PRUEBA: Infiniti Q30 2.2d Premium 7DCT

Cuando vi las primeras imágenes que se publicaron de este coche, mucho antes de poder realizar esta prueba del Infiniti Q30, tuve que reconocer que tenía una línea realmente atractiva. Aunque en ese momento no supe determinar si aquella sensación se debía a un criterio objetivo o más bien al hecho de ofrecer algo diferente a lo que se estila en el feroz segmento de los compactos.

Ahora que lo tengo delante puedo afirmar que el coche tiene una planta muy acertada, con un conjunto de trazos que pueden hacerlo parecer algo sobrecargado pero que, en conjunto, confieren al Infiniti Q30 2016 una presencia realmente diferente. Pero -siempre hay un pero, tengo el paladar demasiado fino- hay algo que me hace retroceder en cuanto doy una vuelta completa a su alrededor: las proporciones de su carrocería son muy exageradas.

Como sobre gustos nada hay escrito, decido abrir la puerta del coche para introducirme en su habitáculo para examinar su interior, y aquí viene la segunda sorpresa: ¿estoy probando un Infiniti o un Mercedes? El desarrollo del Q30 se ha llevado a cabo tomando prestados bastantes elementos del compacto de la firma de la estrella, como puedes comprobar si echas un vistazo a la prueba del Mercedes Clase A 180 CDI, y en cuanto te acomodas en sus asientos comienzas a darte cuenta de hasta qué punto ha llegado esa… colaboración entre ambas firmas: muchos botones presentes en su salpicadero e incluso el propio volante han sido aprovechados de su homólogo alemán. Ojo, que no es algo necesariamente negativo, pero le resta personalidad… y encuentro que éste es precisamente su principal argumento de venta.

Continúo mi prospección interna y me llevo una grata sorpresa al llegar a las plazas traseras: pese a tener un asiento central realmente simbólico debido a un túnel de transmisión más abultado que las colas en las puertas de los centros comerciales durante un Black Friday, puedo comprobar que la caída prácticamente recta de su techo regala a los pasajeros de la segunda fila una altura más que generosa. ¿No te parece tan importante? El que te lo está diciendo mide 1,97… y no tengo que torcer demasiado el cuello para encontrar una postura cómoda ¿Y el maletero? Bien, gracias: correcto, con 368 litros bien aprovechados pero sin alardes.

Tras haber comprobado cómo se las gasta por dentro el protagonista de nuestra prueba del Infiniti Q30, por fin llega el momento de encender el motor y ver qué tal se le dan las curvas. Lo primero que observo al comenzar a rodar es que el bloque de 2,2 litros diésel que también puedes encontrar en este Mercedes-Benz GLA 220 CDI 4Matic que probé hace algún tiempo adolece en este coche de un exceso de suavidad: a pesar de contar con una potencia de 170 CV y 350 Nm de par máximo, su disimulada respuesta unida a un cambio más orientado a ofrecer una marcha confortable antes que un comportamiento deportivo hacen que la sensación al aplastar el pedal derecho sin miramientos no sea la esperada. ¿Significa esto que sea un motor perezoso? Para nada, pero desde luego está pensado para ajustar su sed a unos contenidos 4,4 litros cada 100 kilómetros más que para alcanzar los 100 km/h en pocos segundos. Y una vez te acostumbras a su suavidad, te aseguro que podrás lograr acercarte meritoriamente a la cifra oficial…

Pero dejemos de centrarnos en el propulsor y hablemos de cómo se porta todo el conjunto: dentro de la ciudad el Q30 es un coche perfecto para lidiar con el tráfico diario y, sobre todo, con el lamentable estado del firme que suele alfombrar las calles de Madrid, aunque todo dependa de la matrícula que lleves colocada. Cuando se trata de devorar kilómetros en una autovía, nuevamente el coche demuestra que su puesta a punto orientada a la suavidad en general se amolda perfectamente a las necesidades de aquellos conductores que realicen kilometradas épicas tras el volante. Pero… ¿qué tal se desenvuelve en el sinuoso trazado de una carretera secundaria?

En cuanto tengo oportunidad, me dirijo a mi puerto abulense de referencia para medir con mayor precisión los puntos fuertes y débiles de cada automóvil que someto a una prueba con ésta del Infiniti Q30. Y en el caso que nos ocupa… lamento decir que la experiencia no ha sido para nada satisfactoria: con un tarado de suspensiones realmente blando, los cambios rápidos de dirección pondrán a prueba la capacidad de tus órganos internos para no salirse del sitio, con una carrocería que acusa en demasía los balanceos propios de los 1.549 kg que pesa el conjunto unidos a un centro de gravedad tremendamente alto derivado de una altura libre al suelo más propia de un SUV que de un turismo convencional. Para ir a ritmos tranquilos —en serio, muy tranquilos— el coche es una maravilla. Si te gusta darte algún homenaje de vez en cuando… quizá se te quede corto enseguida. Aunque no hay nada que una suspensión aftermarket no pueda solucionar, ¿no crees?

Tras haber realizado casi 1.000 kilómetros de prueba del Infiniti Q30 2016, no me queda más remedio que confesar que me ha dejado un sabor tremendamente agridulce en la boca: por un lado, se trata de una propuesta muy distinta a lo que ofrece el mercado en este momento con un planteamiento donde la practicidad y la comodidad priman sobre todo lo demás… y es ahí donde radica su principal flaqueza. Es tan suave, tan dócil y tan confortable, que en los momentos donde el cuerpo puede pedirte algo de alegría al volante puedes llevarte una pequeña decepción.

Y ahora, el precio: esta versión Premium asociada al bloque 2.2 diésel con caja automática de siete relaciones no se irá contigo a casa por menos de 33.900 euros, unos 2.000 menos que un Clase A con el mismo propulsor. ¿Dudas entre ambas opciones? Si te gusta conducir coches distintos, sólo debes hacerte una pregunta: ¿cuántos Clase A ves al cabo de un día? ¿Y cuántos Q30? Nada que añadir…

A destacar A mejorar
Diseño exterior Comportamiento dinámico
Consumos Prestaciones
Diseño interior
Ficha técnica Infiniti Q30 2.2d Premium 7DCT
Motor Cilindrada 2.143 cc
Cilindros 4 en línea
Potencia Máxima 170 CV / 3.400-4.000 rpm
Par Máximo 350 Nm / 1.400-3.400 rpm
Transmisión Caja de Cambios Automático, 8 velocidades
Tracción Total
Suspensión Delantera Paralelogramo deformable / Resorte helicoidal / Barra estabilizadora
Trasera Paralelogramo deformable / Resorte helicoidal
Dimensiones Longitud 4.425 mm
Anchura 1.805 mm
Altura 1.495 mm
Distancia entre Ejes 2.700 mm
Alimentación Tipo de Alimentación Inyección directa por conducto común. Turbo e intercooler.
Peso Peso 1.549 kg
Prestaciones Velocidad Máxima 220 km/h
Aceleración 0-100 km/h 8,3 seg
Consumos Urbano 5,3 l/100 km
Extraurbano 3,9 l/100 km
Combinado 4,4 l/100 km
Emisiones Emisión CO2 115 g/km
Precio Precio final 33.900 euros

Fotos: Álex Aguilar

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