En este tipo de listas siempre hay discrepancias. ¿Cuáles son los coches más locos que se han vendido en un concesionario? No estamos hablando simplemente de potencia o deportividad, que también. Sino vehículos que te dejan la boca abierta nada más verlos y/o conocer sus características. De lo que son capaces. Quizás no estén todos los que son, pero sí que son todos los que están:
Renault 5 Turbo 2
El fabricante francés Renault tiene una importante presencia en esta selección, pero el Renault 5 Turbo 2, conocido popularmente como 'culo gordo', es el más llamativo. Un utilitario deportivo extremo del que se fabricaron algo más de 3.000 unidades. Su ancho de vías trasero es 23 cm mayor que en el Renault 5 estándar y su motor 2.0 desarrolla 160 CV para sus menos de 1.000 kg. Todos enviados al eje trasero.
Mini GP
A mediados de la década de los 2000 Mini lanzaba el primero de los (prueba) Mini John Cooper Works GP. Un coche urbano con 218 CV de potencia (el actual, el tercero de la saga, alcanza los 306) capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y de llegar hasta los 235 km/h de velocidad punta. Una auténtica bomba de lo más divertida de conducir.
Mercedes G63 AMG 6x6
Cierto es que no se trataba de un modelo de producción a gran escala, pero el hecho de que Mercedes decidiese lanzar un coche con seis ruedas bien vale la inclusión en la lista de los coches más locos creados jamás. Era el G63 AMG 6x6, del que se fabricaron 100 unidades. Ahora bien, tan solo se podía comprar en Alemania y su precio rondaba el medio millón de euros.
Audi A1 Quattro
El (prueba) Audi A1 más excitante que se haya hecho jamás llevaba el apellido 'Quattro'. Un vehículo muy pequeño y pensado originalmente para circular por la ciudad, pero que sufrió unos cambios que le convertían en el perfecto coche de rally. Salió al mercado a principios de la década pasada con tracción integral, 256 CV de potencia y una tirada limitada a tan solo 333 unidades.
Volkswagen Polo R WRC
Es posible que el (prueba) Volkswagen Polo R WRC no fuese tan extremo como el Audi anterior, pero casi. De nuevo estamos ante un utilitario vitaminado perfecto para enlazar curvas. La versión más extrema de este urbano alemán gracias a sus 220 CV de potencia y 350 Nm de par motor máximo, todo gestionado a través de su cambio manual. ¿El protagonista? Su maravilloso motor 2.0 TSI.
Renault Mégane R26.R
La firma gala tan solo construyó 450 ejemplares del Mégane R26.R, uno de los compactos más radicales de su época. Parecía de competición, pero estaba homologado para circular por la calle. Un coche que reducía su peso a la mínima expresión para poder sacar el mayor partido posible a sus 230 CV y 310 Nm. Con su 2.0 Turbo, hacía el 0 a 100 km/h en 6 segundos. Hoy puede que no impresione, pero en su tiempo era 'la bomba'.
KTM X-Bow
El KTM X-Bow es uno de los deportivos más excitantes que he tenido la suerte de poder probar. Un peso ridículo, un sistema de propulsión trasera y hasta 300 CV de potencia en la versión R. Salía por más de 60.000 euros, que era (y es) un dineral, pero como capricho adicional en el garaje no tenía precio.
Morgan 3-Wheeler
Bien podría ser llamado 'triciclo' el Morgan 3-Wheeler. Pero sería, quizá, demasiado despectivo para un vehículo que emana diversión por los cuatro costados. Un eje trasero de una sola rueda, espacio para dos ocupantes (que tendrán que abrigarse al no tener protección) y un sonido que enamora. Eso sí, tiene 82 CV de potencia y cuesta más de 50.000 euros.
Smart Crossblade
De entre los coches más locos de esta lista, el Crossblade, un vehículo fabricado por Smart a principios de siglo, se lleva la palma. No tiene parabrisas, techo... ni puertas. Un micro urbano del que se fabricaron 2.000 unidades dado que cuando se presentó el prototipo en 2001 la crítica general fue maravillosa. Tenía 70 CV de potencia y costaba prácticamente el doble que un ForTwo estándar.
Renault Clio V6
Sí, hemos sido de los pocos afortunados en poder hacer la prueba del Renault Clio V6 Fase 2. Un modelo que te transporta a otra época, una en la que un utilitario vitaminado podía montar un motor muy 'gordo'. Su V6 atmosférico entregaba 255 CV a algo más de 7.000 rpm y tan solo hacía falta ver su estética para saber que estabas delante de algo muy especial.