Lo normal es que las marcas tengan miles y miles de empleados, pero lo que no es tan habitual es que cuenten con subalternos de otras especies. Por eso llama la atención que entre todo el personal de la planta solar que Volkswagen tiene en Chattanooga, se encuentren 50 ovejas.
¿A qué se debe esta peculiar decisión? Las plantas solares ocupan grandes extensiones de terreno, que es necesario que sean sólidas y estables para el correcto funcionamiento del sistema. La erosión puede ser un problema importante, así que se utiliza césped para “sujetar” el suelo. Y éste, necesita mantenimiento, del que se encargan las ovejas.
Loran Shallenberger, gerente de proyectos de Regenerative Energy en Silicon Ranch, que administra el proyecto solar de Volkswagen, lo explica: «El pastoreo adaptativo con ovejas es una forma eficiente y rentable de controlar la vegetación y minimizar los riesgos de erosión en instalaciones solares a gran escala. Las ovejas mantienen la hierba baja mediante el pastoreo y el pisoteo, y los paneles solares proporcionan sombra a las ovejas, minimizando el estrés por calor en pleno verano».
Se trata, pues de una relación simbiótica y mejoran el posible rendimiento de cortadoras de césped, pues las ovejas llegan a áreas de difícil acceso con mayor facilidad y, además, fertilizan el campo por sí mismas.
Como curiosidad, aparentemente se propuso la utilización de cabras para realizar la tarea, lo que demostró no ser una buena idea, ya que tendían a saltar y subirse a los paneles solares, provocando daños en los mismos.
«El parque solar es otra prueba del compromiso mundial de Volkswagen con la protección del medio ambiente. Saber que estamos produciendo energía renovable mantenida por soluciones más sostenibles como la oveja hace de esta iniciativa un ejemplo para otras grandes fábricas de Estados Unidos”, apunta Tom du Plessis, director ejecutivo de operaciones en Chattanooga.
