Probablemente, la historia del automóvil no se entendería sin el Volkswagen Beetle. Un coche concebido en el periodo de entreguerras que contribuyó a motorizar, no solo a Alemania, sino a muchos países de todo el mundo, tras la Segunda Guerra Mundial. Una variante del Beetle fue el Volkswagen Brasilia, creado para el mercado americano, con un interior más espacioso.
Volkswagen Type 4/411 (1968): el compacto familiar basado en el Beetle
Volkswagen era ya una potencia en la industria del automóvil en los años 50, siendo, incluso, la empresa del sector con más facturación, a pesar de no contar con una gama de productos muy amplia, a diferencia de lo que ocurre en la actualidad. Uno de los factores clave en el éxito de la compañía radicaba en los mercados más allá del europeo, donde el Beetle y las furgonetas derivadas de la T1 gozaban de mucha popularidad por su robustez y economía.
La marca se instaló en diferentes países, entre ellos, México, Argentina e, incluso, China, aunque la China de entonces no tenía que ver con el gigante económico y tecnológico que es hoy. En 1953 aterrizó en Brasil, a través de Volkswagen do Brasil, sociedad que mantiene cinco fábricas actualmente, representando el 20% aproximadamente de la capacidad productiva mundial del Grupo Volkswagen.
Volkswagen Brasilia: un Beetle más espacioso para el mercado americano
En la década de los 60, el Volkswagen Beetle estaba ya algo anticuado para las necesidades y gustos de una clase media que demandaba productos más modernos. Coches como el Escarabajo o el Citroën 2CV estaban bien para las áreas rurales, pero no para los nuevos ‘urbanitas’.
Los sucesores del Volkswagen Beetle que se quedaron por el camino
Sin embargo, en países como Brasil, con carreteras en peor estado y un parque móvil más obsoleto, el Beetle seguía teniendo mucho éxito, gracias también, a sus bajos costes de producción y de mantenimiento. No obstante, uno de los problemas del simpático Escarabajo era la falta de espacio interior.
Esto llevó a Volkswagen do Brasil a producir un nuevo modelo basado en el Beetle, pero con una carrocería más moderna y amplia que permitiera mejorar la habitabilidad del utilitario alemán. Fue así como se empezó a crear el Volkswagen Brasilia.
Misma mecánica que el Beetle
El diseño del Brasilia fue encargado a Marcio Piancastelli, responsable de diseño en Volkswagen do Brasil y autor de modelos tan interesantes y atractivos como el SP2, un deportivo basado en el Type3 que lucía los mismos grupos ópticos que el Brasilia. El diseño del coche debía estar adaptado a los nuevos tiempos y proporcionar espacio y luminosidad.
El coche fue presentado, finalmente, en 1973 y cumplía con todos los requisitos que exigían desde la dirección de la compañía. Lucía un interior muy espacioso, en relación con el tamaño del chasis. Esto, sumado a su practicidad y bajo coste, hicieron que fuera un verdadero éxito de ventas en Brasil.
Sin embargo, la mecánica era idéntica a la del Escarabajo: montaba un motor de cuatro cilindros en posición bóxer, de 1.600 centímetros cúbicos y 60 CV, alimentado por un carburador Solex 30. Una mecánica robusta y fiable, ideal para circular por las superficies bacheadas de los países sudamericanos en aquella época.
Más adelante, a comienzos de la década de los 80, la compañía lanzó una variante con un motor más pequeño, de 1.3 litros, alimentado por etanol. El Volkswagen Brasilia se mantuvo en producción hasta 1982, mientras el Beetle siguió varios años más.
Fuente: La Escudería