En un coche cada detalle cuenta. Cuando se trata de una marca de lujo, todavía más. Así, es habitual que los fabricantes más exclusivos llenen sus vehículos de detalles que les hagan marcar la diferencia, muchos de los cuales pasan desapercibidos para la mayoría de los mortales. Un ejemplo curioso es el truco que utiliza Porsche para que sus coches suenen mejor.
El sonido de un automóvil es algo realmente importante para todo aquel a quien le gusten los coches, es parte del alma del vehículo, algo que con la llegada de los coches eléctricos se echará a perder en parte.
PRUEBA: Porsche 911 GT2 (996)
Sin embargo, mientras que haya motores de combustión, Porsche seguirá utilizando un instrumento para que la sonoridad de sus bólidos sea un deleite para los oídos, los resonadores de Helmotz (o absorbente Helmotz).
A grandes rasgos, se trata de un absorbente acústico que se basa en las frecuencias de los sonidos para eliminarlos (en este vídeo tienes un claro ejemplo de lo bien que suena un Porsche).
Fueron creados por el físico alemán Hermann von Helmholz a mediados del siglo XIX, cuando éste buscaba crear un artilugio capaz de analizar el sonido. Básicamente, eran esferas de latón de distinto tamaño y aire que, en función de estos dos aspectos, resonaban en simpatía con un sonido determinado. Así, ante un sonido, el instrumento resonaba si su nota estaba dentro del mismo.
Era una manera poco precisa de analizar el sonido, pero en su día tuvo una importancia capital.
La relevancia para el mundo del automóvil radica en el hecho de que es una herramienta muy útil para la cancelación de sonido. Ésta ocurre cuando, ante un sonido, se utiliza otro con la misma frecuencia pero con amplitud opuesta, lo que hace que el primer sonido desaparezca o, como mínimo, que se atenúe de manera considerable.

Aplicado a los coches, se pueden aplicar resonadores de Helmotz para eliminar los ruidos molestos provocados por el motor. La primera patente al respecto es de 1930, realizada por Ernest E Willson, ingeniero de General Motors. Él mismo la actualizó en 1936 haciéndola más precisa.
El uso de este instrumento se hizo bastante popular entre los marcas en la década de los 90, destacando el caso del Mazda MX-5. Porsche, sin embargo, fue un paso más allá, empleándolo no solo para silenciar los ruidos molestos, si no para directamente mejorar la sonoridad de sus motores.
Muchos de sus modelos han utilizado distintas evoluciones del sistema, que actualmente se puede encontrar, por ejemplo, en el Porsche 911 Carrera 992.
Fuente: Road & Track