Entre el nacimiento del Bugatti EB110 y del Chiron pasaron nada menos que 25 años y entre ellos también vio la luz el Veyron, tres deportivos que llevaron a la marca desde el terreno del ‘súper’ al ‘híper’, pero que a pesar de las diferencias que tienen entre sí, también cuentan con ciertos rasgos compartidos entre todos ellos.

El primero es el mimo que supone una fabricación a mano, aunque su localización haya variado con el paso del tiempo. El EB110 se producía en Campogalliano, Italia, por razones prácticas: era fácil contratar personal especializado que hubiera formado parte de marcas como Ferrari, Lamborghini o DeTomaso. El Veyron ya se ensamblaba en Molsheim, Francia, donde Ettore Bugatti fundó la compañía, y es el lugar que también ha visto nacer al Chiron.

Los tres, además, recibieron denominaciones muy relacionadas con la historia de la marca. ‘EB110’ significa en realidad ‘Ettore Bugatti 110’, por los 110 años del fundador. El Bugatti Veyron toma su nombre del piloto francés Pierre Veyron, que compitió y trabajó dentro de la compañía. El Chiron, por su parte, también deriva del piloto Louis Chiron, que corrió para la firma entre los años 1926 y 1933.

PRUEBA: Bugatti Chiron W16 8.0 1.500 CV

También, a pesar de las más de dos décadas de evolución de la estirpe Bugatti, el trío comparte ciertas similitudes técnicas: utilizan un chasis monocasco de carbono, sistema de tracción integral a las cuatro ruedas y sus respectivos motores cuentan con cuatro turbos.

Claro está, en los tres es fácil apreciar una escala que no ha dejado de crecer. El EB110 se conformaba con un bloque 3.5 V12 que desarrollaba hasta 611 CV, el Bugatti Veyron empleaba un W16 cuya cilindrada llegaba hasta los 8,0 litros y que desarrollaba más de 1.000 CV, y el Chiron ha subido todavía más arriba con bloque de formato similar (8.0 W16) pero capaz de desarrollar 1.500 CV y 1.600 Nm de par máximo.

Del EB110 al Chiron

Este incremento de potencia (además de mejoras en otras áreas como al aerodinámica) consiguieron mejorar las prestaciones, pasando del 0-100 km/h en 3,3 segundos del EB110 hasta los 2,4 segundos del Chiron.

Por último, se trata de tres modelos de lo más exclusivos, habiendo fabricado Bugatti una cantidad muy limitada de cada uno de ellos: apenas 128 EB110, 450 ejemplares del Veyron entre todas sus versiones y 500 del Chiron, del que por el momento ya han salido de la línea de montaje 200.

Vídeo: la historia de los dos únicos Bugatti EB110 de competición

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