El Volvo EM90 supone la entrada de Volvo en el mercado de los monovolúmenes por primera vez en su historia (aunque en su día tuviera un familiar de corte similar, el Duett) y, además, lo hace siendo un modelo completamente eléctrico.
La marca sueca apunta al mercado de lujo, algo que deja claro su precio, unos 106.000 euros al cambio, y el hecho de que primero vaya al mercado chino, algo que también obedece a que ha sido desarrollado junto a Geely.
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No se han concretado sus dimensiones, pero es un modelo de gran tamaño y que sigue los estándares de los MPV en tanto en cuanto presenta unas líneas rectas que pretenden maximizar el tamaño interior. Luce elementos característicos de la firma sueca, como los faros en forma de ‘T’ tanto delante como detrás, y destacan destalles como las llantas de 19 o 20 pulgadas.
El habitáculo cuenta con una configuración de seis plazas individuales con butacas tipo business. El diseño es minimalista y muy despejado, con cuadro digital y pantalla central de 15,4 pulgadas, a lo que se suma otra de 15,6 pulgadas que baja del techo para las plazas traseras.
Su apartado tecnológico destaca también en lo que ayudas a la conducción se refiere, puesto que cuenta con varias cámaras de alta definición, cámaras de 360 grados y distintos tipos de radar.
Solo se ha anunciado una versión mecánica, con un motor de 268 CV (200 kW) que actúa sobre el eje trasero. El EM90 es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos. Monta una batería de 116 kWh gracias a la que anticipa una autonomía de 738 kilómetros, aunque la homologación corresponde al lazo ciclo chino CLTC, por lo que en el europeo WLTP podría ser de un 10 o hasta un 20% inferior. Puede recargarse en carga rápida, con la que en 30 minutos pasa del 10 al 80%.