Hay coches que es mejor disfrutar desde las plazas traseras. Por sus cómodas banquetas posteriores, los excelentes materiales que se encargan de envolverlas y por la alta tecnología de la que disfrutan los pasajeros de la última fila, el BMW 730d 2015 de la prueba podría ser unos de esos vehículos, pero recuerda, es un BMW y donde mejor se disfruta de él es al volante.

Desde 1977, el ‘7’ lleva siendo el buque insignia de la marca tras sustituir a los ‘New six’. Siempre se ha caracterizado por equipar motores potentes, brindar espacio y comodidad a bordo y adoptar los últimos avances desarrolladas por la marca, y esto en esta generación la G11 sigue vigente.

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Si por algo presume este nuevo Serie 7 es por la tecnología que puede equipar. Y es que desde el minuto uno me doy cuenta de que estoy ante uno de los vehículos con los sistemas más sofisticados del mercado, que, nunca mejor dicho, están al alcance de mi mano. Porque en ella sujeto la llave, una llave fuera de lo común que parece un auténtico smartphone, y no lo digo por el tamaño, que también, sino por la pantalla táctil a color y las funciones que puedes realizar desde ella a golpe de dedo. Es realmente sencillo comprobar si las puertas y las ventanillas están correctamente cerradas, el estado del sistema de iluminación, programar la ventilación y chequear el nivel de autonomía o el estado del aceite. Por desgracia, en nuestra unidad de pruebas la llave del Serie 7 2015 no podía realizar las 10.000 funciones ejecutables. Controlar el aparcamiento por control remoto es una de estas sorprendentes acciones, y por ella tendrás que desembolsar 650,93 euros.

Pero, obviamente, la cosa no acaba fuera con los faros láser -es el segundo vehículo de BMW que los equipa tras el BMW i8 y tienen un precio de 2.603,76 euros-, porque, como ocurre con los Huevos de Pascua, el regalo para nuestros sentidos está en el interior. A la gran calidad del habitáculo, tanto visual como al tacto, se suma la más moderna tecnología. Una vez acomodado en sus asientos, acción muy fácil de realizar gracias a las múltiples regulaciones, incluida la doble del respaldo, te das cuenta de que estás en un vehículo de mucho nivel. Solo tengo que echar un vistazo al cuadro de instrumentos digital o a las pantallas del sistema de climatización y infoentretenimiento, ambas táctiles. La primera tiene sensor de proximidad y desde ella se puede controlar los dos aromas que equipa de los ocho existentes. ¡Viva el lujo y la distinción! Desde la segunda, ejecutar acciones mediante gestos, algo que, por cierto, lleva un periodo de aprendizaje.

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Y si me he quedado sorprendido por lo que he encontrado en las plazas delanteras, mi asombro va a más en las traseras: ventilación, calefacción y masaje se complementan con las dos pantallas de 10 pulgadas situadas tras los respaldos anteriores, desde las cuales se manejan muchas funcionalidades del coche, además de ver películas o la televisión; y todo ello accesible desde el BMW touch Command (579,92 euros), una tableta extraíble Samsung de 7″ con sistema operativo Android alojada en el reposabrazos central. Pero todo ese boato se ve empañado por el espacio, y es que para ser una berlina de representación del segmento F, lo veo justo, sobre todo en altura. Creo que 90 centímetros es una cifra pobre, muy pobre. Harina de otro costal es el reservado a los hombros y a las piernas, y si te parece justo, que lo dudo, siempre puedes optar por la carrocería de batalla larga. Y es que, si hablamos de comodidad, nunca es suficiente…

Como te comentaba, disfrutar de las plazas traseras es una gozada, algo de otro nivel. Pero un vehículo de este tipo también debe ofrecer unas sensaciones al volante acorde a lo que se espera de él, y el BMW Serie 7 730d 2015 de la prueba no decepciona. Su motor, a pesar de ser el menos potente de la gama, es una delicia. Su respuesta es contundente y no se echa en falta ni un caballo más. Desde las 2.000 y hasta las 2.500 está disponible su tremendo par motor de 620 Nm y desde las 4.000 toda la potencia. Ojo, porque a pesar de sus prestaciones el consumo medio que me ha brindado ha sido de 7,5 l/100 km, una cifra espectacular para un vehículo de su tamaño. Otra de las virtudes que no corresponden a un coche de su segmento es su enorme agilidad, más propia de una berlina media. Su comportamiento en curva es realmente bueno y mucha culpa de estas buenas sensaciones las tiene su chasis realizado en fibra de carbono y las ruedas traseras directrices, sistema por el que imagino que Serie 7 que hemos puesto a prueba tiene un maletero de forma irregular.

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BMW ha hecho un increíble trabajo de insonorización, porque el motor suena, y mucho, pero es escasísimo el ruido del motor que que filtra al interior. Menos conseguido está el realizado para disfrazar el de rodadura, aunque es algo normal, porque equipa unas enormes, y preciosas, por cierto, llantas de aleación ligera de 20 pulgadas. Da gusto realizar viajes con él, porque es suave y muy cómodo, ya que su suspensión filtra las irregularidades del terreno a las mil maravillas incluso en modo Sport. Las transiciones de marcha son casi imperceptibles, no en el modo más deportivo, que en un régimen alto de vueltas, los cambios los realiza de formas más brusca. Además, echo en falta una dirección más dura tratándose de un BMW, y más al haber seleccionado la opción de conducción más deportiva. Su máxima virtud la encuentro en ciudad, porque cuenta con un ratio de giro muy justo y porque se adapta en los virajes más reducidos.

Y para redondear el conjunto no podía faltar una elaborada imagen. Es realmente atractiva, y más con el paquete M (7.461 euros), que incrementa su aspecto deportivo sin restar un ápice de elegancia, pero no es llamativa. No me malinterpretes; llamar, llama la atención como cualquier coche de su segmento, aunque solo sea por el tamaño, pero en el caso del BMW, a pesar de sus voluminosos paragolpes y a sus enormes llantas de aleación, en ocasiones pasa desapercibido. Es más, la primera vez que lo vi, tengo que aclarar que sin divisarlo de perfil, me pareció un Serie 5.

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Como era de esperar, BMW ha conseguido crear un coche a la altura de lo que se esperaba. Adopta los últimos avances tecnológicos que le hacen ser ‘cabeza de cartel’. Además de cómodo y suave, perfecto para realizar viajes, su chasis y su motor le hacen salir airsos de zonas con curvas reviradas. Lo que sí encuentro pobre en un coche de rico es el espacio de las plazas traseras, y más tratándose de una gran berlina.

A destacar A mejorar
Tecnología Maletero
Motor Espacio para la cabeza en la segunda fila
Agilidad Sin opción manual
Ficha técnica BMW 730d 2015
Motor Cilindrada 2.993 cc
Cilindros 6 en línea
Potencia máxima 265 CV / 4.000 rpm
Par máximo 620 Nm / 2.000-2.500 rpm
Transmisión Caja de cambios Automático, 8 velocidades
Tracción Trasera
Suspensión Delantera Paralelogramo deformable / Resorte neumático / Barra estabilizadora
Trasera Paralelogramo deformable / Resorte neumático / Barra estabilizadora
Dimensiones Longitud 5.098 mm
Anchura 1.902 mm
Altura 1.478 mm
Distancia entre ejes 3.070 mm
Alimentación Tipo de alimentación Inyección directa. Turbo geometría variable
Peso Peso 1.830 kg
Prestaciones Velocidad máxima 250 km/h (limitada)
Aceleración 0-100 km/h 6,1 seg
Consumos Urbano 5,5 l/100 km
Extraurbano 4,2 l/100 km
Combinado 4,7 l/100 km
Emisiones Emisión CO2 124 g/km (EURO VI)
Precio Precio final 94.750 euros

Fotos: Álex Aguilar

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