A lo largo de la historia se han dado numerosos casos de disputa entre fabricantes relacionados con los derechos comerciales de las denominaciones de vehículos. Uno de estos casos tuvo lugar a finales de la década de 1990 e involucró a dos gigantes de la industria del automóvil que pelearon por poder usar un nombre para una camioneta que hoy aún se vende en Estados Unidos.
Hablamos de Toyota y Ford, dos compañías con una gran presencia tanto dentro como fuera del mercado norteamericano. Como todos sabemos, Estados Unidos es el país de las camionetas, un nicho de mercado con un elevado volumen de ventas en el que muchos fabricantes desean competir en la búsqueda de beneficios. Sin embargo, es Ford con su F-150 quien domina este mercado.
Y si eres quien lo domina, también eres el referente para todos tus rivales. Esto atrae competidores que se basan en tu fórmula del éxito para crear sus productos, por lo que las similitudes siempre están presentes. Eso sí, la idea es que este nuevo producto no se parezca tanto al que se ha tomado de referencia como para entrar en una disputa legal por algún tipo de plagio o violación de los derechos de marca registrada.
Ford y Toyota tuvieron una disputa en 1998 por el nombre de una camioneta
Cuando a finales de los ’90 Toyota se propuso crear una camioneta que sucediera al T100, el objetivo era crear un rival del Ford F-150 que pudiera integrar motores V8 bajo el capó y que tuviera unas medidas exteriores más grandes que la del mencionado T100. El modelo que surgió de este ambicioso proyecto sería el Toyota Tundra, aunque este nombre fue adoptado después de que Ford interviniera.
La elección inicial de Toyota fue T-150, una denominación que, según ellos, era una evolución o continuación del nombre T100 (sin guion), ya que era el modelo al que reemplazaba. Curiosamente, el nombre de la nueva camioneta se asemejaba mucho al del F-150 de Ford, con la salvedad de que solo la letra inicial era diferente.
Ante este escenario, Ford logró que el nombre escogido por Toyota se considerara una infracción de marca registrada debido a su similitud con la denominación F-150, que llevaba años implantada en el mercado. Según un artículo de junio de 1998 de Los Angeles Times, Toyota aceptó cambiar el nombre del T-150 por petición expresa de Ford.
Finalmente, la marca japonesa escogería un nombre que no estuviera basado en un código alfanumérico, como ya había hecho en 1995 con el Toyota Tacoma. La denominación elegida fue Toyota Tundra, un vehículo que salió a la venta en 1998 y que hoy sigue siendo uno de los pilares de la gama de modelos de Toyota en el mercado referencia de las camionetas.