Creado en 2016 para celebrar el 40 aniversario de Renault Sport, el Renault Clio RS16 fue un espectacular prototipo que, de haber llegado a producción, habríamos estado ante el mejor Clio jamás fabricado. Pero su fabricación no pudo ser posible, precisamente, para poder ejecutar la producción de otro deportivo, el Alpine A110. Esta es la historia del ‘SuperClio’.

Desde el Renault 5 Turbo (esta es su historia), la marca del rombo ha tenido cierta predilección hacia los utilitarios deportivos. Actualmente, el Renault Clio carece de una versión de alto rendimiento como en generaciones anteriores, debido a las demandas del mercado. Pero, en 2016 estuvo a punto de tirar la casa por la ventana para crear el que habría sido el mejor Clio de la historia.

Renault Clio RS16, el mejor Clio nunca llegó a producción

En mayo de 1016 fue presentado el Clio RS16, concretamente, en el circuito de Mónaco y conducido por Heikki Kovalainen, aprovechando la celebración del Gran Premio de Fórmula 1. Un mes más tarde, apareció en el Festival de Velocidad de Goodwood. Lo más curioso es que fue construido en tan solo cinco meses, bajo el nombre en clave KZ01.

Este ‘SuperClio’ estaba equipado con el motor de cuatro cilindros turbo y 2.0 litros del Renault Mégane Trophy-R, con 271 CV, ligado a una caja de cambios manual de seis relaciones, más un diferencial de deslizamiento limitado. Además, contaba con una suspensión delantera Perfohub procedente del anterior Clio Sport, unos bujes procedentes del Mégane, los frenos delanteros del paquete Nürburgring opcional del Mégane Trophy-R, el eje trasero del Clio R3T de rally, unos amortiguadores Öhlins, un ancho vías aumentado, las llantas de 19 pulgadas del Mégane, neumáticos Michelin Pilot Sport Cup y un escape Akrapovic. Casi nada.

Un proyecto abandonado para hacer el Alpine A110

En un principio, los ingenieros de la firma gala pensaron en mover el motor hacia una posición central, como el Clio V6, pero creyeron que hacer esto habría añadido más peso al vehículo. Sin embargo, con el motor delante y prescindiendo de la caja de doble embrague, los asientos traseros y el aire acondicionado y colocando una batería de iones de litio, el coche no era más pesado que el original.

Para instalar el motor del Mégane Trophy-R, utilizaron piezas del bastidor de la furgoneta Kangoo, mientras que para la gestión de toda la electrónica, se valieron de un software adaptado procedente del Dacia Sandero. A cada obstáculo que se encontraban, ofrecían una solución rentable recurriendo a piezas de otros modelos del grupo para que la producción del Clio RS16 fuera viable. Renault Sport dio luz verde al proyecto y la fábrica de Dieppe, en Francia, tenía capacidad para construir dos o tres coches al día. Pero surgió un problema.

La planta estaba preparada para acoger al nuevo Alpine A110 e introducir un nuevo modelo exigía más tiempo y personal. Se barajó la alternativa de retrasar la producción del Clio RS16 hasta que el A110 estuviera en funcionamiento, pero eso suponía esperar hasta 2018 y, para entonces, el Clio habría perdido impulso. Renault Sport construyó dos prototipos más para las pruebas de rendimiento, pero, finalmente, el proyecto pasó a mejor vida.

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