El Mercedes C111-IV Concept es un coche que no puede entenderse por si mismo, sin mirar la historia que tiene detrás. Y es que, como indica ese cuatro en números rumanos, tuvo tres predecesores con los que formó una saga que evolucionó a lo largo de una década, variando sus objetivos de manera considerable desde el principio hasta el final.
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Aunque suene raro, en origen el proyecto de Mercedes tenía como objetivo desarrollar un motor rotativo tipo Wankel, por lo que el primer C111 fue concebido con un laboratorio de pruebas sobre ruedas en el que también se testearon otros elementos diferentes.
El original, que vio la luz en 1969, fue el resultado de 8 años de desarrollo del propulsor rotativo e incluso contó con un predecesor, el C101. Contaba con un bloque formado por tres rotores que entregaba 280 CV, su aerodinámica (un aspecto que luego se perfeccionaría) tenía un CX de 0,33 y llegaba 1,4 G de aceleración.
El C111-II apareció en cuestión de meses como una evolución que mejoraba en todo a su predecesor, añadiendo un cuarto rotor, aumentando su potencia hasta los 350 CV y su Cx a 0,325. Más largo y ligero que el anterior, aceleraba de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y estuvo a punto de llevarse a producción, aunque finalmente se desechó la idea.
Más adelante se presentó una variante denominada con el apellido ‘D’, que consiguió nada menos que 16 récords de velocidad media en el Circuito de Nardo, un trazado oval de 12,56 kilómetros de longitud. Sin embargo, para dar el siguiente paso, Mercedes cambió el planteamiento en su tercera versión.
Adiós al color naranja de su carrocería, que además se vio radicalmente modificada con el claro objetivo de mejorar su aerodinámica, adquiriendo formas parecidas a las de una aeronave. Se consiguió con creces, como demuestra su Cx de solo 0,183. Gracias a ello, además del aumento de la potencia de su motor de gasóleo hasta los 230 CV, en otra jornada maratoniana en Nardo, se consiguieron otros 9 récords del mundo, entre ellos el de velocidad media con 300 km/h.
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Ahí es donde entra en acción el Mercedes C111-IV Concept, que llegó para poner el broche de oro a un proceso que llevó 18 años. Aquí el objetivo principal era batir el récord no oficial de velocidad en circuito, que ostentaba el American Can-Am Series con sus 355,854 km/h.
Para ello montaba un motor gasolina (todos los anteriores eran diésel) V8 de 4.820 cc con dos turbos KKK que desarrollaba 500 CV de potencia y 600 Nm. La aerodinámica se mejoró todavía más añadiendo dos alerones en los bajos, uno delante y otro detrás… y se consiguió el resultado esperado: estableció un récord de velocidad media de 403,978 km/h.