Una buena piedra de toque para saber lo especial que ha sido un coche es saber a cuántas celebridades ha conquistado. A un modelo como el Porsche 911 Turbo RS ni siquiera le hace falta haber estado presente en los garajes más famosos del mundo. Pero lo ha estado. Incluido en el de alguien cuya actividad principal no estaba para nada relacionada con el mundo de la automoción. Herbert von Karajan. Y sí, tuvo un Porsche 911 Turbo RS.

¿Quién fue Herbert von Karajan?

A lo que Herbert von Karajan se dedicaba era a la música, terreno en el que era un genio. Natural de Salzburgo, Austria, nació a principios del siglo pasado y murió a finales de él. Durante treinta y cinco años estuvo dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Berlín, a donde llegaría tras estar al mando de su homóloga de Viena.

Sin embargo, von Karajan también se dedicó a la producción, al arte y hasta al marketing. Una de esas personas que tiene que rozar la perfección en todo lo que hace. La máxima que seguía era la de que las cosas o se hacen bien, o no se hacen. Meticuloso como pocos, también era un amante de los coches. Tanto que llegó a estudiar parte de ingeniería mecánica.

El Porsche 911 Turbo RS y sus otros coches

Los Porsche siempre fueron su perdición. Además de varios 911, por sus manos pasaron, entre otros, dos Porsche 959, un 356 Speedster y un 550 A Spyder. Pero quizá el más llamativo de todos fue el ‘nueveonce’ 930 que encargó en 1974. La joya de su colección automovilística. Y lo sigue siendo tras su fallecimiento, pues se trata de un ejemplar único.

El hecho de desear una unidad tan especial como lo era él le llevó a pedir varias modificaciones. Quería, sobre todo, dos cosas: más ligereza en el conjunto y también más deportividad. Y para ello se lo pidió a Ernst Fuhrmann, presidente de Porsche por aquel entonces. El resultado fue un 930 que consiguió rebajar los 1.140 kg que pesaba el modelo estándar.

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Muchos cambios con respecto al original

Los 240 CV de origen se mantuvieron por deseo del propio von Karajan. No obstante, se le introdujo el chasis de carreras del RSR y la carrocería del Carrera RS. Además, en su ‘dieta’ se eliminaron también los asientos posteriores y a cambio se le instaló la estructura de una jaula antivuelco. La radio tampoco tenía cabida en el Porsche 911 Turbo RS de von Karajan. ¿Para qué, si ya salía melodía de su motor?

Un propulsor que era un bóxer de seis cilindros y que añadía un turbocompresor aumentado y un árbol de levas más ajustado. Hasta los tiradores de las puertas fueron sustituidos por tiras de cuero para eliminar todo el peso que no fuera estrictamente necesario.

Una pintura muy característica

Aun con todo, la que quizá fuese su característica más pintoresca fue su pintura. Se trata del primero en compartir decoración con el 911 Carrera RSR Turbo 2.1 que obtuvo la segunda posición en las 24 Horas de Le Mans en el año 1974. Eran los colores de Martini Racing y en la parte trasera lucía el apellido del músico.

Una pieza de coleccionista muy cara

El director de orquesta lo tuvo hasta que lo vendió en el año 1980 con unos 3.000 km en su marcador. Hasta hace poco ha estado desaparecido, pero tras haber vuelto a escena su precio supera los tres millones de euros. No solo fue el deportivo de un genio de la música, sino porque con el paso del tiempo se ha convertido en una leyenda.

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Fue el único Porsche 911 Turbo RS del mundo durante una buena temporada. De hecho, su actual y sexto propietario ni siquiera se ha atrevido a conducirlo. ¿Se atreverá algún día o lo venderá antes por un precio mucho mayor? Lo que está claro es que seguirá revalorizándose ya que estamos ante un 911 mítico.

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