Caracciola Karussell. Dicho así, seguramente no sepas ni de lo que estamos hablando. Pero si lo ilustramos con una imagen, tendrás más que claro que se trata de la curva más famosa de Nürburgring, algo que es mucho decir teniendo en cuenta que el trazado del Infierno Verde se extiende a lo largo de 26 kilómetros y consta de 90 giros, 40 a izquierdas y 50 a derechas.
Sin embargo, es esta, también conocida con ‘El Carrusel’, la que se lleva la palma de todo el circuito, tanto por su peculiaridad como por la complejidad que conlleva trazarla bien.
Además, tiene su historia. Originalmente no era como es ahora, si no que estaba recubierta entera del mismo tipo de asfalto, algo que comenzó a cambiar en la década de los 30. El piloto alemán Rudolf Caracciola empezó utilizar la parte inferior del peralte (que también servía para facilitar el drenaje de la pista) para ganar tracción en la curva. Le funcionó, motivo por el que cada vez más y más pilotos siguieron su ejemplo, lo que acabó suponiendo un desgaste de la zona, desprendiéndose pedazos de asfalto poco a poco hasta acabar en un gran ‘desconchado’.
A pesar de que no fuera la situación óptima, se había convertido en un icono, así que cuando se reconstruyó la pista, se respetó la configuración dual de 'El Carrusel' (algo que solo ocurre en otra curva del trazado). Esto ha supuesto que sea una de las partes del circuito más caras de conservar ya que cuando llueve y luego hiela, el hielo tiende a separar ambos materiales.
Espectaculares imágenes de la construcción del circuito de Nürburgring
Así que la curva más famosa de Nürburgring es bastante particular, no hablemos ya de intentar dominarla. Por suerte, un experto en la materia, Ron Simons, CEO de RSRNürburgring, ha compartido unos cuantos trucos con los compañeros de Road&Track:
“Si se toma en segunda o tercera, la línea ideal combina el radio máximo y usar todo el potencial de la sección central. Al acercarse la pista zigzaguea a izquierda y derecha, pero óbvialo porque quieres llegar recto a esta zona. El final del bordillo de la derecha marca el punto de frenado, la clave es meter el coche de manera suave, en el medio más tarde que pronto.
En la sección intermedia hay que buscar el punto óptimo de inclinación máxima y mantener el coche ahí. Quieres estar en el centro absoluta de las placas en la zona que está más empinada. Así la fuerza centrífuga se convierte en carga aerodinámica, sin que tenga lugar ninguna penalización por peso.
Al salir, libera de manera controlada toda la energía acumulada ara lanzarte hacia la siguiente recta. La clave aquí no es desviarse, sino acelerar un poco en el momento correcto, dejando que la curva te escupa sobre la esquina. Si se sincroniza de manera perfecta agregará unos cientos de revoluciones por minuto a tus rpm en la salida”.
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Fuente: Road&Track