A finales del mes de marzo, la firma británica iniciará en nuestro país la comercialización del MINI 2014, un modelo totalmente renovado que llega con nuevos propulsores, unas dimensiones exteriores e interiores más generosas y un diseño evolucionado pero que mantiene la esencia que ha hecho triunfar a las generaciones anteriores. Para saber qué tal le han sentado todos estos cambios, hemos puesto a prueba el MINI Cooper 2014.
Teníamos muchas ganas de ponernos al volante del MINI Cooper 2014, tanto para saber qué tal se comporta la nueva mecánica de tres cilindros y 136 CV con tecnología TwinPowe Turbo, como la plataforma UKL, que por cierto, comparte con otros modelos de BMW Group, como el BMW Serie 2 Active Tourer. Pero antes de contaros las sensaciones que no ha dejado tras nuestra breve toma de contacto, vamos a repasar las principales características de esta tercera generación.
El MINI Cooper F56 mide 3,82 metros de longitud, 1,72 m. de anchura y 1,42 metros de altura, por lo que resulta 9,8 centímetros más largo, 4,4 cm. más ancho y 12 milímetros más alto que la versión que se comercializaba hasta ahora. La distancia entre ejes también ha crecido 2,8 centímetros, lo que permite que ofrezca una mejor habitabilidad y un maletero más capaz -alcanza los 211 litros, 51 l. más que antes-.
En persona es difícil apreciar el aumento de tamaño de la carrocería, pues los diseñadores de la marca se las han ingeniado para mantener las mismas proporciones visuales, con un diseño actualizado pero que se mantiene fiel al de sus antecesores. El exterior del MINI Cooper 2014 de la prueba se distingue del resto de variantes de la gama por el color -denominado ‘blanco-aluminio’- de las lamas de la parrilla delantera y del embellecedor situado sobre el portón del maletero, por la salida de escape cromada y por el listón negro brillante que adorna el frontal y que hace las veces de soporte para la matrícula.
El aumento de tamaño, sin embargo, si se aprecia con claridad en el habitáculo. Hay más espacio a la altura de los hombros, la banqueta posterior es 2,3 centímetros más larga y el maletero ha crecido un 24%. Entre las novedades que incorpora destaca el velocímetro, que ahora se sitúa sobre el volante, y un salpicadero con un diseño actualizado y dominado por la gran pantalla de 8,8 pulgadas opcional. Además, un aro con diodos luminosos rodea la esfera central y puede variar entre seis tonalidades diferentes en función de las condiciones dinámicas y las funciones seleccionadas por el conductor.
El sistema opcional ‘MINI Driving Modes’ permite seleccionar tres modos de conducción distintos – ‘Green’, ‘Mid’ y ‘Sport’- que inciden sobre la respuesta del acelerador, de la dirección, de la suspensión DCC o de la caja de cambios automática, si es que la lleva. Ha desaparecido la ranura para insertar la llave en todas las versiones y en su lugar encontramos una pequeña palanca, iluminada en color rojo y situada en la parte inferior de la consola, con la que hacemos que el propulsor cobre vida.
Y ya que estamos, pasemos a hablar de la mecánica que monta el MINI Cooper 2014 que hemos probado. Se trata de un pequeño bloque de tres cilindros en línea, con 1.499 centímetros cúbicos de capacidad y tecnología TwinPowe Turbo, que ofrece 136 CV y hasta 230 Nm de par motor -con función overboost-. Con esta motorización, homologa un consumo medio de carburante de 4,5 l/100Km y es capaz de acelerar de cero a 100 Km/h en 7,9 segundos con cambio manual y en 7,8 s. con la caja de cambios automática opcional. En ambos casos alcanza los 210 Km/h de velocidad máxima.
Este propulsor goza de una fantástica respuesta, ya que los 230 Nm de par están disponibles desde tan sólo 1.250 revoluciones por minuto. Con todo, resulta 14 CV más potente que el de la generación anterior al tiempo que es más respetuoso con el medio ambiente, pues las emisiones de CO2 se han visto reducidas en un 27%. La unidad que tuve oportunidad de conducir montaba el cambio automático Steptronic de seis relaciones.
La marca asegura que esta caja de cambios cuanta con una nueva unidad de control, una conexión más directa con el propulsor y con un sistema hidráulico optimizado. En combinación con el equipo opcional de navegación, el sistema es capaz de seleccionar la marcha apropiada antes de que lleguemos a una curva o, por ejemplo, al aproximarnos a un cruce. En la práctica, su funcionamiento es muy agradable y las respuesta, adecuada en todo momento. La pega la encontramos cuando estábamos detenidos, ya que nos dio la sensación de que trasmitía al habitáculo más vibraciones de las deseadas -lógicamente, con la función Strat/Stop del motor desactivada-.
Pasemos a analizar el comportamiento dinámico que mostró el MINI Cooper F56 durante nuestra prueba. El peso del conjunto es idéntico al de la generación anterior -ambos pesan en vacío, con cambio automático, 1.190 kilogramos-, por lo que es fácil apreciar la mejora de prestaciones que proporciona el propulsor más potente. La sensación de agilidad permanece, con una dirección asistida electromecánica de respuesta rápida y que de serie, es capaz de variar la asistencia en función de la velocidad. El comportamiento nervioso del que siempre ha hecho gala el modelo también sigue presente.
Ambos ejes cuentan con un mayor número de componentes fabricados con acero de alta resistencia, lo que se traduce en una mayor rigidez del conjunto y en una respuesta más precisa. Opcionalmente, el comprador podrá adquirir el sistema de control dinámico de la amortiguación -denominado ‘DCC’- que permite seleccionar dos reglajes predeterminados, uno más confortable y otro más deportivo. En cualquier caso, el conjunto muelle/amortiguador que monta de serie absorbe, con mayor facilidad que antes, las irregularidades de la calzada.
En conclusión, lo que más me ha gustado del MINI Cooper 2014 de la prueba ha sido la excelente respuesta de su propulsor, que aunque tiene un cilindro menos que antes, es más contundente en toda la franja de revoluciones y también resulta más frugal. Podemos afirmar que la tercera generación del MINI, a falta de probar más versiones, representa un importante paso hacia adelante en términos de rendimiento, equipamiento y habitabilidad.
Texto: Nacho de Haro
PRUEBA: MINI Cooper 2014, por Hugo Valverde
En 2001, BMW resucitó aquel icono que revolucionó buena parte de la segunda mitad del siglo XX. Para la ocasión, el nuevo MINI fue dotado con unas características y una imagen muy particulares que lo han catapultado al éxito. Más de 2.500.000 unidades vendidas en todo el mundo lo avalan. Su aire chic y sus amplias posibilidades de personalización han sido adaptadas por la competencia. Esa razón unida a la de que lleva más de una década en el mercado, ha hecho que BMW Group decida presentar la tercera generación. Lo cierto es que era difícil mejorar un producto como el MINI, aunque, como es obvio, siempre se puede perfeccionar algo, y eso es lo que ha hecho el fabricante alemán.
Su característica imagen ha sido actualizada con leves cambios sin perder su estilo y su seña de identidad. Además, ha conseguido mejorar su aerodinámica con un coeficiente CX menor.
¿Y qué decir de su interior? Pues que sigue siendo el utilitario más premium gracias a su diseño y a sus buenos acabados, pero también que sigue careciendo de espacios portaobjetos, por no hablar de que sus asientos delanteros no vuelven a la proposición original a la hora de moverlos para facilitar el acceso a las plazas posteriores. Asimismo, y para mi gusto, MINI se ha pasado con las luces del cuadro; son útiles, la verdad, porque cambian de color según la aceleración, por ejemplo, aunque algunas veces puede llegar a parecer la verbena de mi pueblo.
Sin duda su hándicap ha sido siempre el justo espacio del que disponen los pasajeros en el habitáculo. El MINI 2014 cuenta con mayores cotas: la longitud ha crecido 10 centímetros, la anchura cuatro centímetros y la altura un centímetro, pero lo que más agradecen los pasajeros de las plazas traseras es el aumento de la distancia entre ejes en 3 centímetros. Para los que siguen demandando mayor espacio, la marca de origen británico les ofrece la opción del MINI 5 puertas, con cinco plazas y más amplitud.
Otro de los cambios más significativos es su renovada gama de motores -cuatro de los cinco disponibles son tricilíndricos-. He tenido la oportunidad de probar uno de ellos: el 1.5 de 136 CV que monta la versión Cooper.
Lo primero que sorprende a mis oídos es su sonido. Éstos esperan una melodía compuesta de latas, como tricilíndrico que se precie, pero en vez de eso un sonido de cuatro pucheros sale de debajo del capó, con lo que me obliga a mirar la ficha técnica y comprobar que estoy ante un tres cilindros. ¡Chapó por el trabajo realizado por los ingenieros de la casa! Puedo asegurar que es el motor de estas características con el sonido más conseguido. Otra sorpresa viene con su respuesta. Ésta es realmente buena porque rinde bien en aceleraciones y en recuperaciones -ten en cuenta que todo su par, 220 Nm, está disponible desde las 1.250 rpm. Además, destacan sus relaciones de cambio.
¡Menuda caja de sorpresas! Pienso cuando miro el cuadro, que muestra un consumo medio de 5,6 l/100 km.
Pero todo no iba a ser de color de rosa. Con mi pareja y a mi santa suegra en él, no lo digo por la presencia de esta última, y la respuesta de su motor se vio mermada por la configuración del mismo: el peso hace que le cueste moverse con soltura. Para ello el fabricante ofrece el ‘MINI Driving Mode’ (180 euros), con el que podemos seleccionar tres programas de conducción: ‘Mid’, ‘Green’ y ‘Sport’. Con este último, el MINI entrega toda la caballería sin reserva.
Por su parte, la dirección, con 2,5 vueltas de volante, es una delicia, y su cambio, como el de la generación anterior, roza la perfección. Estos dos elementos junto con la suspensión, bastante dura, por cierto, y su tracción, hacen que el MINI sea el juguete perfecto para visitar ese puerto de montaña con el que tan buena sintonía tienes.
Otra de las bazas con las que juega el MINI Cooper 2014 que probamos es el amplio equipamiento tecnológico que incorpora, eso sí, previo paso por caja. Cabe destacar que incluye control de crucero adaptativo, que puede reducir su velocidad en curvas y alertar ante un choque u atropello a peatón. Además, prepara los frenos para una respuesta más eficiente y rápida. También puede montar ‘head up display’, MINI Connect, Bluetooth, Radio Visual Basic, navegador…
Mucho se tienen que poner las pilas para destronar al MINI 2014. Sigue siendo el rey y parece que no abdicará gracias al mejora en su imagen y en la gama de motores. Una de las pocas pegas que le veo es su precio, 20.550 euros, al que hay que sumarle el equipamiento y el coste de éste.
Ficha técnica MINI Cooper 2014 |
Motor |
Cilindrada |
1.499 cc |
Cilindros |
3 en línea |
Potencia Máxima |
136 CV / 4.500 rpm – 6.000 rpm |
Par Máximo |
230 Nm / 1.250 rpm |
Transmisión |
Caja de Cambios |
Manual, 6 velocidades |
Tracción |
Delantera |
Suspensión |
Delantera |
Tipo McPherson / Resorte helicoidal / Barra estabilizadora |
Trasera |
Multibrazo / Resorte helicoidal / Barra estabilizadora |
Dimensiones |
Longitud |
3.821 mm |
Anchura |
1.727 mm |
Altura |
1.414 mm |
Distancia entre Ejes |
2.495 mm |
Alimentación |
Tipo de Alimentación |
Inyección directa. Turbo. Intercooler |
Peso |
Peso |
1.160 kg (1.190 kg con cambio automático) |
Prestaciones |
Velocidad Máxima |
210 km/h |
Aceleración 0-100 Km/h |
7,8 seg |
Consumos |
Urbano |
5,8 l/100 km |
Extraurbano |
3,9 l/100 km |
Combinado |
4,6 l/100 km |
Emisiones |
Emisión CO2 |
107 g/km |
Precio |
Precio Oficial |
20.550 euros |