Para la prueba del Audi A1 Sportback 30 TFSI 116 CV S tronic queríamos esta unidad, no otra. El paquete Epic Edition con la combinación de colores que ves en las fotos exhibe una clara inspiración en el Audi Sport Quattro; es lo que me sedujo en el primer vistazo. No es difícil rememorar uno de los coches más míticos; sí hacerlo de una forma acertada. Y la compañía alemana lo ha conseguido con una pintura roja, bañando los logotipos en negro y equipando unas llantas de 18 pulgadas en color blanco con la firma de Audi Sport. Dónde quedaron las enormes, por aquel entonces, llantas de 17 pulgadas del primer S3... Pero no es el único detalle que ha heredado del Sport Quattro, como me sugieren las tres tomas ubicadas entre el capó y el paragolpes. ¡Chapó!
Pero esta segunda generación del A1 también innova. Los grupos ópticos delanteros son de nuevo cuño. También los pilotos divididos que penetran en el portón del maletero. Asimismo, los paragolpes exhiben un nuevo diseño y acogen amplias entradas de refrigeración; algunas funcionales, otras no. No pueden fallar, y no lo hacen, unas líneas de diseño bien ejecutadas que consiguen mayor atractivo. Porque de la mayor presencia y deportividad se encargan sus nuevas cotas: su longitud aumenta 5,6 centímetros y la altura decrece 1,3; por su parte, la anchura queda inalterada. No sé qué habrá dejado Audi para montar en una futura versión S y que supere a esta estéticamente...
Si el exterior adopta cambios de importancia, los del interior son aún de mayor calado. La tecnología ha llegado para quedarse y en el coche de la prueba, el Audi A1 Sportback 30 TFSI 116 CV Epic Edition, se aprecia nada más acomodarte. El cuadro de instrumentos, Virtual Cockpit al ser totalmente configurable, está compuesto por una pantalla de 12,3 pulgadas y el sistema de infoentretenimiento se controla desde otra de 10,1 con un interfaz claro e intuitivo. Además, el diseño del salpicadero está claramente orientado hacia el conductor. Líneas horizontales, pocos botones y molduras en gris se combinan con algunos plásticos gomosos, pero también con alguno que otro duro, como el de los paneles de las puertas o los del túnel de transmisión, para ofrecer, eso sí, una muy buena calidad percibida.
Respecto a los materiales menos premium que equipa, es cierto que se trata de un utilitario, pero es más cierto aún que su precio puede superar fácilmente los 30.000 euros. Mejora el resultado las líneas compuestas por luces LED en rojo que recorren parte del cuadro de instrumentos, las toberas de ventilación que escoltan a este y los paneles de las puertas. Este detalle incrementa la deportividad del vehículo, como también su techo tapizado en negro. Por su parte, el volante suma su granito de arena en este apartado por su grosor y porque en los extremos están tapizados con cuero perforado. Por cierto, un aro que no está achatado por su parte inferior y que valoro positivamente -opcional y por 230 euros es el que tiene forma en D-.
Cómo la distancia entre ejes ha crecido 9,4 centímetros, el espacio para los pasajeros también lo ha hecho. Ahora las posteriores sí son unas auténticas plazas. Guardan bastante espacio longitudinal, pero también en altura -con mi 1,78 m, son dos dedos los que separan mi cabeza de rozar con el techo-. Si viajan tres personas, el hueco en anchura es insuficiente, aunque viajar no supone un castigo. Por lo menos el respaldo no tiene reposabrazos, por lo que es blando, y la banqueta tiene un buen mullido. Otro tema es el túnel de transmisión, que es alto.
El maletero también crece. No solo destaca por su capacidad, de 335 litros -65 más que la generación anterior con carrocería de cinco puertas-, de alabar tratándose del segmento que es, también lo hace por sus formas regulares y bien aprovechadas.
Enciendo el motor introduciendo y girando la llave. Sí, esta unidad de pruebas del Audi A1 Epic Edition con un precio que en el concesionario parte de 29.430 euros no tiene apertura y encendido por botón. Tampoco espejos retrovisores abatibles eléctricamente (295 euros). Ni freno de mano eléctrico, que, llámame carca, no lo echo para nada en falta; en ese aspecto soy más de la vieja escuela. Su motor de tres cilindros vibra como cualquier bloque de sus características, independientemente de la marca que sea. También su sonido es el típico en estos propulsores, aunque he de decir que no es el más logrado. Mi percepción cambia al seleccionar el modo Dynamic, que es cuando los altavoces se encargan de disfrazarlo con uno más deportivo. Me gusta, no el cómo, pero sí el resultado.
Para la prueba del A1 2019 he escogido el 1.0 TFSI de 116 CV por ser la motorización de acceso en la gama de propulsores de gasolina. A priori puede parecer escaso; ni mucho menos. Empuja con ganas, sobre todo a partir de las 2.800 vueltas, momento en el que se hace más acusada su entrega. Juega un papel importante el cambio automático de doble embrague y siete velocidades -opción disponible por 2.000 euros en lugar del manual de cinco-, rápido y eficaz como me tiene bien acostumbrado.
Cómo la primera generación, es un coche ágil. Y es que a pesar del aumento de tamaño y de la mayor tecnología a bordo, solo ha sumado unos 20 kilogramos. Su mayor distancia entre ejes y su suspensión deportiva hace que afronte las curvas casi plano, dándome una confianza total. Este tipo de suspensión junto con sus zapatones de 18 pulgadas hacen que el coche no sea el más cómodo del segmento. Elige el modo de conducción Individual y configura la suspensión a tu antojo. Aún así, si valoras más la comodidad a bordo, siempre puedes optar por la suspensión normal o por unas llantas que no calcen neumáticos de perfil 40, como es el caso del Audi A1 de la prueba.
¿Y este juguetito por cuánto sale? Pues como uno a escala 1/18... pero añadiéndole unos cuantos ceros a la derecha. Es un utilitario premium, en eso estamos de acuerdo. También un coche de 4,03 metros de longitud cuyo precio base parte de 20.765 euros, pero que si optas por un motor y un acabado intermedio y algo de equipamiento casi indispensable se sube hasta los 26.000 euros. Si quieres la versión pintona de las fotos, prepara 29.430, que es lo que vale este Epic Edition y súmale unos euros más; cantidad que si tuviese, date por seguro que pagaría.
A destacar | A mejorar |
Respuesta de su motor | Algunos materiales del interior |
Imagen | Sin posibilidad de tres puertas |
Espacio para los pasajeros y maletero | Sonido del motor sin modo Dynamic |
Imágenes: Álex Aguilar