Mucha gente quizá no lo sepa, pero dentro del mundo del motor hay expertos en el llamado ‘hypermiling’, una técnica de conducción que busca circular de la manera más eficiente posible para alcanzar autonomías muy superiores a las que homologan los coches normalmente. Esto hace que sea posible realizar hazañas como recorrer 2.095 kilómetros con un solo tanque de 66 litros de diésel.
El artífice de tal hecho es Felix Egolf, nombre destacado a la hora de buscar este tipo de récords, y su “arma” para conseguirlo ha sido un Opel Insignia 1.5D.
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El recorrido a hacer, con más de dos millares de kilómetros, empieza en Rüsselheim, hogar de Opel. La idea es, a lo largo de cuatro días, pasar por Hamburgo, Berlín, Leizpig, Múnich y Meersburg, para acabar volviendo al punto de partida.
En el punto de origen se rellena el tanque hasta arriba, 66 litros que tienen que dar para todo el viaje, por lo que se sella la tapa del depósito para evitar las trampas. Según los cálculos, para poder hacer el trayecto es necesario que el Insignia consiga un consumo real de 3,5 l/100 km.
Egolf considera que es posible puesto que el impacto que tiene el conductor sobre el consumo es “más de lo que algunas personas pueden imaginar”. “Los coches modernos son cada vez más económicos. Cada gramo de CO2 importa. Pero rara vez se tiene en cuenta una variable: el conductor. Sin embargo, éste tiene una influencia fundamental en el consumo de combustible de un automóvil y, por lo tanto, indirectamente en el medio ambiente”, señala.
La primera parada es a los 400 kilómetros y la aguja del depósito apenas se ha movido: 3,6 l/100 km, algo posible es gran parte a que la mayoría del trayecto es por autopista y a que la velocidad media es de 82,8 km/h.
El segundo día los registros son muy similares, utilizando 8 horas y 28 minutos para recorrer otros 700 kilómetros, a una media de 84,8 km/h y con un gasto de 3,6 l/100 km.
Durante el tercer día, marcado por la niebla y algún que otro atasco, Egolf reflexiona sobre el gran impacto que la velocidad tiene en el consumo, señalando que alguien que vaya a 120 km/h puede gastar prácticamente el doble que alguien que vaya a 90 km/h.
Punta que, para un recorrido de 360 kilómetros, el primero lo hará en tres horas y el segundo en cuatro, pero aquel habrá gastado 21,6 litros en dicho trayecto y el segundo solo 10,8, una diferencia notable.
Al final de la tercera jornada la media es de 74,4 km/h y el consumo sigue inamovible en 3,6 litros, pero la aguja ya está en su última marca. Se anticipa un último día emocionante… aunque al final cumple con creces, llegando al mismo lugar en el que llenó su depósito cuatro días antes.