Los días 1 y 2 de marzo se celebra en el Palacio Municipal de Congresos de IFEMA Madrid la XXXII edición del Congreso Faconauto, que cuenta con la presencia de Alberto Núñez Feijoo, presidente del Partido Popular, y Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol. En su discurso de inauguración, Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, ha señalado que el automóvil se está convirtiendo en un artículo de lujo y “se está alejando de la clase media”.
“La aceleración artificial del proceso de descarbonización que se está impulsando desde la Unión Europea, secundado por nuestro Gobierno, corre el peligro de polarizar el mercado de la automoción, con una minoría que sí puede acceder a las nuevas tecnologías y una mayoría que, por renta, se tiene que conformar con seguir conduciendo vehículos viejos y contaminantes. Es una transición que casi nadie entiende, porque Europa es el único mercado del mundo en el que se está eligiendo la prohibición y no la elección de los compradores para impulsar el coche eléctrico”, indica Pérez.
El automóvil es un artículo de lujo y “se está alejando de la clase media”

El presidente de la patronal de los concesionarios señala que, de salir adelante la nueva Euro 7, que está prevista para 2025, la polarización de la movilidad irá más allá y reducirá el mercado de la automoción, acentuando el retraso que el país arrastra para cumplir con los objetivos de electrificación. Esto, según Gerardo Pérez, debilitará un sector tan esencial para la actividad económica y el empleo.
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El máximo responsable de Faconauto ha aprovechado su intervención para pedir al Gobierno que se oponga a la aprobación de la norma Euro 7 y que aclare “si dentro del modelo de movilidad para el que está legislando de cara al futuro incluye o no al vehículo privado”.
Gerardo Pérez también se ha referido a “un Plan Moves que sea percibido como una ayuda directa a la adquisición del vehículo eléctrico, con la reducción del plazo de pago al comprador, a apostar, en paralelo, por un plan de descarbonización basado en la neutralidad tecnológica, a despejar el embrollo burocrático que supone instalar un punto de recarga y a articular una fiscalidad que haga más atractiva de cara a ciudadanos y empresas la movilidad sostenible”.