptar la nueva nomenclatura tras la decisión que tomó Mercedes al cambiar el nombre de algunos de sus modelos.
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Los nuevos nombres para los SUV de Mercedes utilizan el prefijo común GL, al que le agregan como última letra el nombre de la 'clase' con la que el todocamino esté relacionado. Así, el crossover del Clase A se llama GLA (prueba), el GLK es ahora el GLC (prueba), en referencia al Clase C, y el antiguo ML se llama ahora Mercedes GLE Coupé (prueba) o GLE a secas, en función de si cuenta con una carrocería convencional o la nueva con estética de coupé de cuatro puertas.
Nuestra prueba del GLS 2016 tuvo lugar en la ciudad de Innsbruck, en el corazón del Tirol en los Alpes austriacos. El departamento de comunicación del gigante automotriz alemán programó un recorrido inicial de unos 100 kilómetros hasta la villa de montaña de Hochgurgl a una altura de 1.935 metros sobre el nivel del mar, aunque sólo bastaron unos pocos metros tras el volante del nuevo GLS para recordar que Mercedes-Benz nunca hace nada a medias.
Diseño
Al igual que su predecesor, el nuevo Mercedes GLS es un vehículo sustancial e importante, que aunque carece del drama visual de algunos de sus competidores más importantes, como el Audi Q7 (prueba) o el Range Rover, lo compensa con un excelente y lujoso interior con espacio para siete adultos e impecables dinámicas de conducción. Esto no quiere decir que el GLS no sea un 4x4 atractivo, al contrario, su belleza radica en la elegancia de sus líneas y en no haber cedido a las modas de turno. De entre todos los SUV de grandes dimensiones de lujo que hay actualmente en el mercado, el diseño del GLS probablemente sea el que va a llevar el paso de los años con más gracia.
Las novedades visuales del Mercedes GLS que probamos con respecto a su antecesor radican en una parrilla algo más expresiva, con dos lamas horizontales interrumpidas por la estrella de la marca, que para la ocasión está en formato XXL. Esas lamas, que son más gruesas y sustanciales que antes, están ahora perforadas no sabemos si para mejorar la aerodinámica o únicamente para lograr un efecto visual impactante. Si este último era su objetivo, cumplieron la misión con honores. Los nuevos faros con 'cejas' LED apenas se distinguen de los anteriores en su contorno interno, que fue modificado para ajustarse a la nueva forma más redondeada de la nueva parrilla. En la parte trasera la gran novedad es la modificación de las ópticas, las cuales ahora utilizan tecnología LED. Quien tenga los ojos bien entrenados podrá distinguir entre el GL y el nuevo GLS, sin embargo, para la mayoría del público el GLS lucirá como un bello, moderno y muy lujoso todoterreno que resultará particularmente atractivo para quienes busquen el máximo confort, capacidades y lujo sin por ello tener que llamar la atención de la manera equivocada.
Interior
Al acceder al interior del GLS de la prueba nos encontramos con un tablero de instrumentos y unos controles reconfigurados para reflejar, en la medida de lo posible, el nuevo lenguaje de diseño de la marca. Al entrar al vehículo, la pantalla multimedia de 8 pulgadas con forma de tableta llama nuestra atención y, junto al nuevo volante de tres radios, constituyen las grandes novedades en la suntuosa cabina del SUV de gran tamaño.
La consola central ha sido reconfigurada para albergar los controles de la más reciente versión de COMAND el sistema de información y entretenimiento de la firma alemana, los cuales consisten en un mando rotativo y una superficie táctil. En este espacio también encontramos los controles del sistema DYNAMIC SELECT, el cual permite elegir entre distintos parámetros de ajustes para adecuar el coche a nuestro gusto. En concreto, permite elegir entre los siguientes modos: Comfort, Slippery, Sport, Individual y Off-Road. Cada uno de ellos combina distintas configuraciones de la transmisión, del control de tracción y la suspensión de aire AIRMATIC, aumentado todavía más la versatilidad del GLS.
Motorizaciones
En España el Mercedes GLS se ofrece desde el pasado mes de noviembre con un total de cuatro motorizaciones diferentes. El modelo de acceso es el Mercedes GLS 350d 4Matic, que emplea una mecánica turbodiésel 3.0 V6 con 258 CV de potencia, consume de media 7,1 litros por cada 100 kilómetros y cuyo precio arranca en 88.949 euros. Tras este, tanto por potencia como por precio, encontramos al Mercedes GLS 400 4Matic, que emplea un 3.0 V6 biturbo de gasolina con 333 CV de potencia y con el que anuncia un gasto combinado de 8,9 l/100km. Este último está disponible desde 93.349 euros.
Los dos restantes están propulsados por sendos motores V8 de gasolina, siendo el más asequible de los dos el Mercedes GLS 500 4Matic, que emplea un bloque 4.7 V8 sobrealimentado con 455 CV de potencia y que anuncia un gasto medio de combustible de 10,9 litros por cada 100 km recorridos. Este modelo está disponible desde 115.000 euros. Y nos hemos dejado para el final el más bruto de la gama, el Mercedes-AMG GLS 63, que con su motor 5.5 V8 biturbo de 585 CV, anuncia un gasto medio de 12,3 l/100km y tiene un precio de partida de 155.949 euros.
Recordar que los modelos GLS 350d 4MATIC, GLS 450 4MATIC y GLS 550 4MATIC llegan al mercado con la nueva transmisión de nueve velocidades 9G-TRONIC, que opcionalmente se podrá combinar con la reductora y el diferencial trasero bloqueable, de forma el modelo garantiza la máxima capacidad todoterreno, mucho más de lo que cualquier usuario podría esperar. El Mercedes-AMG GLS 63 cuenta con una versión mejorada de la transmisión AMG SPEEDSHIFT PLUS 7G-TRONIC de siete relaciones, la más adecuada para administrar y soportar las masivas cantidades de par que genera su motor.
Comportamiento
Nuestro recorrido de prueba continuó al día siguiente con un exigente trazado de unos 10 kilómetros por el Timmelsjoch (o Passo del Rombo, como lo denominan en Italia), un desafiante paso de montaña que conecta al valle de Ötztal, en el Tirol Austriaco, con el Valle de Passeier, situado en la provincia italiana del Tirol del Sur. El asfalto nevado y congelado del Timmelsjoch resultó ser el escenario ideal para probar el nuevo Mercedes GLS y sus capacidades todoterreno.
El día anterior habíamos conducido un Mercedes GLS 350d 4MATIC entre Innsbruck y Hochgurgl, lo que nos dio la oportunidad de apreciar las bondades intrínsecas de la línea GLS. Entre ellas destaco una dirección balanceada y precisa, con más contrapeso que en un Range Rover pero más liviana que en un BMW X5, que nos ayudó a sortear con confianza las múltiples horquillas típicas de los caminos de montaña así como a mantener al GLS con pasó seguro en las autopistas.
Las dosis masivas de par que proporciona el motor turbodiésel fueron muy útiles recorriendo las empinadas vías en las faldas de los Alpes tiroleses, momento en el que la fuerza es más importante que la potencia. Destacable también el papel del equipo de frenada, que por más abuso que le dimos, no mostró ningún signo de cansancio o de desgaste. Todo esto mientras estábamos acomodados en un puesto de conducción increíblemente agradable y rodeados de un ambiente que nos recuerda como conseguir el lujo sin caer en el exceso.
El Timmelsjoch lo recorrimos en un Mercedes GLS 400 4MATIC, que utiliza el mencionado V6 biturbo con a 333 CV.Y aunque nos llevó unos minutos para acostumbrarnos a los aires enrarecidos a más de 2.500 metros de altura, el GLS se sintió en su ambiente desde el primer minuto, en parte gracias al modo de conducción 'Slippery', que permitió que sortearamos las múltiples horquillas con una agilidad y firmeza de paso que sólo se vio limitada por mi habilidad como piloto. La confianza que inspiró fue tal que hizo imposible resistir la tentación de utilizar el modo 'Sport' en algunas rectas y subidas y alcanzar velocidades de hasta 100 km/h conduciendo sobre hielo, prácticamente, y con acantilados de 150 metros de altura al borde de la vía.
Texto: Univisión