¡Ya está aquí el nuevo Ferrari SF90 Stradale! Es el primer superdeportivo de producción en serie de la marca que está equipado con un sistema de propulsión híbrido enchufable y el primer vehículo con motor V8 que se sitúa en la cúspide de la gama convencional de Ferrari. Un conjunto mecánico que ofrece unas cifras de rendimiento sencillamente espectaculares, con un total de 1.000 CV de potencia a disposición del conductor y una relación entre peso y potencia de tan solo 1,57 kg/CV.

PRUEBA: Ferrari F40

El nombre escogido para este superdeportivo, SF90 Stradale, hace referencia al 90 aniversario de la creación de Scuderia Ferrari y al vínculo que existe entre los modelos de calle y competición de la firma. A nivel estético, la marca presenta a este modelo como una “evolución radical” con respecto a los Ferrari con motor central trasero producidos en las últimas dos décadas.

Ferrari SF90 Stradale lateral

El frontal está dominado por unos afilados grupos ópticos con tecnología led y con forma de L; en la vista lateral se aprecia que el habitáculo adelantado enfatiza el hecho de que el motor esté situado ‘atrás’, con una forma de burbuja que según la marca, recuerda a la cabina de un avión. En la zaga destacan los pilotos de formas más cuadradas, las salidas de escape centrales o el enorme difusor, que forma parte de una serie de elementos aerodinámicos activos con los que logra ofrecer 390 kg de carga aerodinámica a 250 km/h.

En cuanto a las dimensiones, la longitud total se sitúa en los 4.710 mm, con 1.972 mm de ancho, 1.186 de alto y con una batalla de 2.650 mm. Un tamaño que le permite ofrecer un habitáculo con dos plazas, un espacio que además presenta un diseño futurista que en el futuro se trasladará a más modelos de la marca, con elementos como el cuadro de mandos completamente digital compuesto por una única pantalla de 16 pulgadas que se curva hacia el conductor para facilitar su visualización.

Ferrari SF90 Stradale: de 0 a 200 km/h en 6,7 segundos

Ferrari SF90 Stradale zaga

Pero sin duda alguna, la estrella del Ferrari SF90 Stradale es su sistema de propulsión híbrido enchufable. Un conjunto que está compuesto por un bloque V8 de 3.990 centímetros cúbicos de cilindrada equipado con dos turbocompresores que es capaz de producir por sí solo 780 CV de potencia y 800 Nm de par con una potencia específica de 195 CV por litro de cilindrada.

Entre este motor térmico y la caja de cambios de doble embrague y ocho relaciones se sitúa un motor eléctrico, que trabaja en combinación con los dos motores eléctricos independientes que hay en el eje delantero. Entre los tres generan una potencia adicional de 220 CV (162 kW), haciendo que de esta forma el dato de potencia total combinada alcance unos imponentes 1.000 CV.

Ferrari SF90 Stradale interior

Los motores eléctricos extraen la energía de una batería de iones de litio de 7,9 kWh de capacidad, un elemento que permite que pueda circular en modo 100% eléctrico a velocidades de hasta 135 km/h y ofrecer una autonomía en este caso de hasta 25 kilómetros. Con todo y gracias a la tracción a las cuatro ruedas, puede pasar de 0 a 100 km/h en 2,6 segundos, de 0 a 200 km/h en 6,7 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 340 km/h.

Como todo híbrido enchufable que se precie, el Ferrari SF90 Stradale ofrece varios modos de conducción, que en este caso se seleccionan a través del eManettino ubicado en el volante. Son cuatro en concreto: eDrive, en el que funciona en modo eléctrico siempre que la batería tenga carga suficiente; Híbrido, en el que el sistema optimiza el funcionamiento de todo el sistema y en el que arranca por defecto cada vez que lo ponemos en marcha; Performance, en el que se busca que la potencia esté disponible de forma instantánea y por ende, mantener siempre la batería con carga; y por último Qualify, en el que se prioriza alcanzar los datos de potencia máxima oficiales.

https://www.youtube.com/watch?v=MPT1wm8Xf1c&feature=youtu.be

Y para que el conductor pueda mantener bajo control al SF90 Stradale en todo momento incluso a pesar de sus imponentes cifras de rendimiento, los ingenieros de Ferrari han diseñado un nuevo control de deslizamiento lateral del vehículo, denominado eSSC. Un sistema que optimiza la potencia y el par que entregan los motores eléctricos y térmico, siendo capaz de distribuir cantidades precisas a cada neumático en función del nivel de agarre que ofrezca cada uno de ellos, logrando así las máximas prestaciones.

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