Los coches del Grupo S son unos modelos de competición de hace algo más de tres décadas que quedaron finalmente en el olvido. Todos los entusiastas del motor y la competición recordamos con cariño los coches del Grupo B. Sin embargo, los del Grupo S, a pesar de ser prácticamente iguales, nunca llegaron a ver la luz de manera oficial. Eso sí, los fabricantes de vehículos llegaron a gastar auténticas barbaridades de dinero en su investigación y desarrollo. Pero acabaron convirtiéndose en unos prototipos de lo más interesante que a día de hoy son únicos.

Grupo S

El Grupo S, más racional que Grupo B

A grandes rasgos, los coches del Grupo S eran prácticamente los mismos que los del Grupo B. Sin embargo, la FISA -Fédération Internationale du Sport Automobile, que a principios de los ’90 fue absorbida por la FIA- dictaminó que cualquier vehículo de esa competición debería ser más seguro que los del Grupo B. Y es que esta competición era una total locura que, desgraciadamente, le costó la vida a varios pilotos, copilotos y espectadores. No obstante, no son pocos los ‘quemados’ que sueñan con poder contar en su garaje con un coche del Grupo B de rallye.

Tres pick-up que estuvieron homologados para el Grupo B de rallys. ¡De locos!

La cuestión es que los coches del Grupo S debían contar con un chasis tubular, tracción a las cuatro ruedas, un motor central que montase un turbocompresor y una carrocería compuesta de fibra. La gran diferencia radicaba en la disminución de potencia, que iba desde los 500 CV por unidad del Grupo B hasta los 300 CV de cada ejemplar del Grupo S. De todas formas, muchas marcas hicieron caso omiso a esto último y se encargaron de desarrollar prototipos de lo más bestias… para luego adaptarlos como coches del Grupo S. Además, tan solo hacía falta homologar 10 unidades para circular por la calle si se quería competir con un modelo en el Grupo S, por los 200 ejemplares necesarios para hacer lo propio en el Grupo B.

La cancelación del Grupo S

Los coches creados para competir en los rallyes del Grupo S hicieron -y hacen- las delicias de muchos ‘petrolheads’. En la década de los ’80 la imagen y el prestigio en la competición daba mucho más caché a los fabricantes que a día de hoy. Por ello muchos ponían toda la carne en el asador arriesgándose incluso a que la inversión en construir un modelo fuese ‘a fondo perdido’. De hecho, pese a la norma de la reducción de potencia, la gran mayoría desoyeron esta regla -ya habría tiempo para adaptarlos más tarde- y crearon propulsores que alcanzaban fácilmente el doble de potencia de la permitida.

toyota 222d

De todas formas, ni siquiera les dio tiempo a debutar con los mencionados 300 CV. La razón es que el Grupo S fue cancelado a la misma vez que el Grupo B. La peligrosidad de esta última competición acabó llevándose la vida de Henri Toivonen y de su copiloto, Sergio Cresto, en un accidente sufrido en mayo de 1986 en Córcega. Finalmente fueron sustituidos por los coches del Grupo A, otra serie de regulaciones de la FIA con unos modelos más seguros y que también contaban con una limitación de potencia importante con respecto a los del Grupo B y a los prototipos del Grupo S.

Y con esta carta se acabó el Grupo B

Prototipos muy alocados

Muchos de los prototipos del Grupo S se convirtieron en coches completamente demenciales. Uno de los más controvertidos fue el Audi Quattro Group S Prototype, desarrollado sin que los mandamases de la firma de los cuatro aros supieran de su existencia. Para construirlo fue financiado con dinero sin registrar y sus piezas se enviaban desde Alemania en contenedores no etiquetados. Se trató de un ‘concept’ fabricado en la República Checa que tenía 1.000 CV de potencia y tracción a las cuatro ruedas. Sin embargo, en cuanto los jefes lo descubrieron todo mandaron destruir lo relacionado con este modelo, coches terminados incluidos.

audi quattro group s prototype

Otra de las grandes estrellas entre los coches del Grupo S fue el Lancia ECV1 -siglas de Experimental Composite Vehicle 1-. Un automóvil de carreras con una imagen similar a la del Lancia Delta S4 del Grupo B, pero más pequeño.  Su chasis estaba construido con fibra de carbono, kevlar y aluminio -pesaba tan solo 930 kg en total-, y contaba con un motor biturbo de 1,6 litros y 600 CV de potencia. Más tarde llegó el Lancia ECV2, con 30 kg menos en la báscula, un motor 50 CV más potente y una aerodinámica más cuidada. Se rumorea que alcanzaba los 200 km/h desde parado en menos de 10 segundos.

Vídeo: Fernando Alonso también pilotó un Grupo B

Algunos de los otros coches del Grupo S fueron el Toyota MR2 222D, con un motor 2.2 de hasta 600 CV -existieron diferentes versiones y configuraciones-; el Opel Kadett 4s de 500 CV que la firma alemana utilizó de base para competir en el Dakar; o el Lada 2108 Samara Eva, conocido también como S-Proto.

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