Que este invierno está siendo de los más duros que se recuerdan en los últimos años en España no hace falta decirlo, hemos tenido (y seguimos teniendo) pruebas de sobra que lo confirman. Lo malo es que entre la falta de costumbre y de previsión, han sido miles los conductores que se han visto en medio de uno y otro temporal y han tenido que pasar horas o incluso la noche entera en la cuneta. Ese problema se lo hubieran evitado si condujeran un Audi RS 4 Avant, que bien podría echar horas extra como quitanieves.
Han sido los compañeros de Auditography los que han querido poner a prueba a la berlina alemana en condiciones tan extremas y, aunque herramientas para salir airosa tenía, también hay otras facetas que se lo ponían difícil. Antes que nada, echad un ojo al vídeo.
Queda claro que el Audi RS 4 Avant se desenvuelve como un pez en el agua en la nieve, aunque a priori los pros y contras para ello estaban relativamente igualados. Empecemos por lo malo. Lo primero que hay que tener en cuenta es que no estamos ante un todoterreno, por lo que su altura libre al suelo no es muy alta, de hecho en esta versión está rebajada, lo que no puede sino complicar la tarea. Además, esas enormes ruedas (275/30 R20), por muy estéticas y aptas para el asfalto que sean, incluso con los neumáticos de inviernos, dificultan la tarea de transmitir la potencia al firme deslizante.
Eso sí, al final puede más lo bueno. El principal artífice del éxito en la nieve es el sistema de tracción integral quattro, que reparte la fuerza entre las cuatro ruedas a la perfección y que a su diferencial central autoblocante puede añadir incluso uno trasero deportivo de manera opcional. También ayuda en la tarea contar bajo el capó con un contundente motor 2.9 V6 TFSI que desarrolla 450 CV de potencia y un par máximo de 600 Nm.