Dentro de la historia del BMW M3 hay infinidad de modelos o versiones especiales que han destacado por encima del resto, pero no parece descabellado señalar al BMW M3 CSL como uno de los mejores, llegando mucha gente a considerarlo como el mejor M3 jamás fabricado.

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Motivos para ello hay muchos. Era un vehículo deportivo, pero su estética no era para nada radical; redujo su peso en 180 kilos respecto al M3 de serie, dejando la balanza en 1.385 kilos; tenía una puesta a punto específica de suspensiones y dirección, calzaba unos neumáticos prácticamente de competición y montaba el característico motor 3.2 de seis cilindros en línea aunque mejorado con nuevos árboles de levas, un sistema de admisión optimizado y un sistema de escape específico, lo que ayudaba a elevar su potencia hasta los 360 CV, 17 más que de serie.

Esto le permitía recortar su tiempo de aceleración de 0 a 100 km/h en cuatro décimas, parando el crono en 4,9 segundos, y necesitando solo 16,8 para alcanzar los 200 km/h. La velocidad máxima, eso sí, no variaba pues seguía estando limitada de manera electrónica a 250 km/h.

Sin embargo, si hay una pega que se le haya podido poner al deportivo es el hecho de que, de serie, montaba una caja de cambios automática secuencial SMG de seis relaciones con Drivelogic y M Track Mode.

Este pequeño detalle es algo que ha corregido un propietario del modelo, que reside en Reino Unido, y que lo ha convertido en manual cambio la transmisión original por una de seis velocidades. Tardó en decidirse en llevar a cabo el importante cambio, sobre todo por lo que podría devaluarse el BMW M3 CSL, pero finalmente lo ha hecho, consiguiendo un ejemplar único en el mundo.

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