En su último proyecto, el artista estadounidense Daniel Arsham ha reinventado su Porsche 356 Speedster de 1955, dejando al descubierto las materias primas que lo componen y abrazando la rica historia del vehículo a través del concepto estético japonés "Wabi Sabi". El resultado es este Porsche 356 Bonsai.
A lo largo de los últimos dos años, el artista de Cleveland se ha dedicado a destacar la edad y el desgaste del clásico de Porsche, inspirado por su admiración por la cultura japonesa y sus numerosos artesanos especializados. La aceptación de la imperfección y la búsqueda de la paz en los procesos naturales del tiempo se manifiestan tanto en el exterior, de metal desnudo, como en el interior, teñido de añil.
Porsche 356 Bonsai: el homenaje de Daniel Arsham a la cultura japonesa
Para construir el 356 Bonsai, Arsham ha quitado toda la pintura externa del vehículo, que ha quedado sin años de restauraciones y también sin el acabado original. De esta forma muestra todas las soldaduras, las marcas de picaduras y el desgaste natural que genera el paso del tiempo. Ahora, solo una capa de aceite de linaza protege el metal en bruto de los elementos, de acuerdo con los procesos de fabricación japoneses originales.
En la rejilla trasera del motor, el artista ha añadido un relieve de bronce en forma de árbol bonsái. La pátina del coche no se limita a la chapa, ya que el artista también encontró componentes originales muy desgastados para el resto del exterior, desde las cubiertas de los faros hasta la placa de matrícula.
Aunque exteriormente pueda parecer desgastado, el 356 Bonsai está perfectamente puesto a punto. Todos los componentes relacionados con su funcionamiento, incluido el motor con su numeración original, han sido restaurados hasta el estado en que salió de fábrica. Para los trabajos técnicos, Arsham colaboró con Willhoit Auto Restoration y el Bridgehampton Motoring Club.
Tejidos ricos en tradición y antiguas técnicas de elaboración
Daniel Arsham se ha inspirado en el amor y dedicación que presta Japón a la artesanía. Esta sensibilidad fue la base, precisamente, de 356 Bonsai. Por eso, todos los tejidos del interior están fabricados en el país del sol naciente, por artesanos tradicionales.
Concretamente, el artista ha colaborado con los diseñadores de moda japoneses Motofumi "Poggy" Kogi y Yutaka Fujihara. Vistieron todo el interior con tejidos tradicionales japoneses, usando la técnica nipona de retales llamada “boro” y la costura interior conocida como "selvedge". Los asientos del conductor y del pasajero, así como el revestimiento del maletero, están fabricados con materiales textiles tipo "boro" teñidos de color añil.
La magia de los Porsche olvidados que esconden hermosas historias y momentos felices
Originalmente, esta técnica japonesa de costura se utilizaba para mejorar la calidad y la duración de algunas prendas de trabajo que acumulaban un desgaste excesivo. Arsham añadió más tela de algodón teñida de añil, con costuras de tipo "sashiko" en el borde de la puerta y en el de los asientos.
Como tejido final, Arsham y su equipo produjeron un grueso tejido japonés de algodón tipo "denim" para tapizar el techo, cubriendo el interior del coche. Estos tres tejidos se unen para realzar la influencia del "Wabi Sabi" en su conjunto, eligiendo selectivamente materiales que están destinados a cambiar con el uso y el tiempo.
En el maletero, una estera japonesa de tatami se encuentra debajo de la rueda de repuesto. Hechas de paja de arroz, estas esteras son un elemento clásico de la arquitectura japonesa, y suelen colocarse como revestimiento del suelo en las zonas de estar. La conexión entre el interior del coche y la arquitectura doméstica es un detalle que hace referencia a la admiración del artista por el "omotenashi" que, como el "Wabi Sabi", se experimenta mejor que se explica: la calidez y la acogida de los invitados en un hogar.