El 24 de enero de 1940, mientras el ejército nazi avanzaba por Europa, el embajador de Alemania se presentó en el Palacio de Oriente de Madrid montado en un vehículo muy especial para entregárselo a Franco como regalo de cumpleaños de parte de Hitler. Un regalo que no gustó mucho en España y que, debido al desenlace de la guerra, apenas tuvo uso. Ese coche era el Mercedes Especial 540 G4 W31.
Es habitual que los jefes de Estado, ya sean democráticos o dictadores, utilicen vehículos especiales diseñados ad hoc para ellos y uno de los coches que Hitler utilizó antes y durante la Segunda Guerra Mundial fue este. Era algo más que un coche, era un instrumento de propaganda, un símbolo de la potencia industrial y militar alemana, destinado única y exclusivamente a los miembros del gobierno.
Mercedes Especial 540 G4 W31, símbolo del potencial alemán
Hitler se desplazaba en un lujoso Mercedes 770 K Grosser para darse sus baños de masas. Sin embargo, cuando iba al frente o entraba en una ciudad conquistada, lo hacía en el Mercedes Especial 540 G4 W31, un vehículo que, sin ser todoterreno, tenía notables capacidades para circular con total seguridad por caminos, tierra y carreteras en mal estado, pero sin renunciar al lujo y confort característicos de la marca de la estrella.
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Existen fotografía y vídeos en los que se ve al dictador nazi subido en el 540 G4 en su entrada en la región de los Sudetes en 1938, en Checoslovaquia o en París en 1940. El coche medía 5,92 metros de largo, pesaba 3,5 toneladas y tenía seis ruedas, cuatro de ellas motrices (las traseras). Podía albergar hasta siete ocupantes y estaba equipado con todas las comodidades y detalles de diseño inimaginables.
Mercedes montó un enorme motor de ocho cilindros en línea con diferentes niveles de cilindrada y potencia, hasta alcanzar los 5.4 litros y 115 CV en la variante más potente. Podía llevar al 540 G4 hasta una velocidad máxima de unos 70 km/h. La transmisión de la dirección estaba diferenciada para cada uno de los tres ejes, lo que facilita su conducción.
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Además, contaba con algunas innovaciones importantes, como un sistema hidráulico de frenado y un freno manual para el primer eje trasero, la incorporación de dos bombas de gasolina eléctricas y una mecánica, así como un tanque de combustible que funcionaba por gravedad. Pese a no ser un verdadero todoterreno, su elevada altura, la caja de cambios con reductora, los ejes rígidos traseros y los neumáticos todoterreno le permitían transitar perfectamente fuera del asfalto.
El regalo de cumpleaños de Hitler a Franco que no gustó en España
El Mercedes Especial 540 G4 W31 llegó a Madrid el 24 de enero de 1940, después de un viaje en barco desde Marsella hasta Barcelona y por carretera desde la Ciudad Condal hasta la capital de España. Fue un regalo de Hitler por el cuadragésimo cumpleaños de Franco. Como se sabe, existía una conexión ideológica entre ambos dictadores, ya que Hitler ayudó a Franco, junto con Mussolini, a ganar la Guerra Civil. Después, en 1941 y 1943, Franco envió la División Azul para luchar con Alemania contra la Unión Soviética.
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Sin embargo, no siempre un regalo se recibe con buenos ojos y el Mercedes no gustó mucho, porque España era neutral en la guerra (en teoría) y el 540 G4 era un vehículo militar. De hecho, a medida que la guerra avanzaba y Franco entendió que Hitler no la iba a ganar, decidió alejarse de Alemania para acercarse a los aliados y empezó a utilizar coches de marcas como Rolls-Royce, Bentley, Cadillac o Buick.
El único en estado original
Esto explica que el 540 G4 fuera relegado a tareas secundarias, como ir a ver algunas maniobras militares, sobre todo, por Madrid, o alguna cacería. Pero la mayor parte del tiempo lo ha pasado durmiendo bajo una lona, por eso se conserva hoy en estado totalmente original. En la actualidad, es uno de los coches que forman parte de la colección de la Casa Real y, aunque no es el más antiguo, sí es el más espectacular.
Dada su exclusividad, del Mercedes Especial 540 G4 W31 apenas se construyeron 47 unidades y se conservan varias en el mundo, pero la única en estado original es la que está en Madrid. Las demás son chasis incompletos o piezas que se han arreglado y adaptando al bastidor. En el 2000, la unidad española se llevó al Mercedes-Benz Classic en Stuttgart para someterse a una revisión y se les permitió copiar algunas piezas que faltaban al ejemplar que se exhibe en la exposición.
Según la Ley de Memoria Histórica ¿no debería achatarrarse inmediatamente esa exaltación hitlerana y franquista con forma de coche?
A ti te tendrían que achatarrar, el coche forma aparte de una historia,pero no ha matado a nadie ,como lo hicieron otros tanto de un bando u otro ,que iluminao.
Cuanto inculto , debemos conservar y recordad ese patrimonio porque también nos ayuda a recordar y evitar a volver atrás que parece que es lo que últimamente más de uno quisiera para cambiar la historia a su modo
Una auténtica joya de la ingeniería mecánica de la que se impregna la más pura tradición automovilística que caracteriza a la marca. No es cuestión de "achatarrar" sino verlo como un vehículo que debe admirar las siguientes generaciones, independientemente de su historia.