ESPECIAL: BMW M3 CSL

El BMW M3 CSL es uno de los coches más especiales jamás fabricado por la marca alemana y justo ahora se cumple el décimo aniversario de su llegada al mercado. Qué mejor manera de celebrarlo que con un artículo que rememore las principales características y peculiaridades de un modelo diseñado con dos únicos objetivos en mente: ligereza y efectividad por partes iguales.

El primer prototipo del BMW M3 CSL fue presentado en el Salón de Frankfurt de 2001, pero no fue hasta el año 2003 cuando se inició la comercialización de las 1.400 unidades que fabricarían –hubo otro prototipo en 2002 prácticamente idéntico al modelo de serie, excepto por el alerón trasero-. Las silgas CSL se corresponden con ‘Coupé, Sports, Lightweight’  que en español significan coupé, deportivo, ligero. Bajo esas premisas, los ingenieros de BMW M GmbH diseñaron un modelo liviano utilizando los mejores y más ligeros materiales para cada componente, aunque también eliminaron parte del equipamiento que incorporaba la versión convencional para ayudar a reducir el peso.

BMW M3 CSL prototipo 2002 morro

Era una de las primeras veces que un fabricante se atrevía a utilizar la fibra de carbono en un modelo de producción. El M3 CSL la empleaba para reforzar el material plástico con el que se fabricó tanto en el techo –al igual que la generación actual del M3- como el soporte del parachoques delantero. También emplearon termoplásticos reforzados con fibra de vidrio, tanto en el portón del maletero como en los anclajes del parachoques trasero.

Gracias a la estricta ‘dieta’, el peso del BMW M3 CSL se redujo en más de 180 kilogramos con respecto al M3 de serie -1.385 Kg frente a 1.570 Kg-. Si bien, el peso total podía aumentar ligeramente si el comprador decidía incorporar elementos opcionales que en un principio se habían eliminado, como el aire acondicionado o el equipo de sonido. Otros elementos, sin embargo, directamente desaparecieron tanto del equipo de serie como del listado de opciones. Equipamiento como el sistema de navegación, la calefacción de los asientos o los airbag laterales.

Estéticamente, se desmarcaba del M3 con pequeños detalles, pero a grandes rasgos no presentaba muchos cambios. Se diferenciaba por las preciosas –a mi juicio- llantas de aleación de 19 pulgadas, el parachoques delantero asimétrico y sin faros antiniebla, la tapa del maletero con alerón y por el marco de las cuatro salidas de escape.

BMW M3 CSL asientos delanteros

El habitáculo del M3 CSL también fue sometido a una estricta dieta e incluía unos asientos delanteros tipo bacquet con estructura de fibra de vidrio y plástico –también presente en los guarnecidos de las puertas y en la consola central-. La cura de adelgazamiento llegó incluso a la luneta trasera, que ahora era más fina y ligera, o al suelo del maletero, fabricado con cartón.

Pero sin duda alguna, el verdadero tesoro del BMW M3 CSL se escondía bajo el capó. El melódico propulsor de 3,2 litros y seis cilindros en línea generaba una potencia máxima de 360 CV a nada menos que 7.900 revoluciones por minuto. El M3 de serie se conformaba con 343 CV. El aumento de rendimiento se produjo gracias a la incorporación de nuevos árboles de levas, un sistema de admisión optimizado –con una llamativa toma de admisión de fibra de carbono- y un escape específico. El rendimiento sobrepasó la mágica cifra de 111 CV por litro de cilindrada y la relación peso-potencia se quedó en 3,85 Kg/CV.

BMW M3 CSL motor

Este deportivo de propulsión recurrió a una transmisión automática secuencial SMG de seis relaciones con Drivelogic y M Track Mode –permiten modificar la velocidad a la se suceden los  cambios-. El tiempo de transición entre marcha y marcha era de tan sólo 0,08 segundos y se manejaba a través de las levas situadas tras el volante. A diferencia del M3 de serie equipado con esta transmisión, el CSL disponía en exclusiva del denominado ‘Launch Control’ –control de salida- que permitía realizar fulgurantes salidas desde parado.

Según los datos oficiales de BMW, el M3 CSL e46 era capaz de acelerar de cero a 100 Km/h en 4,9 segundos -0,4 segundos más rápido que el M3 de serie- y alcanzaba los 200 Km/h en 16,8 segundos. La velocidad máxima, como de costumbre, estaba limitada electrónicamente a 250 Km/h.

BMW M3 CSL trasera curva

En cuanto al resto de modificaciones, disponía de unos muelles recortados en el eje delantero y de nuevos reglajes para la amortiguación acordes al menor peso del coche. Los brazos de la suspensión trasera se sustituyeron por unos de aluminio más ligeros y llevaba rótulas en lugar de casquillos, lo que permitía que la geometría de la rueda no variara ante fuertes cargas. La dirección pasó de tener una relación de 15,4:1 a 14,5:1 –más directa- y montaba unos neumáticos casi de competición, desarrollados por Michelin específicamente para este modelo. De hecho, eran tan radicales que BMW desaconsejaba utilizarlos con lluvia. En caso de que fuese inevitable –si vives en una zona donde llueve habitualmente, por ejemplo-, podías pedirlo con los neumáticos del M3 convencional.

Cuando el BMW M3 CSL salió a la venta en nuestro país, costaba aproximadamente 94.000 euros, una cantidad muy superior a los 65.300 euros que costaba el modelo de serie. En la actualidad, las unidades de segunda mano están muy bien valoradas y tras 10 años a sus espaldas, apenas han perdido el 50% de su valor. Sin duda alguna, el M3 CSL es ya todo un clásico y es probable que a lo largo de los próximos años su valor aumente.

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