Los fabricantes de automóviles no cesan y siguen investigando día a día para mejorar sus vehículos. Seguridad, consumo y prestaciones son tres de los campos en que más empeño ponen.
Aunque parezca mentira, en un tiempo en el que prima el ‘downsizing’ y los productos más ecológicos, las marcas de deportivos o los grupos que poseen una filial que crea vehículos prestacionales indagan para perfeccionar sus automóviles, para hacerlos más rápidos. También, todo hay que decirlo, porque ya han comprimido al máximo los motores de combustión para rebajar las emisiones de CO2 y ahora queda mucho que avanzar en el campo estructural del vehículo para rebajar el peso. La última clave es añadir fibra de carbono a multitud de elementos, empezando por el principal, que es la carrocería, siguiendo por otros del exterior e interior, como las carcasas de los retrovisores, spoilers, molduras…
Algunos fabricantes han ido más allá, como BMW, que ha creado una fábrica propia de este avanzado material –está situada en la localidad norteamericana de Moses Lake-; recuerda que la carrocería de los modernos BMW i8 y BMW i3 están creadas por completo en fibra de carbono.
Este material tiene una serie de virtudes, pero, sin lugar a dudas, su resistencia y su reducido peso son las más destacadas. Por este motivo, las marcas comienzan a producir diferentes elementos con dicha composición; el último en el que han ‘puesto la mira’ es esencial: la llanta.
Como te comentaba, la principal ventaja de las llantas en fibra de carbono es que ahorran un peso significativo. De esta forma, la dirección, suspensión, calidad de conducción y dinámica del chasis se ven beneficiados. Pero es que, además, menos peso suspendido significa que el coche pueda salir mejor desde parado, frenar en una menor distancia y girar más rápido con la reducción de la inercia rotatoria de la rueda. Pero ahí no queda la cosa, porque también se suma la nula capacidad de deformación y la elevada resistencia estructural. ¿Te las imaginas por pistas donde las llantas de aluminio no suelen ser las más adecuadas? ¿Se podrán comprar estas llantas para neumáticos de nieve? Claro, por qué no…
Koenigsegg fue el primer fabricante en tener un vehículo producido en serie que equipaba llantas de fibra de carbono. En el siguiente vídeo puedes ver a Christian von Koenigsegg explicando cómo se fabrican este tipo de llantas.
A la firma sueca de superdeportivos le han seguido otros fabricantes. Volkswagen probará en uno de sus modelos, aún por aclarar, las llantas surgidas de la asociación de ThyssenKrupp Carbon Components y Maxion Wheels.
Otro que se ha apuntado a esta ‘moda’, y muy en serio, es Ford. La compañía americana y la empresa Carbon Revolution se pusieron manos a la obra para fabricar las llantas de este compuesto del Ford Shelby Mustang GT350R 2016. Según Adam With, supervisor de chasis de la filial Ford Performance: «las llantas y ruedas del Shelby fueron desarrolladas para ser las más capaces en la pista que jamás hayamos producido. Con la fibra de carbono reducen en 27 kilogramos el peso del vehículo si lo comparamos con el aluminio, además de ser más rígidas. Creemos que esto es un cambio en la industria». Pero no solo este Mustang tan especial equipará llantas de carbono, también lo hará el superdeportivo que llegará en 2016: el Ford GT.
España está de enhorabuena porque una multinacional gaditana y una firma de ingeniería italiana han desarrollado llantas de coches de fibra de carbono. Pueden ser de dos tipos: híbridas, fabricadas en aluminio y fibra de carbono y mixtas, solo de fibra de carbono. Las dos suponen una rebaja del peso respecto a unas convencionales; las primeras en un 30% mientras que las segundas en un 45%.
