PRUEBA: Maserati Levante Diésel

prueba Maserati Levante

Antes de empezar la prueba del Maserati Levante Diésel tenía bastante claro lo que me iba a encontrar con el primer SUV de la casa italiana: diseño, todo el del mundo y más, una buena calidad de materiales, una aceptable calidad general de fabricación y un buen comportamiento en carretera. Daba por hecho que sería un SUV que no querría ver el barro ni en una postal; también contaba con que no fuera tan eficaz como el Ghibli en carretera.

Pero tras terminar la prueba debo decir que es mejor coche que la berlina en casi todo: es normal, viendo las ventas de Maserati en España, que prácticamente todo el mundo que antes compraba el Ghibli ahora se esté decantando por el Levante. Además, la diferencia de precio entre uno y otro, 8.000 euros en la versión diésel, está más que justificada.

Maserati Levante Diésel

Vamos a entrar en materia. Pocos lugares mejores para probar el Maserati Levante que en los Pirineos y más concretamente en la estación aranesa de Baqueira Beret, cuna del ‘pijerío patrio’ en época invernal. En uno de los mejores hoteles de la zona recojo las llaves de este SUV. Es evidente que el coche entra por los ojos como pocos: su frontal, con la inmensa parrilla frontal protagonizada por el tridente, es portentoso.

Accedo al interior y los 8º bajo cero del exterior hacen que el cuero esté más frío que el hielo que cubre el suelo exterior. El pobre Levante ha estado toda la noche al raso y cuando me dispongo a arrancarlo, mediante un botón en la consola central, un ruido ensordecedor inunda el habitáculo. Pero no, no es el ruido ensordecedor que esperas (o sueñas) con escuchar en un Maserati, más bien se parece a una de esas locomotoras diésel de Renfe que arrastran largos trenes de mercancías. Poco afinado y acompañado de una vibración nada agradable: el motor gira a casi 2.000 vueltas y decido esperar a que se estabilice.

Motor diésel 275 CV del Maserati Levante

Bueno, lo peor ya ha pasado pero el regusto inicial no es bueno. La verdad es que tampoco estoy acostumbrado a arrancar coches diésel a estas temperaturas, pero me ha parecido algo exagerado para un coche de lujo como este. En fin, una vez caliente, el sonido en el interior se podría asemejar mucho mas al de cualquier otro motor diésel grande: este es un V6 de tres litros capaz de producir 275 CV y 600 Nm de par desde las 2.000 vueltas. ¡Buenas cifras!

El primer vistazo al interior me revela un salpicadero parecido al del Ghibli pero con una mayor sensación de calidad, al menos de primeras. La verdad es que te sientes bien, todo parece estar en su lugar y, aunque no soy fan de aglutinar todos los mandos, climatización incluida, en la pantalla táctil, debo decir que su funcionamiento es intuitivo y te haces a todo con rapidez. Lo que más me gusta del interior, ¡cómo no! Es la calidad del cuero: excelente; se nota que Maserati trabaja con grandes proveedores en la materia y la verdad es que entre el asiento deportivo, cómodo y con buen agarre, y el tacto del cuero, rápidamente te sientes a gusto.

interior Maserati Levante Diésel

Las plazas delanteras son perfectas en todos los sentidos: amplias en todas las cotas y con buena visibilidad al exterior. Las traseras no ofrecen un espacio gigante pero dos adultos viajarán sin problemas, cinco estarán algo más apretados. No obstante, el habitáculo del Maserati Levante es lo que te esperas en un SUV con ese punto deportivo: la altura con la cabeza, quizás lo más problemático en coches como el BMW X6 o el Mercedes GLE Coupé, sus principales rivales, es más que aceptable. Así que en este apartado no deberías sufrir demasiado.

Toca salir a la carretera y decido colocar el modo Sport. La verdad es que ofrece todo un arsenal de opciones para que el coche se adapte a tus necesidades de conducción en cada momento. El modo más deportivo endurece la suspensión y la coloca lo más cerca del suelo posible, para evitar desagradables balanceos. En curvas, el primer SUV de Maserati brinda un comportamiento noble, aunque con matices. Me ha gustado el tarado de la suspensión y la verdad es que apenas balancea. La dirección es bastante precisa pero no comunica todo lo que me gustaría: en esto, un Porsche Macan (o incluso el Cayenne) gana.

Prueba en carretera del Maserati Levante Diésel

Ahora bien: ¿cuántas personas van a ir de tramo con el Maserati Levante? Su área de confort son las carreteras con una combinación entre rectas y curvas rápidas. Es un coche estable y bajo el pedal derecho siempre encuentras un aliado. Es ligeramente más pesado que un X6, pero aún con todo, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 7 segundos. La velocidad máxima se queda en 230 km/h.

Sinceramente, me parece algo más opulento que el BMW o el Mercedes, que son coches más asépticos en el interior. El cuero marrón, la madera, su comportamiento: es un todoterreno que no destaca mucho en nada pero que te hace sentir especial. Si buscas calidad pura y dura, un Porsche Cayenne o un Audi Q7 están muy por encima, pero esa sensación, difícilmente explicable, de sentirte especial y diferente, es para el Maserati. Llevo más de 30 km por carreteras de montaña y el Levante no ha sufrido lo más mínimo: toca llevarlo al bosque.

Prueba por campo del Maserati Levante Diésel

Pero antes de eso, decido probar el modo Confort: la suspensión se relaja un poco y filtra algo mejor. La verdad es que la calidad de rodadura es muy buena y es un coche perfecto para viajar: lamentablemente, ese extra de peso y un motor algo más gastón hace que el consumo sea notablemente más superior que el de alguno de sus rivales: por ejemplo, consume 1,2 litros más cada 100 km/h, de media homologada, que el BMW X6 con el motor diésel de 258 CV.

Y eso pese a que el Maserati Levante cuenta también con un modo eficiente, bautizado como I.C.E., que responde a las siglas de Increased Control & Efficiency. No voy a perder mucho tiempo en él, simplemente que sepas que adecúa el motor para ser lo más eficiente posible. El que sí me interesa (y mucho) es el modo off-road. Este se encarga de aumentar la altura al suelo de la carrocería de manera automática 2,5 centímetros y manda el 10% del par al eje delantero, por si las moscas. Por supuesto, el Levante es capaz de gestionar el par entre cada uno de sus ejes gracias a un diferencial que puede modificar este reparto en apenas 150 milisegundos.

SUV de Maserati

El coche, una vez levantado, se muestra imparable. Pero aún hay más: para los casos más complicados, se puede seleccionar el modo off-road 2. Con este modo el Maserati Levante pasa de ser un SUV deportivo a un todoterreno de verdad: 50 centímetros de capacidad de vadeo, 22º de ángulo de ataque y 26º de ángulo de salida, esta última cifra es mejor que la que consigue un Toyota Land Cruiser, para poner en contexto. ¿Qué dices ahora BMW X6?

En la galería puedes ver cómo la suspensión crece y crece hasta un nivel realmente sorprende. Y esto, amigos míos, es lo mejor que tiene el Levante, sin lugar a dudas. Con la suspensión en lo más alto, el coche no tiene ningún problema para avanzar por pistas de montaña complicadas, con subidas, bajadas, piedras: no debes sufrir por ninguno de estos elementos. Por potencia no será y la tracción integral difícilmente te dejará tirado: lo único que puede jugarte aquí una mala pasada son los neumáticos. Elige los adecuados y prepárate para tener un todoterreno más capaz que la mayoría de SUV.

Vuelvo al asfalto y decido relajarme con el modo confort. Realizo unos cuantos kilómetros de manera relajada, pensando en lo bueno y en lo malo que tiene este coche. Lo que más me ha gustado durante esta prueba del Maserati Levante ha sido su imagen y su practicidad. Poder avanzar por una trialera de montaña con un tridente en la parrilla y el mejor diseño italiano como bandera no tiene precio. No soy el único que admira su imagen: un breve paseo por el centro de cualquier pueblo supone decenas de miradas indiscretas. Llama la atención. Es obvio, ¡es un Maserati!

Desde un punto de vista meramente analítico, el SUV Módena pierde la batalla respecto a muchos contrincantes: no tiene una calidad tan alta como alguno de sus rivales alemanes, su motor tampoco es tan refinado o eficiente, pero a cambio tienes un coche en el que te sientes especial y que resulta tremendamente polivalente en cualquier terreno. Esa es la baza del Maserati, su imagen única y exclusiva, como buen coche italiano que es, aderezada con detalles de lujo que marcan la diferencia: ¿qué me dices del interior tapizado en seda natural de Ermenegildo Zegna? Un SUV a la italiana: es como esa chica de la que sabes que no debes enamorarte pero que finalmente resulta imposible resistirse a sus encantos. ¡Esto es Italia, señores!

Maserati Levante Diésel

  A destacar   A mejorar
Diseño Calidad de algunos ajustes
Suspensión neumática de serie Motor gastón y algo ruidoso
Cotas off-road Precio y equipamiento opcional caro
Ficha técnica Maserati Levante Diésel
Motor Cilindrada 2.987 cc
Cilindros V6
Potencia máxima 275 CV / 4.000 rpm
Par máximo 600 Nm / 2.000-2.600 rpm
Transmisión Caja de cambios Automática convertidor de par, 8 velocidades
Tracción Total
Suspensión Delantera Paralelogramo deformable / Resorte neumático / Barra estabilizadora
Trasera Paralelogramo deformable / Resorte neumático / Barra estabilizadora
Dimensiones Longitud 5.003 mm
Anchura 1.968 mm
Altura 1.679 mm
Distancia entre ejes 3.004 mm
Alimentación Tipo de alimentación Inyección directa por conducto común. Turbo. Geometría variable. Intercooler
Peso Peso 2.205 kg
Prestaciones Velocidad máxima 230 km/h
Aceleración 0-100 km/h 6,9 seg
Consumos Urbano 8,2 l/100 km
Extraurbano 6,6 l/100 km
Combinado 7,2 l/100 km
Emisiones Emisión CO2 189 g/km
Precio Precio final 82.275 euros

Fotos: Raul Salinas Automotive Photography

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