Presentado en el Salón de París de 1964, el Ferrari 275 GTB (Gran Turismo Berlinetta) estuvo cuatro años en producción y tan sólo se construyeron 455 unidades, pero se ha convertido en uno de los modelos más icónicos de la firma italiana. El diseño de este coupé de dos plazas corría a cargo de Pininfarina y no cabe duda que este es uno de los aspectos más valorados del mítico biplaza italiano. No es de extrañar, ya que, en el Salón de Ginebra de 1965, en la presentación de la variante GTB/4 consiguiera el título del coche más bonito del mundo.

Para su construcción se parte de un chasis de tipo tubular realizado en acero, mismo material se emplea para la carrocería, si bien para aligerar peso tanto las puertas, como los capós son de aluminio. En este sentido conviene apuntar, no obstante, que para en las versiones de competición la carrocería estaba íntegramente construida en aluminio.

prueba del Ferrari 275 GTB (1964)

La segunda generación del modelo, denominada GTB4, emplea un capó más alargado para mejorar la aerodinámica, mientras que en la parte trasera también dispone de una ventana de mayores dimensiones. Y como veremos más adelante, los GTB4 presentan asimismo diferencias en lo que a la parte técnica se refiere. De las 455 unidades fabricadas, 246 fueron de morro corto o GTB, 206 de la variante GTB4, 46 con carrocería de aluminio y tres unidades denominadas GTB/C destinadas en exclusiva a competición y que además de mencionada carrocería de aluminio, estaban aligeradas al máximo.

El corazón de un auténtico Ferrari

Para conseguir un óptimo reparto de pesos, el motor V12 está ubicado en la parte delantera en una posición muy retrasada, de ahí que el morro sea tan alargado, mientras que tanto la caja de cambios como el diferencial se ubican sobre el eje posterior en posición transaxle.

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Como no podía ser de otra manera, el motor es un espectacular V12. Cuenta con 3,3 litros, 275 cc por cilindro, lo que corresponde a la denominación del coche. Para ajustar el peso al máximo, tanto el bloque como las culatas están construIdas en aleación ligera y con el objetivo de facilitar su rendimiento a alto régimen, tiene una carrera muy corta (77x58,8 mm). Está alimentado por tres carburadores Weber de doble cuerpo y tiene una relación de compresión de 9,2:1; se declaran 280 CV a 7.500 rpm. En los GTB4 se montan seis carburadores y cuatro árboles de levas en lugar de dos; gracias a estas mejoras la potencia aumentaba hasta 300 CV, mientras que el par máximo alcanzaba en ambos casos 30 mkg (294 Nm).

La caja de cambios cuenta con cinco marchas sincronizadas y el clásico selector de rejilla, mientras que para transmitir la potencia al suelo se dispone de la ayuda de un diferencial autoblocante.

Las suspensiones son muy refinadas y en ambos trenes dispone de una arquitectura de triángulos superpuestos, muelles helicoidales y amortiguadores hidráulicos Koni. No conviene olvidar que la competición fue el destino de una buena parte de las unidades fabricadas y no es de extrañar que Ferrari echara el resto en este apartado para conseguir un comportamiento optimo. Y los frenos están a la altura de las circunstancias; firmados por Dunlop, cuentan con discos delanteros y traseros, así como pinzas de generoso tamaño. Lo máximo que admiten las llantas de 14 pulgadas, realizadas en magnesio como equipo de serie, o de radios firmadas por Borrani en opción.

Prueba del Ferrari 275 GTB (1964)

Una vez a los mandos del Ferrari 275 GTB de la prueba, el habitáculo resulta más espacioso de lo que cabía imaginar, la postura es bastante buena y tanto el precioso volante, como la palanca de cambios quedan muy a la mano. El cuadro de instrumentos está plagado de relojes y la visibilidad no es mala, a pesar las enormes dimensiones del capó delantero. El asiento resulta bastante anatómico y los pedales quedan perfectamente ubicados para realizar sin problemas el punta-tacón, maniobra absolutamente necesaria a la hora de reducir.

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Un toque a la puesta en marcha y el V12 cobra vida rápidamente. Y eso a pesar de unos carburadores que no es fácil ponerlos a punto, mantiene un ralentí muy estable y responde con total vigorosidad a las insinuaciones con el pedal del gas. El V12 sube de vueltas con total facilidad y las trompetas de admisión emiten un sonido que no puede ser más cautivador.

El embrague esta duro, el selector del cambio también y algo parecido puede decirse de la dirección, sin ningún tipo de asistencia, si bien una vez iniciada la marcha la cosa cambia bastante. El cambio de rejilla precisa de un cierto periodo de adaptación, pero es bastante preciso, si bien requiere manejarlo sin prisa y marcando bien los recorridos de la palanca.

interior del Ferrari 275 GTB (1964)

El motor demuestra un enorme poderío a cualquier régimen, pero es en la parte alta del cuentarrevoluciones donde demuestra su carácter. Y, cuando se le exprime al máximo, es capaz de superar la barrera de las 7.500 rpm con total facilidad y en constante progresión. Una verdadera maravilla y un placer para los sentidos.

Potente y ligero en curva

Con un peso que en orden de marcha apenas alcanza los 1.200 kg, los 280 CV dan mucho de sí y no es de extrañar que sus prestaciones sean muy elevadas. A poco que se exprima la abundante caballería, la aguja del velocímetro supera los 180 km/h, pero lo más sorprendente es la facilidad con con la que este deportivo de inscribe en las curvas.

prueba del Ferrari 275 GTB (1964)

La dirección es lenta, pero sí muy obediente y en los giros más veloces este coupé va muy asentado a la carretera. Permite una elevada velocidad de paso por curva, pero al ir tan poco calzado desliza con facilidad y de forma muy progresiva cuando se superan los límites. Como se puede imaginar, tiene una clara tendencia al sobreviraje y de forma especial en los giros más lentos si se abusa de la abundante caballería.

Pero para ir realmente rápido, hay que evitar las brusquedades, es mejor aquel dicho que dice "vísteme despacio que tengo prisa", frenar pronto, acelerar en el sitio y evitar en lo posible el "espectáculo". Por cierto, que los frenos no son precisamente lo mejor del coche, conviene no apurar demasiado para no fatigarlos en exceso; si se abusa del sistema terminan perdiendo eficacia y el pedal consistencia.

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En un coche que en la actualidad puede tener una cotización que supera los dos millones de euros (la unidad que ves en las fotos fue subastada por RM Sotheby's en 2017 alcanzando los 1.932.000 euros) conviene, no obstante, tomarse las cosas con calma y disfrutar de su conducción sin correr riesgos innecesarios.

prueba del Ferrari 275 GTB (1964)

Ficha técnica Ferrari 275 GTB (1964)
Motor Cilindrada 3.285 cc
Cilindros
Disposición
V12
Delantero longitudinal
Potencia máxima 280 CV a 7.500 rpm
Par máximo 294 Nm a 5.000 rpm
Alimentación Tipo Tres carburadores Weber
Transmisión Caja de Cambios Manual de 5 velocidades
Tracción Trasera
Suspensión Delantera Independiente de triángulos superpuestos
Amortiguadores telescópicos
Muelles helicoidales
Trasera Independiente de triángulos superpuestos
Amortiguadores telescópicos
Muelles helicoidales
Frenos Delanteros Discos / 228 mm
Traseros Discos / 297 mm
Dimensiones Longitud 4.360 mm
Anchura 1.700 mm
Altura 1.250 mm
Distancia entre ejes 2.400 mm
Depósito Capacidad 94 litros
Peso Peso 1.200 kg
Prestaciones Velocidad máxima 260 km/h
Aceleración 0-100 Km/h 6,8”
Consumo Medio 25,0 l/100 km
Ciudad n.d.
Carretera n.d.
Producción Unidades 455 (246 versión GTB)
Precio Cotización actual 2.000.000 euros
Valoración
Ferrari 275 GTB (1964)
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Juan Collín
Todo lo que tenga motor y sobre todo los coches, han sido para mí casi una obsesión desde que tengo uso de razón. Empecé con las motos de campo, pero en cuanto tuve carnet de conducir, los coches se convirtieron en mi pasión. Si bien estudié ciencias empresariales, el periodismo del motor se convirtió, con el tiempo, en mi forma de vida.Me inicié corriendo rallyes desde muy joven y gracias a ello me surgió la oportunidad de entrar a trabajar en la revista Auto Hebdo. Tras dos años, pasé a Auto Mecánica y posteriormente daba el salto a la revista AUTOMÓVIL, donde he ejercido como jefe de pruebas durante más de treinta años. En todo este tiempo he tenido ocasión de conducir los mejores coches que salían al mercado, también muchos de carreras, dado que siempre he compaginado el trabajo de probador con la competición. Después de tantos años, los coches y sobre todo los clásicos, continúan siendo mi pasión, sin olvidar las carreras, una actividad que espero seguir disfrutando durante algunos años más. 
prueba-ferrari-275-gtb-1964Si me preguntaran, ¿qué coche clásico me gustaría tener?, tengo claro que un Ferrari GTO, pero aun teniendo los 50 millones que cuesta, sería casi imposible conseguir una de las 36 unidades fabricadas. Como sucedáneo un 275 GTB tampoco está nada mal. Es, a mi entender, uno de los coches más bonitos que se han fabricado, ofrece extraordinarias prestaciones, un placer de conducción difícil de igualar y por si esto fuera poco, es difícil encontrar un valor tan seguro. Su cotización no ha parado de crecer y todo parece indicar que lo siga haciendo en el futuro. Como inversión, es difícil encontrar nada igual, y encima lo puedes disfrutar cada vez que te apetezca. Quien pudiera....

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