Modelos como Toyota RAV4 y Nissan Qashqai pugnan por ostentar el título de primer SUV moderno, pero lo cierto es que la historia de estos modelos se remonta bastante más atrás. Concretamente, hasta finales de los años 70, cuando en 1977 apareció el Matra-Simca Rancho, al que se puede considerar de manera correcta el precursor de los crossovers y todocaminos actuales.
10 extraños SUV y 4×4 que desconocíamos
Su origen es bastante curioso, puesto que Matra quería desarrollar un nuevo modelo más versátil pero cuya creación no le supusiera una fortuna. Para conseguirlo, se recurrió a Simca, nueva marca del grupo, a quien se le propuso el proyecto, sin que tuviera que aportar capital, solo a cambio de que facilitara el uso de piezas de otros automóviles existentes.
Siendo un ‘win-win’ para ambas entidades, se comenzó el desarrollo del Rancho, cuya composición es la propia de un Frankestein, pues tomaba elementos de muchos Simca de la época: el chasis provenía del VF2, versión comercial derivada del 1100, mientras que el motor era del 1308 GT y otras tantas partes del 1100 Ti.
El resultado fue un vehículo mezcla de furgoneta, pick-up y todoterreno que fue bautizado como LAV (Leisure Activity Vehicle) y que hizo de la versatilidad su principal arma.
Su diseño recordaba en parte al Range Rover de primera generación, tenía unos característicos grupos ópticos circulares dobles en la delantera, protecciones de plástico para los bajos, una baca sobre la cabina para transportar todavía más bultos y unas formas cuadradas que maximizaban su espacio interior.
Esta fue una de las claves del éxito de Matra-Simca Rancho (vendió más de 56.000 unidades en apenas seis años), ya que ofrecía un habitáculo con hasta siete plazas y una superficie de carga de 2,11 metros de largo por casi un metro de ancho. La otra fue su capacidad para salir del asfalto y afrontar tramos off-road suaves, como la mayoría de los SUV actuales, gracias a protecciones adicionales para los bajos del vehículo.
15 coches con apodo de lo más curioso