El BMW i8 es un coche deportivo híbrido enchufable que fue introducido como el prototipo BMW Vision Efficient Dynamics Concept durante el Salón de Frankfurt 2009. Solo tuvieron que pasar cinco años para que BMW consiguiera producir la primera generación de este moderno y atrevido vehículo, el cual ya se encuentra a la venta en 50 mercados alrededor del mundo.
La clave para el rápido desarrollo de nuevos vehículos desde sus propuestas conceptuales ha sido –en gran parte- la combinación entre los sofisticados ordenadores e innovadoras impresoras 3D. Pero BMW lidera la carrera de creación de vehículos en fibra de carbono –como el i8- gracias a las magníficas inversiones para construir instalaciones propias dedicadas al desarrollo de nuevas técnicas de fabricación en este material.
Por fuera, el i8 aplica nuevos conceptos aerodinámicos que no solo mejoran el flujo de aire para minimizar el consumo de energía, sino que también mejoran la estabilidad del vehículo a altas velocidades.
Su motor de combustión de 3 cilindros en línea turbo de 1,5 litros se encuentra ubicado en la parte posterior/central del vehículo y es el mismo que encontramos en el i3. Este es capaz de generar hasta 231 cv a 5.800 rpm y 320 Nm a 3.700. Por otro lado, su motor eléctrico está localizado sobre el eje delantero y puede producir hasta 131 cv y 250 Nm. Las fuerzas combinadas de ambos motores consiguen hasta 362 cv y 570 Nm de par.
Este futurista BMW puede acelerar de 0-100 km/h en 4.4 segundos y es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h. Su eficiencia de consumo de gasolina es de 2,1 l/100km y las emisiones de carbono han sido estimadas en 49 g/km.
Todas las unidades del BMW i8 cuentan con dos trasmisiones de serie (únicas opciones). La primera es la automática/secuencial de seis velocidades que trabaja exclusivamente con el propulsor de combustión. La segunda transmisión cuenta con solo dos velocidades y trabaja como una caja reductora –controlada electrónicamente- para el motor eléctrico ubicado sobre el eje delantero.
La batería del i8 puede ser recargada a su máxima capacidad (7.1 KWs) en hora y media utilizando un toma de corriente de 220 voltios. Esta batería de iones de litio puede propulsar este deportivo hasta los 120 km/h y puede recorrer 32.5 km. Para quienes dudan sobre el tiempo de vida de la batería, debo informarte de que BMW ofrece una garantía completa de ocho años o 160.000 kilómetros.
La llave del i8 es claramente una evolución de la tradicional, es un poco más grande y combina plástico con metal. Uno puedo activar y desactivar los pestillos del vehículo a través de ésta, y una vez presionado el botón, el vehículo activa sus futuristas luces con tecnología láser (opcionales).
Sus puertas 'tipo tijera' se abren verticalmente y su naturaleza liviana es evidente a través del mínimo esfuerzo necesario para abrirlas y cerrarlas. Por otro lado, el fabricante alemán decidió no recubrir la parte baja de las puertas, dejando la fibra de carbono descubierta.
La atmosfera dentro de su cabina bordea la frontera entre moderna y futurista. El color dominante es el azul eléctrico característico de los productos 'i' de BMW. Su panel de instrumentos es 100% digital y su diseño y colores varían de acuerdo con el modo de conducción elegido.
Detalles tradicionales dentro de la cabina incluyen el diseño de sus terminales horizontales para el aire acondicionado y sus botones para operar el sistema de sonido. Otra de las novedades es la pantalla ubicada sobre la consola central, la cual puede ser operada a través del botón ubicado en el apoyabrazos central.
El espacio para ambos ocupantes es bastante generoso. Sus asientos son deportivos y el conductor puede ajustar su posición a través de los controles eléctricos para encontrar la posición ideal.
Comenzamos la prueba del BMW i8 presionando el botón de arranque, localizado cerca de la palanca de transmisión. Ya que el modo inicial es el eléctrico, el vehículo no emite sonido alguno, es por ello que instalaron un breve sonido ambiental bastante futurista para advertir al conductor y ocupante que el coche se encuentra activo.
La experiencia de conducción del BMW i8 es inigualable. La combinación de ambas fuentes de poder, la excelente distribución de su masa y su naturaleza de composición liviana (1,485kg), hacen que este deportivo ofrezca un manejo muy divertido.
Los diferentes modos de manejo seleccionables desde la cabina ofrecen suficientes alternativas que ajustan el carácter del vehículo, dependiendo del objetivo del conductor de turno. La propulsión puede ser 100% eléctrica, 100% gasolina o combinación de ambas, dependiendo del modo seleccionado ('Sport', 'Comfort' y 'Eco Pro').
Una vez en movimiento y durante la prueba, el BMW i8 demuestra su agilidad y gran maniobrabilidad atravesando curvas. El sistema 'Torque Vectoring' trabaja con el sistema ABS aplicando fuerza de frenado a las ruedas internas mientras el vehículo atraviesa las curvas a velocidades altas. Este es un sistema que encontramos con mayor frecuencia en vehículos deportivos por su gran efectividad.
El sonido emitido por su pequeño motor de combustión es redirigido a la cabina para crear un ambiente que los aficionados disfrutarán. Una de las debilidades de este deportivo son sus limitaciones de velocidad y aceleración. Es por esta razón que me parecería razonable que BMW ofreciera una versión M de este híbrido.
El precio oficial del BMW i8 es de 132.092 euros, nada mal considerando su imagen exótica, la sofisticación de las tecnologías aplicadas en su fabricación, iluminación (el primero con sistema de iluminación láser -11.570 euros-), propulsión, seguridad y control.
Definitivamente este vehículo es un gran logro para el fabricante y marca la pauta para los próximos vehículos con diseños futuristas.