El Lexus CT 200h es un modelo híbrido que puede resultar interesante para quien busque exclusividad y respeto al medio ambiente en un formato de tamaño compacto. La firma japonesa se ha ganado a pulso una imagen reconocida a lo largo de los años. Todo aquél que conoce la marca, aunque solo sea de oídas, tiene claro que sus coches son fiables, de calidad y una apuesta segura a la hora de llamar la atención entre los vecinos de plaza de garaje por su cuidada apariencia. Todo esto no se puede discutir, pero si alguien me pide que destaque algo de la división de lujo de Toyota no sería ninguna de estas cosas. Hay algo que Lexus hace mejor que nadie y es precisamente la fabricación de vehículos híbridos. Tras un largo periodo a sus espaldas jugando a combinar motores térmicos con eléctricos, lo cierto es que ha conseguido hilar muy fino en este campo.
Los rivales del Lexus CT 200h no tardarán en llegar, de hecho algunas firmas ‘premium’ llevan tiempo mostrando híbridos compactos en forma de prototipo. Pero lo cierto es que a día de hoy se mueve solo, sin competencia de ningún tipo. Y no hay que olvidar que salió al mercado hace ya un año y medio. Como no tiene con quien compararse, las campañas de marketing se han empeñado desde su lanzamiento en presentarlo como algo diferente, como una opción muy ecológica, pero a la vez divertida, exclusiva y hasta con un toque de deportividad. Quizá el día que BMW ponga en la calle un Serie 1 híbrido -por poner solo un ejemplo- tengan que cambiar sus guiones publicitarios, pero es algo que el tiempo se encargará de decir. Ahora es momento de ponerse a los mandos del protagonista de esta prueba para ver si es cierto lo que dice la marca de él.
Lo primero de todo es dejar claro que sí, es un coche diferente por concepto, y también ecológico. Pero solo si se pone en relación al resto de marcas, porque dentro de su propia casa tiene dos hermanos -los Toyota Prius y Auris HSD- que son muy parecidos a él, aunque visten un traje distinto. De hecho, el sistema de propulsión es el mismo en los tres casos. Se trata de una mecánica híbrida que combina un motor de gasolina 1.8 de 99 CV y uno eléctrico de 82 CV, que rinden de manera conjunta 136 CV. Casi todo son ventajas: consumo oficial de 3,8 l/100 km y emisiones de CO2 de 87 g/km -gracias a esto te ahorras el impuesto de matriculación-, prestaciones que no desmerecen y unos niveles de suavidad y silencio impensables en cualquier otro compacto.
Tanta finura en el Lexus CT 200h se debe, en parte, a que está muy bien aislado y apenas llegan ruidos de rodadura al interior. Pero la pieza clave a la hora de hablar del silencio es su capacidad para circular en modo totalmente eléctrico. Esto lo puede hacer cuando inicia la marcha y hasta alcanzar los 45 km/h durante un máximo de dos kilómetros, siempre y cuando se pise poco el acelerador. El resto del tiempo, y si uno continúa mimando el pedal derecho, es posible ganar velocidad y mantener cruceros con mucho apoyo del motor eléctrico y muy poco del térmico.
Pero, ¿qué pasa cuando quieres acelerar de forma contundente? Sencillamente, que se acabó la calma. En este momento el 1.8 se pone a girar a un número alto de revoluciones y de forma constante, lo que llega a ser bastante molesto. No sé si recordarás un anuncio de Volkswagen de hace unos años, en el que un niño imitaba el sonido de un motor de forma angustiosa (vídeo). Pues algo parecido es lo que sucede cuando vas pie a tabla en un CT 200h.
Buenas prestaciones, suave en muchas circunstancias, respetuoso con el medio ambiente… No se le pueden poner pegas en estos apartados. Pegas que, sin embargo, sí me veo obligado a sacar a la luz cuando se habla de deportividad y diversión. Cuando se presentó este modelo escuché hasta la saciedad estas dos palabras en la rueda de prensa, pero todavía hoy no he conseguido encontrar esa esencia deportiva y divertida. Ni el comportamiento dinámico, que tira a burgués, ni la capacidad de aceleración del motor te permiten pasártelo pipa al volante. Ni siquiera con su imagen busca parecer un GTI.
Así que, las cosas como son: el Lexus CT 200h a prueba es un coche cómodo, pensado para rodar de forma tranquila y a la caza del consumo más bajo posible. Lo que pide este compacto es que te sientes a sus mandos, disfrutes del cuidado diseño interior -más propio de berlina de lujo que del segmento al que pertenece-, te deleites con sus buenos materiales y mejores ajustes, y te pongas en modo ‘zen’ mientras pasan los kilómetros. Por cierto, hablando de modos, puedes elegir mediante un mando giratorio en la consola entre ir en 'Normal', 'Eco' o 'Sport', según quieras dar preferencia a las prestaciones o al ahorro de combustible. Si eliges el último te encontrarás con un detalle curioso y es que uno de los indicadores, concretamente el que informa sobre la potencia eléctrica, se transforma en un cuentarrevoluciones. Además, la iluminación del cuadro cambia de azul a rojo.
Queda hablar de la practicidad y del precio. Sobre lo primero, el Lexus CT 200h figura entre los menos espaciosos de su segmento, así que ya lo sabes, si buscas un compacto amplio mejor que mires hacia un Golf 7, Mégane, Astra (prueba Opel Astra GTC 2.0 CDTi 165 CV) o similar. El nuevo Clase, el A3 2012 o el Serie 1 se pueden parecer al japonés en este apartado. También el maletero es bastante reducido, porque los 375 litros oficiales se quedan en 275 reales en muchos casos. Esos 100 litros extra pertenecen a un doble fondo que no siempre es aprovechable. En cuanto a los 29.950 euros de partida, creo que hablan por sí solos. Es una suma de dinero considerable, muy superior a la de sus rivales ‘premium’ de similar potencia. Pero también es cierto que, entre ellos, no hay ninguno que ofrezca lo que él tiene. El Lexus necesita medirse cara a cara con un híbrido de su tamaño y calidad, algo que de momento no existe en nuestro mercado.
Lo mejor:
+ Suavidad marcha
+ Diseño y calidad en todos sus componentes
+ Consumo
Lo peor:
– Tacto de conducción ‘soso’
– Espacio en plazas traseras y maletero
– Precio
Texto: A.J
Fotos: Hugo Valverde