Opel es un fabricante de coches de origen alemán con 120 años de historia que ha sido un referente en el segmento de marcas generalistas desde hace décadas con todo tipo de vehículos. Hoy en manos del Grupo PSA, hacemos un repaso a la Historia del logo de Opel, el cual ha evolucionado durante más de un siglo, pasando de un ojo a un zepelín, hasta convertirse en el conocido rayo de nuestros días.
Un logotipo es parte de la imagen corporativa de una compañía, un icono que representa fácilmente los valores y la actividad comercial de una empresa. Los diseñadores se afanan para capturar estos aspectos y que sean fácilmente reconocibles a través de un logo que irá asociado al nombre de la empresa durante año, incluso siglos.
La Historia del logo de Opel
En el caso particular de la Historia del logo de Opel, todo comenzó en 1862, cuando la marca fundada por Adam Opel lucía sus iniciales de inspiración neoclásica en los paneles de hierro fundido de sus máquinas de coser. A diferencia de lo que podamos creer, Opel no fue creada inicialmente como un fabricante de coches, sino que su actividad se centraría durante décadas en la construcción y desarrollo de fábricas de coser.
Cuando la movilidad personal comienza a ser una preocupación para la compañía, la dirección de Opel da un giro y se centra en la fabricación de bicicletas. En 1890, la firma renovó su logotipo basándose en el modelo Victoria Blitz, uno de los mayores éxitos de Rüsselsheim en la época, lo que dio lugar a un elaborado imagotipo protagonizado por la diosa Victoria, protegiendo con su vuelo a un ciclista.
De máquinas de coser a la introducción del automóvil
En 1899, Opel vuelve a dar una vuelta en su hoja de ruta y se centra, definitivamente, en la producción de automóviles. Esto supondría que tres años más tarde, en 1902, fuera necesario un reajuste del logo de la marca. El modelo Opel 10/12 hp Tonneau empezaría a lucir en su radiador un nuevo emblema con forma de ojo, que contenía el apellido del fundador envuelto por la leyenda ‘Fábrica de automóviles de Rüsselsheim’.
En la misma época, las motocicletas de la marca lucían un logo estilizado con el apellido Opel que, a partir de 1909 y con algunas variaciones, sería adoptado por los vehículos de cuatro ruedas. En 1910, Ernesto Luis de Hesse-Darmstadt, Gran Duque de Hesse, diseña un nuevo logo que recupera la forma de ojo, esta vez rodeado de hojas de laurel. La forma básica de este diseño permanecería como emblema de la compañía hasta 1935.
Hasta 1928, esta nueva imagen se mantendría sin cambios. Sin embargo, ese mismo año se reanudaría la producción de motocicletas, por lo que se adaptó un logo de un ojo a su nuevo soporte, adquiriendo un color dorado y enmarcándose en un círculo rojo que conseguía diferenciar claramente a estos vehículos de dos ruedas de los de la competencia.
La llegada del zepelín
El zepelín, que a finales de la década de 1930 representaba la innovación humana y el progreso técnico, fue adoptado por la marca como nueva seña de identidad. El nuevo logo de Opel estaría rodeado por un anillo que representaba la rueda y la movilidad, un elemento que ha permanecido intacto hasta la actualidad como elemento básico del diseño del logotipo.
Ya en 1952, tras el paso de la II Guerra Mundial y los duros años de posguerra, Opel decide adoptar el color blanco y amarillo por primera vez en un logo de la casa, un isologo oval que había sido desarrollado en 1937, al mismo tiempo que el isotipo del zepelín. El zepelín, imagen de progreso en los años 30, ya era un elemento anticuado en los 50, por lo que fue reemplazado por una futurista aeronave que recordaba a un cohete en 1954.
Esta aeronave futurista vería una evolución a lo largo de los años hasta 1963, cuando su forma se parecía más a la de un rayo que a la de un cohete. La marca alemana iniciaba así su romance gráfico con el famoso ‘blitz’ que ya habían lucido las bicicletas y camiones de Opel en el siglo XIX.
El rayo, el actual logo de Opel
En 1970, la marca lucía un isologo en el que el apellido Opel figuraba bajo el rayo y el anillo, todo ello sobre un cuadrado amarillo. Este elemento fue empleado como imagen de Adam Opel AG, así como de sus concesiones locales e internacionales. En 1987, el diseño corporativo fue remodelado, revisando el isologo de los vehículos y los concesionarios, y reduciendo el campo amarillo para conseguir mayor atractivo visual.
Ya en 1995, el nuevo logo de Opel daba énfasis al apellido del fundador, pero todos sus coches lucían el rayo y el anillo en el frontal y en la zaga. Siete años más tarde, en 2002, el rayo se convierte en una figura tridimensional con esquinas oblicuas y una silueta dinámica. El color amarillo vuelve al logotipo dando color al nombre de la marca.
En 2008, coincidiendo con el lanzamiento del Opel Insignia (prueba) de primera generación, la marca adquirió una imagen más refinada y atrevida, con un rayo de aspecto esférico y el nombre Opel que aparece grabado por primera vez en la parte superior del anillo. El último retoque al logo de Opel aparece en 2016, dejando de lado las tres dimensiones y ofreciendo un isotipo plano, ganando en simplicidad, claridad, fuerza y solidez, un claro guiño a los diseños de los años 70 y 80.
