En la arena se baten los más fuertes y admirados luchadores del mundo. Diez años después de su primer combate, llega la segunda generación de uno de los púgiles de expediente casi inmaculado. Se trata del Audi A5 2016, deportivo que he puesto a prueba por las variopintas carreteras de Oporto.
La primera vez que te plantas enfrente de él te das cuenta de que la firma de Ingolstadt ha seguido la máxima impuesta por el departamento de diseño de la marca en estos últimos años: si algo funciona, lo mejor es no cambiarlo. Eso es lo que ha hecho Audi: ha actualizado su imagen con pequeñas, pero acertadísimas, modificaciones. Los cambios son leves, sí, pero el coupé expone una imagen muy fresca en la que combina deportividad y elegancia a partes iguales.
Mantiene su atractivo, que le ha llevado a estar diez años en el mercado al pie del cañón, con una línea de cintura que dibuja una ligera ondulación y que se funde con los marcados pasos de rueda. ¡Eso es un perfil y no del que presumía Alfred Hitchcock! Parece más ancho que su predecesor, aunque las cifras no engañan: los dos cuentan con 1,85 metros de anchura. Esa sensación quizá sea acrecentada por la nueva parrilla Singleframe, ya que es más baja y ancha, confiriéndole, además, más presencia. Asimismo, los pilotos son de nueva factura; los delanteros son de Xenón, aunque opcionalmente puede montar tecnología Matrix LED, mientras que los traseros están compuestos por LED y presumen de formas tridimensionales. ¡Bienvenido, futuro!
Acomodado en sus asientos, que sujetan el cuerpo como si notasen mi simpatía hacia ellos, descubro el punto clave del nuevo Audi A5. Sin lugar a dudas es el interior. Tras realizar la prueba de modelos como el R8 (ver prueba Audi R8 V10 540 CV 2015) o el renovado TT (ver prueba Audi TT Roadster 2.0 TFSI quattro S tronic), pude comprobar el salto de gigante que dio la compañía alemana en lo que a diseño del puesto de conducción se refiere. Ese conocimiento ha sido trasladado al A5, y el resultado es de matrícula de honor. Gracias a su tecnología y diseño, sus dos máximos rivales, el BMW Serie 4 Coupé y el Mercedes Clase C Coupé, parecen modelos casi 'obsoletos'. Y es que tanto el Audi virtual cockpit con pantalla TFT de 12,3" como el sistema de navegación de 8,3" hacen las delicias del conductor. No puedo olvidar la consola, más desahogada de botones y con una pantalla digital para el sistema de climatización. Y si mi sentido del oído falla a veces, el de la vista y el del tacto, no. Excelentes materiales y una calidad percibida de diez.
Como te comentaba, la carrocería mantiene la anchura, también la altura, pero no la longitud y la batalla, cotas que se han visto ligeramente ampliadas. Estas alteraciones permiten mejorar la habitabilidad a bordo. Eso parece sobre el papel, porque si los pasajeros de las plazas delanteras disfrutan de suficiente espacio para cabeza, piernas y hombros, sensación aumentada por la arquitectura horizontal del panel de la instrumentación y la línea continua de salidas de ventilación, los de las traseras, como ocurría en la generación anterior, no. Pero hablando de luchadores que se baten en la arena, al César lo que es del César: el hueco posterior disponible permite viajar sin pasar incomodidades; eso siempre y cuando no superes el 1,80 m de altura…
El maletero, que tiene formas regulares y que cuya tapa puede abrirse con tan solo pasar el pie por debajo del paragolpes trasero, ha crecido 10 litros, con lo que ahora suma 465. Esta cifra pone de manifiesto que es el ‘rey’ de la categoría, puesto que el coupé de BMW cubica 20 litros menos y el Mercedes-Benz, 85.
He probado el Audi A5 2016 con el motor 2.0 TDI de 190 CV. Este propulsor de cuatro cilindros es el menos potente de la gama, y es que existe un V6 3.0 TDI de 218 CV y otro 3.0 TDI, con la misma disposición de cilindros, de 286 CV que por ahora no se comercializa en España. El bloque de gasóleo de acceso trabaja únicamente asociado a un cambio automático S tronic, por lo que no existe la posibilidad de optar con este motor por una caja manual. Su potencia es más que suficiente para mover el coche con soltura, aunque carece de intensidad. Lo bueno es que desde las 1.750 y hasta las 3.000 rpm tienes todo su par máximo: 400 Nm. Además, trabaja de forma impecable con el cambio de doble embrague, que realiza las transiciones de forma muy rápida y eficaz, aunque sigue siendo más brusco en las transiciones que el Tiptronic, que está disponible solo en la motorización de 286 CV. Asimismo, gracias a que está muy bien aislado y a que cuando no se le demanda energía es bastante suave, puede ser un compañero ideal para rodar kilómetros y kilómetros por autovía, y más si tenemos en cuenta su consumo oficial en carretera: 3,7 l/100 km, 0,4 más que el combinado.
Pero si quieres guerra, tienes guerra, porque a su cura de adelgazamiento, que en el caso del Audi A5 2016 2.0 TDI 190 CV de esta prueba es de 35 kilogramos si lo comparamos con el modelo anterior con la misma motorización, le acompaña un chasis a la altura y una suspensión con control de amortiguación, que combina aplomo en curva con comodidad.
El precio del nuevo A5 probado, con motor 2.0 TDI de 190 CV, parte de 45.900 euros, una cantidad que incluye de serie un completo equipamiento, entre el que destaca: cambio S tronic con levas en el volante, sistema Audi pre sense city, que frena el coche ante una posible colisión con vehículos o peatones hasta 85 km/h; Audi drive select, detector de fatiga, dirección asistida electromecánica con asistencia variable según velocidad, faros de xenón plus, climatizador, arranque por botón, pilotos traseros LED, pantalla MMI a color de 7 pulgadas en el salpicadero y llantas de aleación de 17 pulgadas.
A destacar | A mejorar |
Imagen | Precio |
Diseño interior | Espacio plazas traseras |
Suspensión deportiva y cómoda | Sin opción manual |