Después de todo lo visto y comentado, hay mucha gente que al oír la palabra ‘SUV’ ya piensa que no va a tener muchas aptitudes fuera del asfalto. De hecho, existen muchas posibilidades de que así sea. Pero después de la prueba del Land Rover Discovery 3.0 SDV6 306 CV, está claro que esta es una de las excepciones que confirman la regla. Siempre que sea considerado como tal, y no como un todoterreno de los de siempre. Porque pasa desapercibido entre tanto SUV, pero la herencia de su marca está ahí. Y si no te lo crees aún mira lo que te cuento a continuación.
Un diseño conocido
La imagen de este inglés es de sobra conocida en esta quinta generación. Comparte sus rasgos principales con la mayoría de modelos de la marca, aunque quizá el que más se le parezca es el Discovery Sport. Resulta curioso que aun siendo un coche que roza los cinco metros de longitud, se perciba como un modelo fino, hecho con gusto. Eso sí, en cuanto te acerques a él verás que es casi un autobús de línea.
Por supuesto eso tiene ventajas, aunque también inconvenientes. Su maniobrabilidad es escasa y no te recomiendo ir con él por la ciudad. Pero el hecho de medir (ojo) 2,07 m de ancho hace que su interior sea de los más espaciosos que ha probado jamás. En el frontal cuenta con unos faros LED marca de la casa, así como en la trasera. Y el perfil se ve marcado únicamente por una línea de cintura que cruza la carrocería a lo largo.
Un dato curioso que viene al caso ahora mismo: en la pantalla de infoentretenimiento dispone de un apartado en el que indica sus medidas. Porque, ¿quién te dice que vaya a caber en cualquier parking? Las llantas del Land Rover Discovery de esta prueba son de 20 pulgadas, aunque parecen más pequeñas, como intimidadas por unos neumáticos que tienen un perfil de 55.
Por lo demás, protecciones plásticas en los bajos y un recurso de diseño que me encanta, y que le da un toque premium. El logo de la marca en el pilar C, algo que vemos también, por ejemplo, en el (prueba) BMW X2. Y un color azul claro que, en mi opinión, le queda algo soso a esta quinta generación.
Sí, es premium
Por dentro no defrauda y también se parece mucho a otros Land Rover. Lo primero en lo que he pensado al meterme en el Discovery ha sido lo bien que luce y que se siente todo. Está claro que tanto materiales como ajustes han sido tremendamente cuidados. Al nivel de las premium alemanas, como Audi, BMW o Mercedes. Tampoco es de esperar otra cosa teniendo en cuenta su abultado precio.
Esta unidad combina algunas inserciones en una madera que se siente robusta con aluminio cepillado en zonas como los laterales de la consola central. Este material es simplemente perfecto: agradable al tacto, a la vista, se ensucia poco y es robusto. Casi todo lo contrario que el dichoso negro piano, el cual abunda en la consola central y da una sensación algo peor. En calidad y en durabilidad.
El volante tiene un muy buen cuero y un diámetro grande. Es fácil de coger. Sin embargo, sus mandos son demasiados, lo que puede hacer que les prestes más atención de la debida en conducción. Los asientos son realmente cómodos y están pensados para hacer km; y la instrumentación es digital y configurable. Buenos gráficos e información abundante, muy bien en ese sentido.
En cuanto al infoentretenimiento, tiene una pantalla de 8 pulgadas con un sistema bastante intuitivo. Aunque hay veces que echo de menos algo más de rapidez de respuesta a las órdenes táctiles. No obstante, si cambiaría algo sería su ubicación, pues está algo baja y hace que haya que desviar un poco la mirada de la carretera para leerla.
Sobra espacio en todos los sentidos
Algo claramente a destacar es el espacio, pero no solo para los pasajeros. Sino para sus pertenencias. ¿Llevas la cartera? ¿El móvil? ¿Las llaves? Incluso… ¿un maletín? Genial. Tienes los típicos huecos de las puertas, en la guantera, delante del cambio de marchas y un increíble socavón bajo el reposabrazos central. Pero aún hay más.
Cuenta con una pequeña guantera en el salpicadero, justo encima de la convencional, delante del copiloto. Además, bajo los dos portavasos hay otro bolsillo enorme. Y lo que es más sorprendente. ¡En la mitad de la consola central! Tras los controles analógicos de la climatización dispone de un hueco ‘secreto’ que no es fácil de descubrir. Bien.
Pero también incluye detalles curiosos. Como las pequeñas perchas en los laterales de la consola central. O un cambio de marchas en forma de mando giratorio. En principio puede resultarte algo raro, pero te acostumbras enseguida. Y alrededor del mismo hay tantos controles electrónicos para utilizar el coche en conducción offroad que te abrumarán.
Detrás pueden ir tres… o cinco
Paso atrás y me doy cuenta de que incluso un jugador de la NBA no tendría problemas para caber y estar cómodo. Lo mejor es que al ser tan ancho tres personas también irían bien en la segunda fila de asientos. Digo segunda porque hay una tercera, pues en esta prueba del Land Rover Discovery contamos con siete plazas. Por cierto, el túnel de transmisión ni se nota, así que tampoco hay problemas para acomodar los pies.
A los dos asientos individuales de la tercera fila les pasa lo que a todos. Su acceso no es el más agradable del mundo, que digamos. Además, casi no hay espacio para los pies, aunque la cabeza va más o menos desahogada. Lo peor es que lastran mucho la capacidad del maletero, que pasa de 629 a 258 litros. Si quieres dejar solo las plazas delanteras, el espacio de carga es casi plano y tienes a tu disposición 2.406 litros. Puedes hacer una mudanza si quieres.
Prueba del Land Rover Discovery: ¡a conducirlo!
En marcha es un coche en el que si tengo que destacar algo, es la comodidad. Aunque lo primero de lo que uno se da cuenta es de lo alto que va. ¡Parece un camión! Esto va según gustos, habrá unas personas a las que le agrade más que a otras. En cualquier caso, es un coche con una altura libre al suelo muy considerable. Aunque depende mucho de la suspensión neumática, cosa que te cuento más adelante.
El arranque es por botón y el motor diésel de 3,0 litros y seis cilindros en V con 306 CV cumple con nota en el apartado de sonoridad y vibraciones. Es muy suave, y ese es uno de los resultados de no haber optado por el downsizing. Lo mismo pasa con su caja de cambios automática de convertidor de par y ocho velocidades, que permite cambiar con unas levas, que podrían no ser de plástico duro.
Además, con 700 Nm de par motor máximo bajo el pie derecho no te encontrarás ni un solo momento en el que te falte fuerza o empuje. A los hechos me remito. De 0 a 100 km/h en 7,5 segundos y 209 km/h de velocidad máxima. Ahora bien, es cierto que el hecho de que supere con (mucha) claridad las dos toneladas es un hecho que le penaliza.
Puede dar la sensación de que, de esos 306 CV, algunos se hayan quedado por el camino. No obstante, se siente como un coche muy potente. Sin embargo, hay un aspecto en el que esos kg de más se hacen notar bastante: el consumo. Homologa una media, según el ciclo WLTP, de unos 9 l/100km. No digo que sean un par de litros más, pero sí que suele ser algo mayor. Aunque depende mucho del tipo de conducción.
Otra de las desventajas de tener ese tonelaje es a la hora de saber qué reacciones va a tener el vehículo. Como podrás imaginar, en las curvas balancea mucho. Tiene la receta perfecta para ello: una suspensión con un tarado enfocado a la comodidad, una altura libre al suelo muy alta, una altura absoluta también muy grande y el peso. Por eso contener la carrocería en frenadas y giros necesita de previsión. Eso sí, acelerar no le cuesta prácticamente nada.
No obstante, los frenos trabajan bien y no denotan fatiga después de estar un rato utilizándolos. La dirección tiene una asistencia enorme y no se siente prácticamente nada de lo que hay debajo de las ruedas.
¿Qué tal va en 4x4?
Esto resulta contradictorio, porque seguramente la gran mayoría de compradores del Land Rover Discovery de esta prueba jamás lleven a este coche hasta sus límites. Sin embargo, saben que si les apetece, pueden hacerlo. Por eso cuesta lo que cuesta; porque es un todoterreno de verdad atrapado en el cuerpo de un SUV de lujo.
Los rivales de este modelo en todoterreno pueden ser tanto grandes lujosos familiares como vehículos pensados para hacer el cafre fuera del asfalto. Porque tiene aptitudes offroad y un planteamiento como pocos. Lo más parecido que se me ocurre es un Mercedes Clase G, aunque es varias decenas de miles de euros más caro y tiene menos espacio interior. Lógico, pues tiene una longitud de unos 10 cm menos.
Su suspensión neumática tiene tres alturas disponibles, y con la máxima activada el espacio libre con respecto al suelo es de 28,3 cm. Una auténtica burrada. Además, tiene bloqueo del diferencial central de serie, del trasero opcional y reductora. Y eso lo combina con todo tipo de modos de conducción. El mix perfecto para pasar por cualquier sitio sin importar lo difícil que sea debido a las condiciones del terreno.
Hablando de manera práctica, en esta prueba del Land Rover Discovery he comprobado que puede subir casi por donde quiera con una facilidad insultante. Así como realizar vadeos profundos y embarrarse hasta las cejas. La imagen habrá cambiado, pero sigue conservando ese ADN tan característico de la firma británica. Su electrónica consigue verdaderos milagros.
Ahora bien, para tenerlo tendrás que rascarte, y mucho, el bolsillo: esta unidad con el acabado HSE sale por unos 86.500 euros… sin tener en cuenta el equipamiento opcional.
A destacar | A mejorar |
Conducción off-road | Consumo |
Espacio | Precio |
Comodidad | Inercias derivadas del peso |
Ficha técnica Land Rover Discovery 3.0 SDV6 HSE 7 plazas | ||
Motor | Cilindrada | 2.993 cc |
Cilindros | 6 en V | |
Potencia máxima conjunta | 306 CV / 3.750 rpm | |
Par máximo | 700 Nm / 1.500-1.750 rpm | |
Alimentación | Tipo | Inyección directa / turbo |
Transmisión | Caja de Cambios | Automática, 8 velocidades Convertidor de par |
Tracción | Total | |
Suspensión | Delantera | Paralelogramo deformable Resorte neumático Barra estabilizadora |
Trasera | Paralelogramo deformable Resorte neumático Barra estabilizadora |
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Frenos | Delanteros | Discos de freno ventilados 360 mm |
Traseros | Discos de freno ventilados 350 mm | |
Dimensiones | Longitud | 4.970 mm |
Anchura | 2.073 mm | |
Altura | 1.846 mm | |
Distancia entre ejes | 2.923 mm | |
Maletero | Con dos filas / con tres filas | 629 litros / 258 litros |
Peso | Peso | 2.311 kg |
Prestaciones | Velocidad máxima | 209 km/h |
Aceleración 0-100 Km/h | 7,5 seg | |
Consumo | Combinado | 9,0 l/100 km |
Velocidad baja | 11,8 l/100 km | |
Velocidad media | 8,9 l/100 km | |
Velocidad alta | 7,7 l/100 km | |
Velocidad muy alta | 9,1 l/100 km | |
Emisiones | Emisiones de CO2 | 198 g/km Euro 6 |
Precio | Precio oficial | Desde 86.637 euros |
Fotografías: Álex Aguilar