El prototipo original debutó en el Salón de Frankfurt de 1995 y desde entonces ha sabido mantener su ADN más puro a lo largo de dos décadas y tres generaciones. Un deportivo puro con dos plazas que se ofrece con carrocería coupé y descapotable y del que he tenido el placer de disfrutar durante mi prueba. Concretamente, se trata del Audi TT Roadster 2.0 TFSI quattro S tronic que cuenta con el paquete exterior e interior S Line, una transmisión automática de seis relaciones S tronic y un elevado nivel de equipamiento tecnológico como novedad dentro de la gama.
Vamos a comenzar por su diseño. El Audi TT Roadster que he puesto a prueba cuenta con el paquete exterior S Line, el cual incluye un parachoques delantero rediseñado con un corte más afilado y agresivo, taloneras laterales, un parachoques trasero nuevo y un difusor terminado en símil titanio con dos salidas de escape gemelas. Las llantas de 19 pulgadas con neumáticos 235/45 son el toque definitivo.
En cuanto al techo, es de lona para contener el peso y diferenciarse del coupé. Se abre y cierra de forma automática en solo diez segundos y a velocidades de hasta 50 km/h. Para mejorar el confort en marcha, incluye un deflector de viento eléctrico. Otra característica es el spoiler retráctil que encontramos en la zaga. Éste se despliega de forma automática al superar los 120 km/h, aunque podemos elegir si activarlo o no mediante un botón específico incorporado en la consola central.
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El interior muestra los mismos rasgos deportivos del exterior en el Audi TT Roadster 2.0 TFSI quattro S tronic que he puesto a prueba. Nos encontramos con un salpicadero de grandes dimensiones, una consola central simple donde se alojan tres salidas de aire y un conjunto de botones -los del climatizador y los asientos calefactados están integrados en las salidas de aire-. Más abajo la palanca selectora de la transmisión S tronic y una serie de mandos para el sistema de infoentretenimiento. El volante y los asientos deportivos S terminados en cuero Napa, los cuales incluyen calefacción para la zona del cuello, son parte del equipamiento opcional.
Aunque lo más destacado del habitáculo del Audi TT Roadster 2.0 TFSI quattro S tronic que he puesto a prueba es el Audi virtual cockpit y MMI, el cual está comandado por una pantalla TFT de 12,3 pulgadas. Incorpora las funciones de navegador MMI, teléfono, información del vehículo y el sistema multimedia. Se puede elegir entre diferentes modos de visualización, siendo una de sus ventajas el poder disponer de 'pantalla completa' para el navegador, lo que deja los diales de velocidad y cuentarrevoluciones de un tamaño reducido en ambos extremos.
Y llegamos a uno de los apartados que más me han gustado de la prueba del Audi TT Roadster 2.0 TFSI quattro S tronic, la parte ciclo y el motor. La unidad que da vida al deportivo de Audi es un bloque de cuatro cilindros y 2.0 litros TFSI con turbocompresor que arroja 230 CV y 370 NM de par entre 1.600 y 4.300 rpm. Al propulsor de gasolina está asociada una caja de cambios automática S tronic de seis relaciones que envía la potencia al sistema de tracción total quattro de la firma de Ingolstadt. Estas características permiten que acelere de cero a 100 km/h en 5,6 segundos y llegue a una velocidad punta limitada electrónicamente de 250 km/h, con un consumo homologado de 6,9 litros por cada 100 kilómetros y unas emisiones de 158 g/km.
Dócil, rebelde, rápido, ágil y un tanto provocador. Así se presenta el TT Roadster 2.0 TFSI quattro S tronic en la carretera. Nada más arrancar escucho un sutil bramido de sus escapes deportivos, algo que cambiará en función del modo seleccionado en el Audi drive select -Comfort, Sport, Dynamic, Efficient e Individual- que forma parte del equipamiento opcional. La dirección es dura y transmite cada sensación, cada ondulación y curva a los mandos.
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Las respuestas son precisas en todo momento, se muestra algo más tosco cuando seleccionas el modo Efficient, pero es atrevido en Sport, Dynamic e Individual, donde busca optimizar cada cambio de marcha, con un tacto del acelerador más rápido y un carácter más deportivo en general.
Es un deportivo como tal, un coche para disfrutar de la carretera, las curvas y alguna escapada de fin de semana, pero no esperes un confort similar al que podrías encontrar en alguna de las berlinas de la marca. Rodar por autovía se vuelve algo incómodo cuando llevas unos kilómetros, los asientos deportivos no contribuyen a mejorar esta sensación y el tacto de la suspensión es tal vez demasiado rígida incluso en el modo Comfort.
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Los consumos me dicen que los 7,7 litros registrados durante mi prueba -en ningún momento logré bajar de 7,4 litros- se alejan poco de los 6,7 litros homologados, pero que tal vez sean algo altos dado el tamaño y escaso peso (1.320 kilogramos) del coche. Otro aspecto a tener en cuenta es que el asistente Audi active lane que impide que cambies de carril de forma involuntaria es excesivamente intrusivo y no se puede desactivar. Si bien es cierto que permite corregir la forma en la que actúa, llega a ser molesto cuando circulas por autovía ya que siempre actuará en mayor o menor medida sobre el volante.
Dentro del equipamiento que podemos encontrar en el Audi TT Roadster 2.0 TFSI quattro S tronic destacan los cuadros ópticos delantero y trasero de LED, sensores de luz y lluvia, asientos deportivos regulables eléctricamente, arranque sin llave, sistema de sonido Bang & Olufsen, MMI Navegación Plus con MMI touch y Audi cockpit digital, asistente de cambio involuntario de carril, sensores de aparcamiento trasero con cámara y Audi drive select, entre otros.
El Audi TT Roadster 2.0 TFSI arranca en 53.205 euros, mientras que la cifra de la unidad probada asciende a 67.520 euros, precio justificado dado el elevado nivel de equipamiento opcional con el que cuenta.
El TT es una apuesta segura dentro de los deportivos biplaza que existen en el mercado. La apuesta de Audi, tras tres generaciones, pasa por conservar al máximo los rasgos que hace más de 20 años hicieron grande al modelo, otorgando premios a su diseño y rompiendo con los esquemas de lo establecido por entonces. Un auténtico deportivo para disfrutar de la carretera, de cada curva y sensación que nos pueda transmitir. El sonido es embaucador, su conducción es adictiva y su línea de diseño es un imán para las miradas de los más curiosos.
Si con algo me quedo es con su dinámica de conducción. Se muestra ágil en carretera, rabioso en los modos más deportivos y capaz de sacarte una sonrisa en cualquier momento. Las comodidades y el nivel de equipamiento es muy completo en esta unidad probada, pero deberás pasar por caja si quieres que sea así en tu futuro coche. Si de algo tal vez llegaría a prescindir es de la caja de cambios automática en detrimento de una manual -no me juzguéis, soy un purista- pero es cierto que el S tronic se muestra rápido en los cambios y es capaz de buscar la mejor relación en función de las necesidades de cada momento.
Diseño | Consumos |
Dinámica de conducción | Precio |
Motor | Confort de marcha |
Ficha técnica Audi TT Roadster 2.0 TFSI |
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Motor | Cilindrada | 1.984 cc |
Cilindros | 4 en línea | |
Potencia Máxima | 230 CV / 4.500 - 6.200 rpm | |
Par Máximo | 370 Nm / 1.600 – 4.300 rpm | |
Transmisión | Caja de Cambios | S tronic, 6 velocidades |
Tracción | Total quattro | |
Suspensión | Delantera | McPherson, resorte helicoidal |
Trasera | Paralelogramo deformable, resorte helicoidal | |
Dimensiones | Longitud | 4.177 mm |
Anchura | 1.832 mm | |
Altura | 1.355 mm | |
Distancia entre Ejes | 2.505 mm | |
Alimentación | Tipo de Alimentación | Inyección mixta directa/indirecta, Turbo, Intercooler |
Peso | Peso | 1.320 kg |
Prestaciones | Velocidad Máxima | 250 km/h (limitada) |
Aceleración 0-100 km/h | 5,6 seg | |
Consumos | Urbano | 8,7 l/100 km |
Extraurbano | 5,8 l/100 km | |
Combinado | 6,9 l/100 km | |
Emisiones | Emisión CO2 | 158 g/km |
Precio | Precio final | 53.205 euros |
Fotos: Álex Aguilar