España es un país con una larga tradición por el motociclismo y cuenta con numerosos pilotos legendarios. El más grande de todos es Ángel Nieto, que ganó 13 mundiales (o 12+1, como le gustaba decir), de los cuales seis fueron en la categoría de 50 cc y siete en la de 125 cc. Otros grandes han sido Santiago Herrero (el primero en ganar un Gran Premio de 250 cc), Sito Pons (el primero en ser campeón de 2250 cc), Alex Crivillé (el primero en ganar el mundial en la máxima ctaegoría). Y así podríamos seguir hasta los Jorge Lorenzo, Marc Márquez, Toni Elías, Tito Esteve, Maverick Viñales… Pero hubo otro del que algunos se han olvidado: Fernando González de Nicolás.
La historia de Fernando González de Nicolás, El Nani, como le llamaban los suyos, es para hacer una película. Probablemente, si en lugar de haber nacido en el barrio de Vallecas, al sur de Madrid, lo hubiese hecho en algún lugar de Estados Unidos, ya habría llegado a la gran pantalla hace tiempo. La de González de Nicolás es una verdadera historia de supervivencia a la que todavía le queda un epílogo: ser el primer hombre del mundo en correr en todas las categorías que han existido en la historia del campeonato del mundo de velocidad.
Fernando González de Nicolás y ángel Nieto, una rivalidad vallecana
La vida de Fernando González de Nicolás empezó en Vallecas el 27 de noviembre de 1948, todavía en la posguerra. Se llevaba casi dos años con Ángel Nieto, que también nació en el mismo barrio. La pasión de ambos por las dos ruedas selló una bonita amistad (y rivalidad) desde que eran imberbes y que sólo se terminó cuando el 12+1 veces campeón del mundo abandonó este mundo para marcharse a aquel donde viven eternamente los grandes.
La rivalidad entre El Nani y el Pollero (el mote que tenía Ángel Nieto, por la profesión de sus padres) comenzó en duelos a golpe de bicicleta, pero pronto pasaron a batirse con motos trucadas en carreras clandestinas en la Cuesta de la Vega. Ya para entonces, Vallecas se quedaba pequeño. Eran los años 60, los del Madrid Ye-Ye, una joven Marisol y grandes figuras del toreo, como ‘El Cordobés’, El Litri, Paco Camino o Antonio Bienvenida. Era otra España.
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En aquel entonces, para ser alguien en el mundo del motociclismo tenía que hacer las maletas, subirse a lomos de la moto con la que competían y marcharse a Barcelona. Allí, mientras Nieto barría por las mañanas la fábrica de Bultaco y dormía en una frutería, Fernando González de Nicolás empezó trabajaba de ayudante en el taller de los Grau. Más tarde, aburrido, dejó el puesto y se puso a repartir fotocopias de planos a domicilio. En esos tiempos, el motociclismo no era muy popular en España, pero, poco a poco, ambos empezaron a llamar la atención de las marcas.
El accidente de Calatayud que truncó su carrera
En aquellos años, había un piloto español que despuntaba. Era Santiago Herrero, quien se convirtió en el primero en ganar un Gran Premio de 250 cc en 1969. Pero ese mismo año, Ángel Nieto se proclamó campeón del mundo en la categoría de 50 cc, convirtiéndose en el primer español en ganar un título mundial.
El Nani empezaba a ganar popularidad, pero fue en ese momento cuando sufrió un terrible accidente que casi termina con su vida. Ocurrió en 1973, cuando el vallecano se dirigía a Calatayud para una concentración de motos. Como consecuencia del accidente, le extirparon el bazo y un riñón, y estuvo seis temporadas alejado de los circuitos. De hecho, como dijo en una entrevista al diario El Mundo en 2016, cuando se despertó en el hospital de Zaragoza, rodeado de monjas, explicó a su familia que había visto la luz al final del túnel y había dado media vuelta para regresar al mundo de los vivos.
Pero no fue el único accidente que sufrió. En 1979, sufrió otro muy grave. Como contó Ángel Nieto en El Mundo, “Cuando vino a España le habían escayolado mal, la cosa se complicó y le tuvieron que operar a vida a muerte... La dureza de este pavo ha sido acojonante”.
Clubes de alterne, atraco a un banco… todo para costearse su pasión por las motos
Fernando González de Nicolás puede presumir de ser el primer piloto del mundo en correr en todas las categorías que han existido en la historia del campeonato del mundo de motociclismo: 50, 80, 125, 250, 350, 500 y 750 cc. Sólo le queda una, completar un gran premio con un sidecar. Es la espina que se le ha quedado clavada hasta el día de hoy, un récord Guinness por el que ha hecho de todo para conseguir.
Estuvo a punto de conseguirlo varias veces. En 1991 iba a correr el Gran Premio de Yugoslavia, pero el estallido de la Guerra de los Balcanes se lo impidió. Se reanudó el campeonato en Jerez, pero, tras un largo viaje desde Suiza, su copiloto le dejó tirado y se marchó a otro equipo. En los años 2000, lo intentó de nuevo y hasta vendió su piso para invertir las ganancias en mejorar su motor.
En Albacete se clasificó para la carrera, pero le descalificaron por un error en el cronometraje. En Aragón le dijeron que no se podía correr con motor de más de ocho años. En Valencia ganó su plaza en los entrenamientos, pero cuando estaba a punto de salir, recibió un comunicado de la Federación que prohibía participar a los pilotos mayores de 55 años. Aquel día, con todo el peso de la frustración encima, El Nani se fue hacia el director de carrera, un holandés, y lo tumbó de un gancho en mitad de la pista.
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A lo largo de casi 60 años, Fernando González de Nicolás ha hecho de todo para costearse su pasión por las motos. Ha sido mecánico, antenista para una empresa de Matías Prats, ha vendido pantalones vaqueros, regentó un negocio de fundición de estaño, trabajó como taxista por la noche, condujo un camión, representó a Peugeot, montó dos clubes de alterne, como el Menage a Trois, donó sangre para conseguir dinero y comprar piezas para su Bultaco Metralla…
Aunque nunca metió la pata tanto como la mañana del 30 de marzo de 1981, cuando atracó una sucursal del Banco de Valencia en el barrio de Salamanca, junto con su compinche, y robó más de tres millones de pesetas de entonces. La Policía atrapó a los dos ladrones y, cuando se descubrió la identidad de uno de ellos, la prensa le dedicó más portadas que cuando corría en los circuitos. Su obsesión por conseguir su propósito le llevó a cometer esta y otras locuras, pero, como dijo Ángel Nieto: “Todas las locuras que ha hecho, las ha hecho por la moto, son locuras de llevar la gasolina dentro de las venas”.
El Nani terminó en la cárcel de Carabanchel, de la que llegó a tener un plan de fuga preparado y donde organizó una carrera de minimotos. Hoy, Fernando González de Nicolás tiene 75 años, cumplirá 76 el próximo 27 de noviembre y, como el mismo dijo, cualquiera otra persona habría necesitado cuatro vidas para vivir la suya.
Imágenes: capturas de pantalla Informe Robinson.