PRUEBA: Aiways U5 Prime

Hace menos de un año, pude conocer de tú a tú, de forma estática, un nuevo vehículo chino comercializado en nuestro país por Astara. De nombre Aiways U5, me sorprendió gratamente por su diseño exterior, muy trabajado y atractivo, más propio de un fabricante europeo que de uno de la República Popular.

Pero la sorpresa fue aún mayor cuando accedí al habitáculo, y no por ser tremendamente generoso en lo que a espacio se refiere, que también podría, sino por la calidad, tanto al tacto como a la vista que desprendía. "Quiero probarlo".

Y ese momento ha llegado. Ahora, de nuevo, frente a frente, sigo pensando lo mismo de su diseño: muy resultón y sin líneas o elementos raros que lo afeen. Asimismo, adopta detalles premium como los tiradores de las puertas enrasados, recurso que usan vehículos como el Land Rover Velar o el Porsche 911, y que más que buscando mejorar su estética, se eligen por una cuestión de aerodinámica y, por lo tanto, de consumo.

Cierro la puerta y el sonido es de coche bueno. Ya sabes a lo que me refiero. Existen muchos vehículos que valen el doble y que no suenan así de bien. Lo mismo ocurre con el olor, que ese 'a plasticazo' que entraba como primera opción en mi cabeza, desaparece por uno de cuero... cuero vegano, para ser exactos. Polipiel, para ser aún más precisos.

Equipa pocos botones físicos: los del techo panorámico practicable y los situados en la puerta, que son los que regulan los retrovisores, y el del cierre centralizado, que me recuerdan a los de Audi. Lo bueno es que varias funciones las puedes realizar tanto con los botones analógicos como desde la pantalla.

Una pantalla del sistema de infoentretenimiento de 12,3" cuyo menú me recuerda bastante a los de Tesla por los gráficos, que tienen una calidad destacada. Pero no todo podía ser bonito, porque no puede equipar ni Apple CarPlay ni Android Auto. Pero lo peor de todo, sobre todo de cara a su comercialización, es que no está disponible, por el momento, en español; solo en inglés, francés y alemán. Astara está trabajando en ello. Lo que sí ha corregido es que el manual de instrucciones, que solo estaba en la lengua de Shakespeare, ahora esté en la de Cervantes.

Y hablando del manual; lo habitual es guardarlo en la guantera; pero este coche no tiene. En su lugar equipa un par de ganchos para colgar cosas. Será por espacio. Así que tendrás que dejar ese pliego debajo en la bandeja con redes en sus extremos que se halla debajo del túnel de transmisión.

La pantalla del sistema de infoentretenimiento es complementada por el cuadro de instrumentos, que es digital y que a su vez está creado por tres pantallas, lo que le da la forma de tríptico. Las dos de los extremos son de 4,2", mientras que la central, de 7. Ofrece la información de forma clara, y para cambiar la visualización tienes que dejar apretado la ruletita del brazo izquierdo del volante.

Por cierto, un volante achatado tanto en la parte superior como en la inferior, de los que no soy partidario, pero que en este caso no molesta lo más mínimo a la hora de maniobrar, pero sí que me tapa parte de las pantallas de los extremos. Los caracteres de la de la izquierda son demasiado pequeños para mi gusto. Que el oftalmólogo me haya recomendado el uso de gafas, en este caso, no tiene nada que ver. Y todo ello lo aprecio, con lentes o sin ellas, desde unos asientos con un diseño muy resultón, que son cómodos, pero que su reposacabezas tira a durillo.

En cambio, para grande, el espacio en la segunda fila. Es enorme, tanto para las rodillas como para la cabeza. En esta última cota, con mi 1,78 m, son ocho dedos las que la separan de rozar con el techo, y eso que equipa techo panorámico practicable, que siempre resta. La plaza central tiene una banqueta mullida, pero el respaldo es más duro porque trae un apoyabrazos con reposavasos. Lo bueno es que el piso es totalmente plano.

Continúo la prueba del Aiways U5 analizando el maletero. El trasero cubica 432 litros y esconde un fondo muy profundo. A esa cifra se suman los 45 litros del delantero.

En parado me ha sorprendido, pero es que en marcha, también. Tiene una buena calidad de rodadura y está bastante bien aislado, sobre todo del ruido del neumático con el asfalto. Me puedes llamar insistente, pero lo vuelvo a decir: más reseñable aún al tratarse de un coche chino -otro que me sorprendió fue el BYD Tang, del que te dejo su prueba-. El que sí se aprecia, pero levemente, es el aerodinámico por los retrovisores exteriores.

De moverlo se encarga un motor eléctrico que está situado en el eje delantero, cuando lo 'normal' es que si solo equipa uno, vaya en el trasero. Y la razón es que en un eléctrico, que da todo el par desde cero y de forma instantánea, es más difícil conseguir una buena tracción. El Aiways U5 rinde 204 CV y presume de 310 Nm, pero es en el modo Sport (tiene otros dos más: Normal y Eco) en el que en momentos muy puntuales le cuesta pasar esa fuerza al asfalto. Quizá con unos neumáticos mejores... La verdad es que el coche aprieta que no veas. Tiene una punta de 160 km/h y un 0 a 100 km/h en 7,8", por lo que es más rápido que el Skoda Enyaq y el (prueba) Volkswagen ID.4 con la misma potencia.

Quizá parte del secreto de su rapidez se deba al peso del conjunto, que solo suma en la báscula 1.770 kg -el checo, 2.090 kg, mientras que el alemán, 2.124-. Tiene mucho que ver la plataforma en la que está asentado, la denominada MAS (More Adaptable Structure), que un 52% está producida en aluminio y un 48%, en acero de alta resistencia. O quizá se deba a que la batería de los del Grupo Volkswagen tiene más capacidad, y por lo tanto, es más pesada.

Por su parte, la suspensión me recuerda un poco a la de Citroën, porque notas cómo la carrocería del automóvil va subiendo y bajando para absorber todas las irregularidades de la calzada de la forma más efectiva. Y tampoco ofrece movimientos laterales o cabeceos muy muy pronunciados en los giros y en las frenadas.

Lo que menos me ha gustado ha sido el tacto del freno. En la gran mayoría de coches eléctricos ocurre lo mismo: desde que pisas el pedal hasta que se ejecuta la acción, hay un recorrido del pedal en el que no ejecuta la acción. Pues bien, en el Aiways U5 ese recorrido existe, y es incluso mayor. Es cuestión de acostumbrarse, porque el coche frena, y lo hace bien.

El propulsor eléctrico tira de una batería de 63 kWh de capacidad útil que puede ser recargada completamente en 10 horas con corriente alterna a una potencia de 6,6 kW o en 35 minutos en continua de hasta 90 kW, pero del 20 al 80 % de su capacidad. Y esto está bien que lo tengas en cuenta, porque su consumo medio no es bajo: de 20 kWh/100 km. Tampoco en carretera, donde nos movimos con 25,3 - 25,6 kWh/100 km. Por ello, su autonomía oficial de 400 kilómetros se ve bastante reducida.

Tiene un precio de 46.640 euros, que con el Moves III se puede quedar en 39.640 euros. La única opción disponible es el color de su carrocería, que puede ser Aubergine, Gris graphite y Blanco glacier, que cuestan 400 euros -el de serie es el de estas fotos, el Azul electric, que la verdad es que le sienta muy bien-, y el techo, que puede ir en negro y que entonces se suman 700 euros más.