Un jurado ha dictaminado que Tesla tendrá que pagar 137 millones de dólares (unos 120 millones de euros) a un extrabajador, Owen Díaz, de origen afroamericano, por el racismo sufrido mientras formaba parte en la compañía de Elon Musk.
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Díaz perteneció a la empresa como operario de montacargas entre junio de 2015 y julio de 2016 y durante este periodo declaro haber sido objeto de insultos racistas y de que incluso en los baños del lugar de trabajo había pintadas en este sentido, algo ante los gerentes de Tesla no hicieron nada.
El jurado ha fallado a favor de Díaz, que recibirá una cuantiosa suma por parte del fabricante estadounidense que, eso sí, ha publicado un blog pronunciándose al respecto.
Escrito por la vicepresidenta de recursos humanos, Valerie Capers, señala que el trabajador no estaba contratado por Tesla, si no subcontratado por Citistaff, y que se quejó por escrito a los responsables de ésta, pero que nunca hizo referencia a la palabra ‘Nigga’ (negrata) hasta que dejó el trabajo y contrató un abogado.
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Capers explica que “además del Sr. Díaz, otros tres testigos (todos empleados no contratados por Tesla) testificaron en el juicio que escucharon con regularidad insultos raciales (incluida la palabra ‘N’) en la fábrica de Fremont. Si bien todos estuvieron de acuerdo en que el uso de la palabra ‘N’ no era apropiado en el lugar de trabajo, también estuvieron de acuerdo en que la mayoría de las veces pensaban que el idioma se usaba de manera “amistosa” y, por lo general, por colegas afroamericanos. También le contaron al jurado sobre los grafitis racistas en los baños, que fueron eliminados por nuestro personal de limpieza”.
Y el blog puntualiza que “las tres veces que Díaz se quejó de acoso, Tesla intervino y se aseguró de que las agencias de personal tomaran medidas oportunas y receptivas: dos contratistas fueron despedidos y uno fue suspendido (que había dibujado una caricatura racialmente ofensiva). El propio señor Díaz declaró que estaba “muy satisfecho” con los resultados de una de las investigaciones y estuvo de acuerdo en que se hiciera seguimiento a cada una de sus denuncias”.
La compañía admite que se cometieron errores, pero que cree que los hechos no justifican el veredicto al que ha llegado el jurado de San Francisco.