Desde hace muchas décadas, España es uno de los principales fabricantes de coches europeos. Aquí operan Renault, varias marcas del Grupo Stellantis, Volkswagen, Mercedes, Ford… además de SEAT y Cupra, claro está. Recientemente, acaba de desembarcar el gigante chino Chery, con sus marcas Omoda y Jecoo. Pero a España le ha salido un nuevo competidor para fabricar coches y deberíamos estar preocupados.
Y no hace falta mirar muy lejos para encontrar a ese nuevo competidor. De hecho, está a muy pocos kilómetros de distancia, en la otra orilla del Mediterráneo. No es otro que Marruecos. La industria del automóvil ha crecido exponencialmente en los últimos años en el reino alauita y está atrayendo inversiones de grandes empresas de Europa (no sólo del sector de la automoción) y también de China.
Marruecos, el nuevo competidor de España para fabricar coches
Marruecos quiere duplicar la producción en los próximos años y convertirse en una gran potencia automovilística. Para ello, cuenta con varios factores importantes: unos costes laborales similares o incluso más bajos que los de China, en una situación geográfica inmejorable para vender a Europa, que permite unos plazos y costes logísticos más reducidos, y con unos acuerdos especiales con la Unión Europea para contener la inmigración.
Esto explica que muchas empresas quieran instalarse en el país vecino, como ya ocurre, por ejemplo, en el sector agrícola, donde grandes productores cultivan frutas y verduras en Marruecos con un coste mucho menor que en España y luego venden los productos en nuestro país, aumentando el margen de beneficio.
Algo similar puede ocurrir con la fabricación de coches eléctricos, siendo más atractivo para las marcas que España. Geográficamente, Marruecos se encuentra muy cerca de Europa, conectada por mar, y el salario mínimo es ligeramente superior a los 300 euros al mes, condiciones que podrían convertirlo en el epicentro de la producción de vehículos eléctricos.
China invierte en Marruecos
Como recoge el diario El Economista, China ya ha hecho importantes inversiones en Marruecos, a través de la compra de fábricas de litio, terrenos portuarios y electroimanes para ánodos de baterías. Hay que recordar que el país alauita tiene casi el 75% de las reservas mundiales de fosfato, un elemento clave de algunas baterías, así como acceso a recursos como el cobalto y el litio en el continente, materias primas importantes en la cadena de suministro de vehículos eléctricos.
En marzo, el fabricante chino de baterías eléctricas, BTR New Material Group, inició la construcción de una fábrica cerca de Tánger para producir cátodos de componentes clave y está previsto que otra empresa china, CNGR Advanced Material, tiene previsto construir una planta de cátodos en Jorf Lasfar, a 100 kilómetros al sur de Casablanca, donde el gobierno ha destinado 283 hectáreas a la industria de baterías eléctricas, según informe Reuters.
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El año pasado, el gobierno marroquí y la china Gotion acordaron estudiar la posibilidad de crear una fábrica de baterías con una inversión eventual de hasta 6.300 millones de dólares (5.880 euros), mientras están en curso negociaciones con otras cinco compañías para instalaciones similares.
El peso de la industria del automóvil en Marruecos
El año pasado, la producción de automóviles en Marruecos aumentó un 15%, por encima de las 500.000 unidades, superando a Hungría y Rumanía, y acercándose a Polonia, Capital Economics. Además, las exportaciones en 2023 alcanzaron los 141.700 millones de dirhams (unos 13.000 millones de euros), frente a los 111.200 millones de dirhams (unos 10.300 millones de euros) de 2022.
Estos datos suponen un aumento interanual del 27%, según un informe de la Oficina de Cambio, el organismo de control del comercio exterior del país. Actualmente, la industria del automóvil representa más del 10,4% del PIB marroquí, da empleo a unos 220.000 trabajadores y supone más del 25% de las exportaciones del país.
