Hasta los años 80, los monovolúmenes se podían contar con los dedos de una mano. Había habido algún ejemplo antes, como el FIAT 600 Multipla (esta es su historia) de los años 50, pero nunca gozaron de gran popularidad. Todo cambió con la llegada en 1984 de los Plymouth Voyager y Dodge Caravan. En Europa, el Renault Espace imitó el concepto de los modelos estadounidenses y fue entonces cuando este práctico vehículo empezó a extenderse. Sin embargo, en medio hubo otro monovolumen que ha sido injustamente olvidado: el Ford Aerostar.
Muchos no saben de la importancia que tuvo este modelo para Ford y menos aún que sus raíces están entrelazadas con el Dodge Caravan de Chrysler. Nos remontamos hasta principios de los años 70, cuando Lee Iacocca, entonces ejecutivo de Ford, impulsó un programa para crear lo que describió como una "furgoneta con garaje" que no superara los 1,83 metros de altura, con el objetivo de transferir el éxito de la compañía en el segmento de las furgonetas grandes como la Econoline a un formato más pequeño.
Una idea de Lee Iacocca que terminó en Chrysler
El proyecto se denominó Carrousel y en 1972 ya se había construido un prototipo. Era más pequeño que la popular Volkswagen Transporter, pero conservaba el chasis del Ford Econoline, con tracción trasera, y equipaba el potente motor V8 de 7.5 litros. Pero la crisis del petróleo que se originó un año más tarde obligó a la marca a recortar presupuesto y, finalmente, abandonó el proyecto.
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A finales de los 70, Iacocca dejó Ford y, poco después, desembarcó en Chrysler. Allí presentó de nuevo su proyecto de hacer un monovolumen compacto, idea que esta vez sí culminó con los Caravan y Voyager. Sin embargo, en Ford no habían desaparecido del todo el deseo de hacer una furgoneta similar. Antes, en 1978, los de Dearborn se vieron obligados a considerar diferentes medidas para mejorar la eficiencia en toda su gama y, en parte, esto incluyó un replanteamiento de su estrategia de vehículos de alta capacidad. En este sentido, y de cara a las futuras minivans Dodge y Plymouth, el antiguo proyecto Carrousel proporcionó un importante punto de partida.
Empieza el desarrollo del Ford Aerostar
El desarrollo del Ford Aerostar comenzó a principios de los 80 con la intención de hacer un vehículo completamente nuevo. En lugar de imitar el enfoque de Chrysler, basado en un sedán con tracción delantera, los de Detroit estaban dispuestos a invertir más de 300 millones de dólares de la época en el desarrollo de una plataforma única para su miniván, aunque utilizara muchos componentes comunes con otros modelos de la marca.
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Ford rompió con la tradición de la Econoline al construir un chasis monocasco para la Aerostar. Aun así, los rieles de bastidor completos reforzaron la furgoneta, hasta el punto de que podía igualar la capacidad de remolque de 2.270 kg del Ford Ranger. Del pick-up heredó también los frenos y buena parte del diseño de la suspensión delantera, aunque para la Aerostar se recurrió a unos resortes helicoidales en las cuatro esquinas y una configuración de tres enlaces para su eje trasero sólido. La versión con carrocería larga ofrecía 4.800 litros de capacidad con el asiento del pasajero abatido, una cifra que sigue siendo competitiva con las camionetas y SUV actuales.
Los motores del Ranger
En el apartado mecánico, el Ford Aerostar recurrió también a los motores del Ranger. Inicialmente, los responsables planearon añadir una versión diésel, pero al final quedó descartada y sólo montó versiones de gasolina. En el nivel de acceso, ofrecía un motor de cuatro cilindros de 2.3 litros de 101 CV y un V6 de 2.8 litros con 116 CV. Un año más tarde, este V6 se sustituyó por otro de 3.0 litros y 147 CV, también disponible en el Ford Taurus. El motor de cuatro cilindros se eliminó de la oferta el tercer año de producción y ya en 1990 se introdujo un segundo V6, pero de 4.0 litros y 162 CV. Según versiones, el cambio podía ser manual de cinco relaciones en las ediciones básicas y comerciales o automático de cuatro velocidades (más tarde de cinco).
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Estéticamente, el Ford Aerostar se caracterizaba por un diseño muy aerodinámico gracias a su forma de cuña, lo cual le permitía conseguir un coeficiente de apenas 0,37, inferior al de muchos cupés deportivos contemporáneos. El perfil resbaladizo también ayudó a Ford a ofrecer un mejor consumo de combustible del que cabría esperar en una furgoneta, con una media de 7,8 litros a los 100 km en carretera.
Buena acogida inicial
El Ford Aerostar llegó al mercado estadounidense en 1986. Para su lanzamiento comercial, la marca del óvalo utilizó el ‘Aerostar Airlift’, una iniciativa promocional en la que ocho aviones de carga C-130 dejaron caer varias unidades en ciudades de todo el país. Fue un debut prometedor para un vehículo que pocos asociaban con el glamour, pero Ford estaba decidido a poner el Aerostar delante de la mayor cantidad de conductores posible mientras luchaba con Chrysler por las ventas familiares.
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El monovolumen tuvo una buena acogida. Algunos se quejaron de la intrusión en el habitáculo del túnel de transmisión que transfería el par al eje trasero, algo que no ocurría en los Caravan y Voyager, que eran tracción delantera. Sin embargo, el Aerostar estaba muy por delante de las gemelas Chevrolet Astro y GMC Safari en términos de confort, manejo y practicidad. En dos años, se vendieron casi 400.000 ejemplares.
La producción del Ford Aerostar terminó en 1997
Más tarde, la marca se adentró en nuevos terrenos con la Aerostar Eddie Bauer en 1988, el primer monovolumen compacto de lujo que llegó al mercado antes que la Chrysler Town & Country. En 1990, incorporó la tracción integral, un concepto que heredó del prototipo HFX Aerostar que diseñó Guia.
La producción del Ford Aerostar cesó en 1997, con más de dos millones de unidades fabricadas. No fue un modelo especialmente revolucionario y su esquema de tracción trasera estaba lejos de ser innovador, mientras que sus rivales ya optaron por un eje delantero motriz. Sin embargo, todo el desarrollo de este monovolumen proporcionó una base conceptual que, con el tiempo, cerró la brecha que había entre las camionetas tradicionales y los familiares de tipo ranchera.