Hoy, Jeremy Clarkson es uno de los personajes más famosos del mundo, por su trabajo como periodista del motor, pero también por las continuas polémicas en las que se ha visto envuelto. Pero todo tiene un comienzo, muchas veces, inesperado o fruto de la casualidad. Aunque las casualidades, como la suerte, no existen, sino que se busca. De esta forma tan atrevida comenzó Jeremy Clarkson en el periodismo del motor hace 30 años.
A veces, las mejores cosas empiezan en un bar, entre cervezas, mientras se conversa amistosamente. Así fue el inicio de la carrera de Jeremy Clarkson, según desvela su íntimo amigo, Jonathan Gill, en una entrevista a Driving.co.uk, donde explica cómo Clarkson llegó a él y le propuso escribir reseñas de coches para medios locales.
Así comenzó Jeremy Clarkson en el periodismo del motor

«En 1983 yo vivía en una casa adosada en Fulham, al lado de Johnny Dumfries (el conde de Dumfries, que corría con Ayrton Senna en Fórmula 3)», explica Gill. «Había ayudado a Johnny a conseguir patrocinadores y escribí artículos sobre él, haciendo de relaciones públicas. Al mismo tiempo, Jeremy y yo teníamos amigos comunes que jugaban al polo en bicicleta en Hyde Park y allí nos conocimos. No creo que Jeremy jugara nunca, pero la principal razón para ir era que la gente se iba al pub después”.
«Jeremy y yo empezamos a hablar de Johnny, de automovilismo y de coches. Yo tenía un Alfa Spider, él un Volkswagen Scirocco. Trabajaba para una revista de coches y hacía algunos trabajos para Johnny. A él le interesaban los deportes de motor, así que empezamos a charlar y, probablemente, también a discutir».
Jeremy Clarkson lleva 1.000 cervezas a la sede de Alpine al perder una apuesta
Clarkson empezó su carrera periodística en el Rotherham Advertiser de South Yorkshire pero, cansado de informar sobre las disputas en los tribunales locales, se trasladó a Londres para trabajar como representante de ventas de la empresa de juguetes de sus padres, que tenía los derechos para producir los osos Paddington.
«Un día, Jeremy estaba golpeando puertas para vender los osos en el valle del Támesis, y se detuvo en un semáforo en rojo, junto a las oficinas de un periódico local en Wallingford, creo», continúa Gill. «Y de repente pensó: ‘Me pregunto si querrán una columna de motor'». Una semana después, le planteó la idea a Gill en un pub: «Me preguntó: ‘¿Cómo lo hacemos?». «Yo le dije: ¿Nosotros?” Y ese fue el principio de MPA, supongo».
La Motoring Press Agency

Se refiere a The Motoring Press Agency, una agencia que montaron entre los dos, aunque el nombre rimbombante hacía pensar que había muchas más personas trabajando en ella. Pero sólo eran dos personas trabajando en la habitación de Gill. Aun así, no eran aficionados: Gill había vendido publicidad para la editorial Haymarket y se había dedicado a la redacción y relaciones públicas, mientras que Clarkson había sido reportero en un periódico local.
Jeremy Clarkson se disculpa por decir que odiaba a Meghan Markle a nivel celular
Lo primero que hicieron fue abrir una cuenta en el banco Natwest de Fulham. A continuación, se dirigieron a Prontaprint para crear un membrete y un folleto con los que vender sus productos no sólo a un periódico, sino a varios de todo el país. «Nos dimos cuenta de que, si podíamos vender una columna de motor al periódico de Wallingford, ¿por qué no podíamos vender el mismo artículo al Rotherham Advertiser y a un periódico de Edimburgo?, comenta Gill.

El folleto estaba diseñado para despertar el interés de los editores. Tenía un pequeño texto en la parte delantera que decía: «Podemos ofrecerle pruebas en carretera de los coches que desee», y en reverso se enumeraban todos los coches disponibles en el Reino Unido en ese momento», explica Gill. Después de enviarlo a todos los directores de periódicos del país, «seis, ocho o diez de ellos» respondieron que era una buena idea, pero que no querían elegir los coches cada semana, sino un «pack» con una prueba en carretera de 600 palabras, una imagen, un reportaje y cuatro o cinco noticias.
Esto significaba hacerse con algunos coches, una idea muy astuta. «Por mis días en Haymarket, sabía que las empresas de automóviles tenían flotas de prensa, así que empezamos a llamar a la gente que las dirigía», dice Gill. Al principio lo hicimos con bastante timidez, pero conseguimos convencer a un par de empresas para que nos prestaran coches».

«Los dos primeros coches que conseguimos fueron un Opel Manta y un Alfa Romeo GTV y recuerdo que Jeremy y yo corríamos las cortinas esperando a que llegaran esos coches, y entonces vimos este Manta rojo doblar la esquina y pensamos: Genial, este es nuestro durante una semana'». Según comenta Gill, él y Clarkson se repartían la redacción de las pruebas de carretera, una semana lo hacía uno y otra semana otro.
«Escribíamos las reseñas de 600 palabras y las noticias, hacíamos las fotos, lo que nos llevaba bastante tiempo porque teníamos que revelar las películas en blanco y negro y hacer suficientes copias para meterlas en los sobres (entonces no existía el correo electrónico). Pero el resto del día jugábamos al Scrabble y veíamos ‘Dangermouse’. Era muy divertido y no era un trabajo muy duro, pero no ganábamos mucho, en realidad dinero para cerveza».
Jeremy Clarkson descarta su vuelta a Top Gear: “No hay ni una oportunidad”
Con el paso del tiempo, MPA empezó a ganar notoriedad y cada vez más empresas querían contar con ellos, sabiendo que, si les cedía un coche, sus reseñan aparecían en medios diferentes. En apenas dos años, el estilo de Jeremy Clarkson hizo que aumentara su popularidad, lo que le abrió las puertas de la revista Performance Car como columnista, gracias a la cual tuvo la oportunidad de conducir deportivos en Nürburgring.
El salto a ‘Top Gear’

Aunque su gran oportunidad llegó en 1988, cuando se convirtió en presentador de lo que ahora llamamos ‘Old Top Gear’. En aquel momento, el programa tenía un formato que ya estaba obsoleto y Clarkson era joven, vibrante y aportaba aire fresco. Rápidamente, se ganó a la audiencia. Al mismo tiempo que presentaba ‘Top Gear’, continuó colaborando con Performance Car hasta 1993, cuando dio el salto a The Sunday Times.
En cuanto a MPA, pronto quedó claro que Clarkson había tomado un camino diferente, como afirma Gill. En ese momento, la agencia que fundaron los dos amigos también comenzó a cambiar de estilo, acercándose más a los deportes de motor, escribiendo las páginas deportivas para Auto Express y convirtiéndose en patrocinador del Campeonato Británico de Turismos (BTCC) y del piloto de rally Richard Burns, campeón del WRC en 2001.