Es probable que te hayas fijado en el espectacular Mercedes-Benz Vision One-Eleven Concept, un prototipo de superdeportivo eléctrico que rinde homenaje a los C111 experimentales. Con este coche, la firma de la estrella trata de ofrecernos una vista previa de cómo será los coches eléctricos del futuro de la división deportiva AMG.
Una de sus principales particularidades es que estarán equipados con motores de flujo axial, pero, ¿qué tipo de motores son? ¿Cuáles son sus principales beneficios para los coches eléctricos? Arrojamos algo de luz sobre este interesante tema y cómo Mercedes, a través de la empresa británica YASA, está a punto de cambiar el mercado del automóvil eléctrico para siempre.
Mercedes planea permitir que YASA continúe suministrando motores a otros fabricantes, aunque su prioridad sea la de implementar esta tecnología en la gama de coches AMG, lo que facilitará la producción de vehículos eléctricos más potentes y eficientes, así como híbridos que sean más capaces.
¿Cuáles son los beneficios de los motores de flujo axial para los coches eléctricos?

Los motores de flujo axial son propulsores eléctricos de alto rendimiento. Esta tecnología tan solo la hemos visto en contadas ocasiones en algunos coches híbridos de McLaren y Ferrari de tirada reducida. Mercedes, por el contrario, quiere que llegue a más coches, vehículos destinados al mercado de masas.
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En términos de convertir la electricidad en un par giratorio, los motores de flujo axial son tan eficientes como los propulsores de flujo radial, o lo que viene a ser lo mismo, los motores estandarizados actualmente en el mercado de vehículos eléctricos. Sin embargo, hay una clara diferencia entre los motores de flujo axial y de flujo radial que supone su principal ventaja competitiva.

Y es que los motores de flujo axial son más pequeños y ligeros que los de flujo radial, sin renunciar a la potencia. Específicamente, los motores de flujo axial de YASA tienen una sexta parte del tamaño y la mitad de peso de los motores de flujo radial de similar potencia, por lo que se necesita menos estructura para montar el motor, la batería puede ser más pequeña para obtener la misma autonomía y la estructura que soporta la batería también puede reducirse. Otros sistemas, como el de refrigeración, también pueden reducir su tamaño y peso.
Y esto es un importante beneficio a nivel de eficiencia para un coche eléctrico. En un vehículo eléctrico pequeño, por ejemplo, que esté equipado con un motor de flujo axial, nos encontramos con un coche aún más ligero y, por tanto, más eficiente en términos de consumo y autonomía. Si se busca obtener la misma autonomía que con un motor de flujo radial, se podría instalar una batería de menor capacidad, lo que vuelve a reducir el peso del vehículo.
Más baratos y mejores tiempos de recarga

Al mismo tiempo, otro beneficio de los motores de flujo axial para los coches eléctricos es que pueden abaratar los costes de producción y, por tanto, reducir el precio final. Esto se lograría con el mismo principio del ejemplo anterior. Si un coche eléctrico con motor de flujo radial puede recorrer 300 kilómetros por carga con una batería de 50 kWh, uno equipado con un motor de flujo axial podría hacerlo con una batería de menor tamaño, por ejemplo, de 40 kWh. Por tanto, sería un coche más económico a la hora de comprarlo.
Instalar baterías de menor capacidad supone también reducir los tiempos de carga, que son otro de los grandes hándicaps a los que se enfrente al coche eléctrico junto al precio y la autonomía.

Un buen ejemplo de las diferencias entre un motor de flujo radial y uno de flujo axial lo puedes ver en el gráfico de arriba. Según YASA, cuando un motor de flujo radial de 50 kilos produce 250 CV y 400 Nm, su tecnología de motores de flujo axial permite que el peso se reduzca a 24 kilos, mientras que la potencia y el par motor aumenta hasta los 480 CV y 800 Nm, respectivamente.
Sin embargo, los motores de flujo radial son difíciles de superar. Hubo muchos desafíos técnicos que superar para hacer que los motores de flujo Axial se pudieran fabricar y fueran eficientes a gran escala. Los motores de flujo radial, por ejemplo, están hechos de una pila de láminas simples que se pueden fabricar con facilidad. Pero esta técnica no se puede usar para los de flujo axial y es necesaria una ingeniería considerable para lograr la paridad de costes sobre las dos tecnologías.