Si existe un coche mítico en la firma de Baviera, por deportividad y exclusividad, que sea anterior a los modelos M, ese es el BMW 2002 Turbo (prueba). Se reveló en el Salón de Frankfurt de 1973 como la versión más deportiva de la gama 2002 y la segunda creación que materializaba el seno de BMW Motorsport tras el exitoso 3.0 CSL. Tomaba como punto de partida el 2002 Tii, al que se le añadió un extra de potencia, más deportiva y una pequeña dosis de polémica.
Al parecer, el BMW 2002 Turbo también fue el primer coche que se sometió a debate en el Bundestag, el Parlamento alemán. Sin embargo, el motivo que creó tanta polémica como para llegar incluso a las altas esferas políticas de Alemania no estaba relacionado con sus prestaciones o el hecho de que llegara acompañando a la famosa Crisis del Petróleo de 1973.
BMW 2002 Turbo, el primer coche que se sometió a debate en el Parlamento alemán

El BMW 2002 Turbo fue el primer coche europeo de producción en equipar un motor sobrealimentado, un coche deportivo al que habían añadido unas aletas atornilladas alrededor de los pasos de rueda originales, los colores de BMW Motorsport recorriendo la parte inferior de ambos laterales, un alerón trasero y un generoso splitter delantero que reemplazaba al clásico parachoques metálico que portaban todos los modelos de la gama 2002 de BMW. El remate eran unas llantas Mahle Turbo de 13 pulgadas con neumáticos de 185 mm.
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Aunque más importante era la mejora de prestaciones que experimentó este coupé de dos puertas y carrocería de tres volúmenes. Bajo el capó delantero se equipó un motor M10 de 2.0 litros y cuatro cilindros con inyección mecánica Kugelfischer y un turbocompresor KKK de gran tamaño.

El resultado eran 170 CV de potencia a 5.800 rpm y 240 Nm de par para un peso total de apenas 1.069 kilos. Esto convertía al 2002 Turbo en un coche de alto rendimiento dados los estándares de los coches de hace medio siglo. Pasaba de0 a 100 km/h en 7,3 segundos y podía seguir acelerando hasta llegar a su velocidad máxima de 209 km/h.
Una polémica que se resolvió de una forma bastante creativa
Entonces, ¿por qué tanto revuelo? El motivo de la polémica llegó cuando la marca decidió cubrir el splitter delantero con una pegatina con los colores de la división BMW Motorsport y las inscripciones ‘2002’ y ‘Turbo’.

La peculiaridad es que estas inscripciones se grabaron a espejo, es decir, al revés, lo que hacía que visto de frente el texto estuviera invertido, pero, mirando desde el espejo retrovisor de un coche mientras conducías a toda velocidad en la Autobahn, podías leer perfectamente ‘2002 Turbo’ en el frontal de coupé que llevabas justo detrás.
Lo que hoy podría ser considerada una genialidad (aunque dudo que todo el mundo pueda verlo así), en 1973 se tomó como un acto irresponsable y fueron muchos los que se sintieron ofendidos. Tal fue la polémica por las letras invertidas que el asunto se sometió a debate en el Parlamento alemán.

Al final, BMW resolvió esta pequeña crisis social ofreciendo las pegatinas como accesorio en los concesionarios e invitando a los propietarios a que las pegaran ellos mismos. Esta fue la misma técnica empleada por la marca para seguir ofreciendo el alerón trasero a los compradores del 2002 Turbo, una pieza que no era legal para su uso en la calle, pero que la BMW permitía adquirir con la condición de que lo atornillaran ellos mismos en sus coches.