Actualmente damos por hechos muchos de los componentes de los automóviles sin pararnos a pensar en ellos. Los asientos son unos de esos grandes olvidados, de los que solo nos quejamos si son incómodos. Sin embargo, hay muchos y aunque la mayoría son sencillos, algunos son auténticas obras de ingeniería. Así es el interior de un asiento del Mercedes Clase S.
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Atendiendo a la hoja técnica de funciones de la berlina de lujo de Mercedes, es fácil comprender que tras el cuidado cuero que lo tapiza tiene que haber algo más que relleno, no obstante ofrece funciones de calefacción, ventilación y masaje, además de una capacidad de reclinación extra y reposapiés para las plazas traseras. En este vídeo podéis ver que es lo que tiene por dentro.
Lo primero es un acolchado que ya deja ver un componente fuera de lo usual, un entramado de metal que se calienta para subir la temperatura cuando así lo requiera el pasajero. Tras esta capa una serie de tres columnas de cámaras de aire, que son las encargadas de dar los masajes inflándose según el programa seleccionado. Los laterales de los asientos (las ‘orejas’, para entendernos) recogen a los ocupantes, pero ofrecen apoyo extra cuando se está girando, algo para lo que se hinchan realizando el mismo proceso. Además, tanto en la estructura posterior como en la base del asiento, diversos huecos (cuatro en el asiento, dos en el respaldo) están ocupados por ventiladores.
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La estructura del asiento del Mercedes Clase S se completa con tres cámaras de aire extra para el apoyo lumbar y dos para los hombros, una en cada lado. El reposacabezas está formado por capa tras capa de suave algodón. Por último, a modo de huevo de pascua, el asiento del conductor cuenta en la parte inferior con un pequeño extintor de incendios.