Hace unos días, Ferrari aprovechó la celebración del Ferrari Finali Mondiali 2021 para presentar su ultima obra de arte, el Ferrari Daytona SP3, una edición exclusiva y limitada que completa la serie Icona iniciada con los SP1 y SP2 y basado en algunos modelos históricos del pasado. Uno de ellos es el Ferrari 330 P4, el coche que batió al Ford GT40 en la 24 Horas de Daytona de 1967.

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La del 330 P4 es una historia de rivalidad. Suele decirse que es necesario tener un competidor para ser mejor y no quedarse estancado. Y eso le pasó a la casa de Maranello en la década de los 60. La marca italiana venía de dominar con autoridad las 24 Horas de Le Mans. Pero, de repente, Ford se interpuso y acabó con la hegemonía de los coches rojos.

Una ‘guerra’ italoamericana

Ferrari 330 P4

El Ferrari 330 P4 es la última evolución del 330 y permitió a Ferrari hacerse con el Campeonato Mundial de Marcas en 1967. Pero lo más importante de este coche, además de su extraordinaria belleza, es que supuso el final de una guerra entre la marca italiana y la estadounidense iniciada unos años antes.

Hay que remontarse a 1963. En plenas negociaciones para la compra de Ferrari por parte de Ford, finalmente, Enzo Ferrari explotó y no llegaron a ningún acuerdo. A partir de este momento, los miembros de Ford quisieron vengarse donde más daño podían hacerle a la marca italiana: en las carreras.

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Fue así como la compañía de Detroit empezó a trabajar en un prototipo de carreras que fuera capaz de derrotar a los italianos en la competición. Algo que se antojaba muy difícil, ya que Ferrari dominaba ese terreno desde hacía tiempo. Ese prototipo no era otro que el Ford GT40, un coche que acabaría convirtiéndose en otro icono del automóvil.

24 Horas de Le Mans ’66: el gran golpe

Ferrari 330 P4

El gran golpe de Ford llegó en las 24 Horas de Le Mans de 1966. Ferrari había ganado las seis ediciones anteriores de la prueba gala y se presentaba confiado en la de aquel año. Sin embargo, tres Ford GT40 MkII cruzaron la línea de meta en formación, lo que supuso una dura humillación para Enzo Ferrari.

De puertas para fuera, Il Commendatore se mostraba tranquilo y sosegado. Pero, tras esa fachada, ocultaba una rabia contenida. Después de seis victorias consecutivas, Ford había acabado con su dominio.

La vendetta de Ferrari

Ferrari 330 P4

Ferrari había competido en las 24 Horas de Le Mans de 1966 con un 330 P3, que montaba una transmisión ZF alemana, en lugar de las habituales cajas producidas en Maranello. Esto se debió un periodo de huelgas en el sector metalúrgico en Italia, en las que participaron trabajadores de Ferrari.

Como consecuencia, la marca no pudo preparar con su habitual cuidado los vehículos de competición, lo cual, benefició claramente a los norteamericanos. Al año siguiente, en Maranello se marcaron el objetivo de conseguir la victoria y vengarse de la humillación que habían recibido.

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Para ello, decidieron realizar un coche nuevo, una evolución del 330 P3. El ingeniero encargado de los motores, Franco Rocchi, introdujo algunas mejoras procedentes de la Fórmula 1 en el motor V12 de 4.0 litros, como la incorporación de una culata de tres válvulas por cilindro, dos para admisión y una para escape.

La alimentación se hacía mediante un sistema de inyección Lucas. La potencia total era de 450 CV. El chasis era ligeramente más corto que el del 330 P3, mientras que un nuevo sistema de suspensión mejoraba la estabilidad. En el plano estético, los cambios fueron mínimos con respecto al 330 P3.

Ferrari 330 P4: el coche que batió al Ford GT40

Ferrari 330 P4

Finalmente, llegó el día. Las 24 Horas de Daytona abrían el Campeonato del Mundo de 1967 y Ferrari se presentó con dos 330 P4 y un 330 P3 modificado, así como con renovado equipo de pilotos, entre los que se encontraba el neozelandés Chris Amon, junto con Ludovico Scarfiotti, Lorenzo Bandini y Mike Parkes. Por su parte, Ford se presentó con seis coches.

Al final de la carrera, tres coches de Ferrari, los dos 330 P4 y el 330 P3, cruzaron la línea de meta. Y lo hicieron también en formación, igual que los GT40 un año antes en Le Mans. La foto de los tres modelos alineado ante la bandera de cuadros pasó a la historia.

Campeón del Mundo de Marcas

Tras la prueba de Daytona, el Campeonato siguió su curso con la mente de ambos fabricantes puesta en Le Mans. Por el camino, los GT40 se impusieron en Sebring, donde no corrieron los 330 P4, mientras que los italianos también ganaron sin oposición en los 1.000 Km de Monza.

Finalmente, llegó la esperada cita en Le Mans. La edición de 1967 fue una de las más emocionantes que se recuerdan. Ambos constructores se presentaron con lo mejor que tenían: 11 coches de Ford, entre los cuales, cuatro GT40 MkIV y tres MkII; y ocho coches de Ferrari, entre ellos, cuatro 330 P4 (tres berlinetta y uno spyder), tres 412P con inyección electrónica y cuatro válvulas por cilindro y un 365P.

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En la carrera se impuso de nuevo el Ford GT40, conducido por Dan Gurney y A.J. Foyt, consiguiendo su segunda victoria consecutiva, seguido del Ferrari de Scarfiotti y Parkes. Sin embargo, a pesar de su victoria en Le Mans, Ford siempre estuvo lejos de los puestos de cabeza en el Mundial de Marcas, que acabaría ganando Ferrari.

En 1968, el reglamento redujo la cilindrada de los motores a 3.0 litros y eso significó el final del Ferrari 330 P4, dando paso, así, a la leyenda, uno de los prototipos de carreras más bonitos jamás construidos.

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