Actualmente, si buscas un Aston Martin con más de dos puertas, la única opción disponible es el Aston Martin DBX (prueba). Aunque tiene las prestaciones y la exclusividad de los coches de la firma de Gaydon, el DBX es un SUV y este concepto se aleja mucho de los deportivos clásicos de la compañía. Hace seis décadas, Aston Martin trató de crear un DB4 de cuatro puertas con el corazón del DB5 y lo denominó Lagonda Rapide.
La marca Lagonda ha tratado de salir a flote en varias ocasiones desde que se unió a Aston Martin en 1948. El intento más fructífero fue el Aston Martin Lagonda diseñado a finales de los ’70 por William Towns. Sin embargo, más de una década antes, en 1961, la compañía ya trató de crear un vehículo bajo esta marca que estuviera basado en los productos existentes de Aston Martin.
Lagonda Rapide (1961), un Aston Martin DB4 de cuatro puertas
El Lagonda Rapide, que tomó su denominación de uno de los modelos destacados de la marca de finales de la década de 1930, fue tan exclusivo que tan solo se fabricaron 55 unidades entre 1961 y 1964, y todas ellas se hacían bajo encargo. Para su concepción, la marca tomó como base el chasis del Aston Martin DB4, aunque con 2.896 mm de distancia entre ejes en lugar de los 2.489 mm originales.
La carrocería Superleggera de aluminio del Rapide fue un encargo de Aston Martin a Carrozzeria Touring, con sede en Milán, el carrocero encargado de vestir también al DB4. El chasis se rediseño en su parte trasera para integrar el eje De Dion, en lugar del eje trasero original del DB4, y se equiparon asientos traseros y cuatro puertas laterales.
A nivel de diseño, el Rapide de Lagonda era un producto con un carácter propio, alejado de la estética de Aston Martin. El frontal lucía faros cuádruples, una parrilla vertical dividida y dos parrillas horizontales sobre un parachoques de metal.
Desde el lateral se apreciaban algunos rasgos propios de Aston, como la silueta del capó, la forma del techo y las ventanillas, los pasos de rueda o la sección trasera alargada, que integraba un gran voladizo posterior. Y en la zaga se conservaron unos pilotos verticales acabados en punta, un parachoques de metal a juego con el delantero y un portón del maletero que también recordaba a Aston Martin.
Un interior de alta gama y el motor del DB5
El interior del Lagonda Rapide combinaba lujo y buenos acabados. Un volante de madera y metal, inserciones de madera en el salpicadero, multitud de relojes en el cuadro de instrumentos y unos amplios asientos tapizados en cuero. También se integraron algunas tecnologías de confort, como las ventanillas eléctricas, las mesas de picnic en la parte trasera, la apertura remota del tapón de llenado del depósito de combustible y una radio.
A pesar de que estaba basado en una versión modificada del chasis del DB4 con una carrocería de diseño propio, el Lagonda Rapide no conservaba su mecánica. En lugar del propulsor de seis cilindros en línea y 3.7 litros, Aston Martin se decantó por el motor del DB5, que en este caso también era de seis cilindros, pero con 4.0 litros. También se restringía la potencia para no rivalizar con el DB5, por lo que ofrecía 236 CV en lugar de los 282 CV (325 CV en el DB5 Vantage).
El motor se ligó a un cambio manual ZF de cinco velocidades que enviaba la potencia al tren trasero. De este modo, el Rapide podía alcanzar velocidades de hasta 210 km/h. La intención de David Brown, propietario de Aston Martin y Lagonda, era la de que el Rapide fuera el “automóvil más avanzado mecánica disponible”.
A pesar de los esfuerzos de la compañía Lagonda por comercializar el vehículo, solo se fabricaron 55 unidades del Rapide, todas ellas a mano y por encargo. Su precio nuevo era de 5.000 libras esterlinas, que también era un 25% más caro que el del Aston Martin DB4. Se cree que actualmente sobreviven tan solo 48 unidades del Lagonda Rapide en todo el mundo.
Fotos: Bonhams