Cuando arrancas el coche y éste te responde en tono lastimero sabes que la vida útil de la batería ha llegado a su fin. En ese momento son muchos los que se niegan a aceptar la realidad e intentan poner el vehículo en marcha aprovechando el último aliento: si estás pensando en hacer esto, te explicamos por qué no debes arrancar un coche empujándolo cuesta abajo.

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Aunque antes era una solución muy empleada, no podemos perder de vista que los modelos eran más sencillos que ahora: ni tenían centralista ni muchos de los automatismos que hoy son tan comunes. A pesar de ello, tal y como nos recuerdan en AUTO BILD, empujar el coche cuesta abajo es algo que siempre ha tenido sus riesgos mecánicos y físicos. Y estas son las dos razones que vamos a analizar en profundidad.

Cambio de marchas

5 razones por las que es mala idea empujar un coche

  1. Dirección: como el vehículo está apagado, la dirección asistida no funcionará y, por lo tanto, el volante opondrá mucha resistencia hasta que consigas arrancarlo.
  2. Frenos: aunque al principio notes que los frenos funcionan, es un espejismo. La bomba de freno es la encargada de accionarlos y para ello, necesita que el coche esté en funcionamiento. Imagínate arrancar un coche empujándolo cuesta abajo… sin sistema de frenado.
  3. Freno de mano: si es eléctrico tampoco será muy útil para detener un coche cuyo motor no está en marcha.
  4. Cambio automático: si tu vehículo tiene un cambio automático, por mucho que empujes… no conseguirás moverlo. Por seguridad no puede pasar de la P de Parking a la N de punto muerto sin arrancar el coche y pisar el freno.
  5. Peso: los kilos de tu vehículo también influyen en esta arriesgada maniobra. Cuanto más pese el coche, más velocidad adquirirá y menos tiempo tendrás para conseguir arrancar y controlarlo.

Conductor

Más motivos para no empujar un vehículo

Las razones que acabamos de repasar corresponden al apartado mecánico del coche. Sin embargo, no podemos olvidar las consecuencias físicas que puede acarrear empujar un vehículo cuesta abajo sin llegar a controlarlo. Toma nota:

  • Carrocería: al empujar puedes hundir la chapa o romper algún piloto.
  • Acceso al interior: tanto si aplicas esta solución solo como si lo haces con el conductor y éste está fuera del vehículo… alguien tendrá que subirse a bordo para controlarlo. Para ello hay que dejar la ventanilla del conductor bajada para poder abrir la puerta, meter segunda, arrancar y frenar.
  • Choques: hasta que el coche no esté bajo control existe un alto riesgo de sufrir un impacto con cualquier elemento o con otros vehículos.
  • Atropellos: tampoco podemos olvidar que existe la posibilidad de arrollar a algún peatón o, incluso, a los ejecutores de la maniobra.
  • Detener el coche: si no logramos nuestro cometido, no podremos parar en un lugar indicado y seguro porque se detendrá solo.

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