La historia está llena de parejas míticas, reales o inventadas, que se han consolidado a lo largo de los años hasta ser fácilmente reconocibles por prácticamente cualquier persona del mundo. Dentro del mundo del motor no hay tantos ejemplos, pero casi podríamos tratar a Bonnie y Clyde como una de ellas, dado su apego por los coches, tanto que el dúo de delincuentes casi podría haber llegado a considerarse un trío junto a las monturas que utilizaban para huir de los atracos que perpetraban.
Conocidos como dupla y solo por su nombre de pila, el tándem/pareja/asociación formado por Clyde Barrow y Bonnie Parker fue absolutamente imbatible y trajo de cabeza a los cuerpos de seguridad estadounidenses desde 1932 a 1934. Dos años de fechorías y asaltos en los que en los que ambos llevaron a cabo 12 atracos a bancos y quitaron la vida al menos a 13 personas. Dos largos años en los que siempre conseguían salir de rositas del lugar del crimen. ¿Cómo? Gracias a los coches y a la habilidad de Clyde al volante.
Y es que si te vas a dedicar a este tipo de vida, contar con un plan de huída para cada trabajo es indispensable y, si las cosas se tuercen, saber que quien está al volante del vehículo de huída tiene buenas manos, es una suerte de seguro de que todo podría acabar bien. Clyde era buen conductor, de hecho, muy buen conductor, puesto que conseguía dar esquinazo y dejar atrás a la policía siempre, pero parte de la “culpa” de ello también la tenían los coches que conducía.
Lógicamente ninguno era suyo, pero tenía buen gusto y ojo a la hora de elegir cuáles robaba, buscando vehículos rápidos, ágiles y que, dado que iban a pasar muchas horas en ellos viajando de un lado para otro, fuera confortables. De entre todos, el Ford V-8 era su favorito, y así se lo hizo saber al mismísimo Henry Ford mediante carta.
Ésta rezaba lo siguiente:
“Mr. Henry Ford
Detroit Michigan
Apreciado señor:
Mientras todavía tengo aire en los pulmones tengo que decirle que vaya coche tan estupendo fabrica. He conducido Fords exclusivamente cuando he podido escaparme con uno. Para una velocidad continuada y mantenerse alejado de los problemas, el Ford ha despellejado a cualquier otro coche e incluso si mis negocios no son estrictamente legales, creo que no hace daño decirle que buen coche es el V-8.
Atentamente,
Clyde Champion Barrow”
Algunos lo tacharan de desfachatez, pero podemos considerarlo una muestra de respeto y de admiración por el trabajo bien hecho de la compañía americana. De hecho la devoción de Bonnie y Clyde por la marca continuó mientras duraron sus vidas, y no deja de ser romántico que estas terminaran a bordo de un Ford, aunque no un V-8, sino de un Ford Deluxe.
Se lo habían robado a Ruth Warren en Topeka, Kansas, que lo había comprado por 835 dólares de la época. Adquirido en marzo de 1934, al mes siguiente desapareció cuando la pareja se hizo con él. No tardó mucho en recuperarlo, puesto que la policía se lo devolvió en mayo, aunque parecía un colador: 160 agujeros de bala que acabaron con la vida de Bonnie y Clyde al ser atrapados en una emboscada preparada por seis policías en Louisiana.