Cualquier aficionado al mundo de la competición del motor tiene en un pedestal, en su altar de mitos y leyendas, a una categoría entera del mundillo de los rallyes, así como sus coches, también los de calle: el Grupo B. Es mencionarla y que a todo el mundo le asome en el semblante una expresión que mezcla alegría, añoranza y algo de miedo. Y no es de extrañar, porque vaya categoría era aquella.

Su existencia fue breve, puesto que nació en 1982 para sustituir al Grupo 4 y fue suspendida en 1986, pero esos cuatro años le sirvieron para dejar huella, tanto literal como metafóricamente.

Los coches de calle del Grupo B: Peugeot 205 T16

Al poco de hacerse oficial, el reglamento laxo establecido por la FIA (FISA en aquella época) fue el caldo de cultivo perfecto para crear una categoría de lo más espectacular nunca visto, con auténticas bestias sobre ruedas y realmente peligrosa. ¿El motivo? La regulación no era muy estricta, lo que permitió a los fabricantes echar el resto y crear máquinas de competición como no se conocían hasta entonces.

A subasta todas estas leyendas del Grupo B

Al no existir límite de peso, los coches eran muy ligeros, con pesos que habitualmente oscilaban entre los 900 y los 1.000 kilos gracias al empleo de chasis tubulares y de la fibra de vidrio. El hecho de añadir turbos a los motores tuvo como resultado potencias que superaban los 300 CV y que en ocasiones acariciaban los 500. Menos mal que prácticamente todos los modelos empleaban tracción integral que, por un lado, añadía algo de solidez al conjunto y, por otro, hacía más controlables estas monturas indomables.

Vídeo: un Porsche 911 del Grupo B en el Nürburgring nevado

Como es de imaginar, dichas características dieron lugar a un combo explosivo, con coches que será recordados durante décadas. Aquí os traemos los coches de calle del grupo B, necesarios ya que la normativa exigía que se homologaran al menos 200 unidades para uso en la calle durante un periodo de 12 meses.

Ford RS200 de calle: Grupo B

Audi Sport Quattro S1

La cuarta y última evolución que sufrió el modelo de los cuatro aros, el Audi Sport Quattro S1 compitió en los años 85 y 86. Cuando nació, su motor 2.1 rendía 450 CV de potencia. Cuando murió, ya llegaba a los 600 CV. Con un peso de solo 1.090 kilos, volaba de 0 a 100 km/h en 3,1 segundos si quien estaba al volante tenía el pulso firme.

La versión de calle era el Audi Sport Quattro, variante del Audi Quattro con una distancia entre ejes 320 mm menor para mejorar el manejo. Utilizaba el mismo motor, pero con una potencia más comedida de “solo” 306 CV.

Los coches de calle del Grupo B: Audi Sport quattro

Austin MG Metro 6R4

No pasó del tercer puesto en ninguna prueba, pero agrandó la leyenda de los Grupo B. Tuvo la peculiaridad de, al contrario que la mayoría de sus rivales, no emplear turbo alguno. Su motor era un 3.0 V6 atmosférico que entregaba 410 CV y 400 Nm. Marcaba solo 1.060 kilos sobre la báscula.

Las unidades homologadas para la calle recibieron la coletilla de Clubman, empleaban un motor 3.5 V8 de origen Rover de 250 CV que, debido a su posición, hacía que el reparto de pesos fuera de 35/65.

Lancia Rally 037

Un modelo creado con la finalidad de participar en el Grupo B. Estuvo presente desde el principio y fue uno de los únicos en decantarse por la tracción trasera, lo que a la larga le acabó pasando factura. Empezó su andadura en el 82 con un motor 2.0 de 265 CV (fue Campeón del Mundo en el 83) y en el 84 lo sustituyó por un 2.1 de 325 CV con el que movía sus escasos 980 kilos.

La variante de calle lleva la firma de Pininfarina, modelo porque su demanda excedió la necesaria para la homologación (se fabricaron 220 unidades). Tenía una potencia bastante justa, de solo 205 CV, pero gracias a su ligereza pasaba de 0 a 100 km/h en menos de siete segundos.

Los coches de calle del Grupo B: Lancia Rally 037

Ford RS200

Miembro de la reconocida estirpe de coches de rally de Ford, fue el pase de entrada de la al Grupo B. Su chasis monocasco se combinaba con dos sub-ckasis para motor y suspensiones, la carrocería estaba fabricada en materiales como kevlar y fibra de carbono, empleaba tracción integral… y su corazón era un motor Cosworth BDT con turbo Garret T03/4 del que se podía extraer de 380 a 450 CV.

Los coches de calle del Grupo B: Ford RS200

Se crearon 200 unidades de calle ex profeso, ya que la marca no comercializaba ningún modelo homónimo. Era prácticamente idéntico al de rally salvo por una potencia menor (300 CV) y un reparto de entrega par en el que predominaba el eje trasero.

Los coches de calle del Grupo B: Ford RS200

Lancia Delta S4

Relevo del Lancia Rally 037, solo corrió solo en 11 pruebas, pero fueron más que suficientes para conseguir 12 podios, 4 victorias y conseguir el campeonato de marcas para Lancia. Su motor 2.0 tetracilíndrico de 450 CV mandaba la potencia a los dos ejes mediante sendos diferenciales.

La versión de calle, el Lancia Delta S4 Stradale, estaba desarrollaba desde el Lancia Delta normal, con el que poco tenía que ver. Montaba un bloque 1.8 con doble sobrealimentación de 250 CV que se combinaba con una caja de cambios manual de cinco marchas y con un sistema de tracción integral.

Los coches de calle del Grupo B: Lancia Delta S4

Mazda RX-7 Evo Grupo B

Uno de los quizá grandes olvidados del grupo, en parte por su escaso calado en cuanto a victorias y en parte porque al suspensión de la categoría supuso un abrupto final para el modelo, del que solo se fabricaron siete de las 20 unidades que estaba previsto que se produjeran. El RX-7 Evo fue uno de los pocos que optó por la tracción trasera, utilizaba (como no) un motor rotativo de cerca de 300 CV de potencia.

Peugeot 205 T16

Posiblemente una de las superestrellas de la categoría, incluso a pesar de que no debutó hasta 1984. Era una mala bestia que combinaba ligereza con potencia desmedida y que en su corta vida estrenó una segunda versión que consiguió radicalizarlo todavía más. En origen pesaba 940 kilos y su motor 1.8 tenía 300 CV de potencia, pero la versión que se estrenó en el 85 rebajó su peso hasta los 910 kilos y subió la potencia hasta los 500 CV. Una bala que pasaba de 0 a 100 en 2 segundos.

Como se exigió al inicio del proyecto, era muy parecido al 205 T16 de calle. El compacto, con una carrocería ensanchada que no dejaba indiferente a nadie, era menos radical que el de competición: con 200 CV tenía que mover 1.210 kilos.

Los coches de calle del Grupo B: Peugeot 205 T16

Una de las 200 unidades del Peugeot 205 T16, en venta

Renault 5 Maxi Turbo

La última evolución tras dos R5 Turbo, fue el que entró en el Grupo B debutando con victoria. Montaba un bloque 1.4 que llevaba incorporado un turbo Garrett T4 para desarrollar 350 CV y, a través de una caja manual de cinco relaciones, catapultar los 905 kilos del modelo de curva en curva.

El modelo de calle es conocido de sobra por todos: el Renault R5 Turbo, ‘culogordo’ para los amigos, era una versión sobredimensionada que poco o nada tenía que ver con el R5 estándar. Llamaba poderosamente la atención su eje trasero ensanchado y empleaba un motor 1.4 turbo de 160 CV. Con una entrega de potencia de todo menos dócil, pasaba de 0 a 100 en 7,7 segundos y llegaba hasta los 218 km/h.

Los coches de calle del Grupo B: Renault 5 Turbo

Y con esta carta se acabó el Grupo B

Fotos: Bonhams/P. Litwinksi. Fabricante. Newspress.

Dejar respuesta

Por favor, introduce tu comentario
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.